Política
“Las regionales pueden ser útiles solo dentro de una estrategia de transición política”
18 de septiembre de 2017
(Caracas) El director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, alerta que las elecciones regionales podrían servir para impulsar un proceso de transición política en Venezuela o por el contrario, ayudar a la estrategia del régimen de dividir y debilitar a la oposición.
“Si las elecciones regionales sirven para dividir en vez de para unir, alimentando las apetencias individuales en que la no cooperación se convierte en el equilibrio entre partidos y actores de la oposición que priorizan sus estrategias individuales sobre la búsqueda de un consenso unitario, el régimen habrá impuesto su estrategia para escoger a la oposición contra la cual competirá en el futuro”, advierte.
Agrega que, de esta manera el Gobierno podría “terminar siendo la minoría mayor entre una oposición mayoritaria, pero fragmentada y desmovilizada”.
El politólogo recalca que “si el propósito es el de producir una transición política, entonces la elección regional, a fin de ser útil a tal propósito, debe estar enmarcada dentro de una estrategia diseñada a tal fin. De no ser así, la elección regional, lejos de ayudar, perjudicaría a la oposición en el objetivo de producir tal cambio político”.
Al analizar la manera en que las elecciones regionales podrían ser beneficiosas para la oposición, el director del CEP-UCAB explica que: “si la oposición retoma el camino de la Unidad, haciendo de cada candidato a la regional una candidatura común y no del partido X, Y o Z, y se entiende esta elección regional como una oportunidad para reforzar la maquinaria unitaria de cara a un proceso de transición política, bajo una estrategia unitaria que sume y multiplique, no una que divida y reste, la oposición habrá hecho buen uso de este proceso”, afirma Alarcón.
Según refiere, hoy en día el rechazo al gobierno de Maduro da a la oposición un margen suficientemente amplio como para ganar cualquier elección -aún con niveles de participación significativamente reducidos-, “pero en la medida en que la participación sea más baja, también lo será el margen de votos que el régimen necesitaría para -tomando ventaja del control de Estado- imponerse de manera fraudulenta en una elección”.