Luis Eduardo Martínez se define como padre, abuelo y amante de la política. Aboga por la dolarización de la economía venezolana para estabilizarla
Maryory Bustamante
Después de 25 años, Acción Democrática (AD) presentó una candidatura, encabezada por Luis Eduardo Martínez. Lluvias de críticas se desataron luego de esta decisión de la tolda blanca, ya que un sector de la oposición señala que esta opción política le hace el juego al Gobierno venezolano, los tildan de “alacranes”. Sin embargo, el aspirante se ha mantenido por la carrera presidencial y ha sumado apoyo de otras organizaciones.
Martínez, de 67 años, es ingeniero de profesión y diputado a la Asamblea Nacional. También es rector de la Universidad Tecnológica del Centro (Unitec).
Además de AD, fue postulado por el Movimiento Republicano (MR), Bandera Roja (BR) y la alianza que considera “histórica” con COPEI.
“Comencé antes de los 18 años a militar en Acción Democrática”, dijo Martínez en conversación con La Nación, en su paso por el estado Táchira.
Su pasión por la política lo trajo hasta este momento donde se presenta como un aspirante a la presidencia venezolana.
Al preguntarle sobre una de sus visitas a la entidad andina donde compartió con el Gobernador de tendencia oficialista, en un partido de fútbol, que si no consideraba que esto generaría disgusto en la ciudadanía opositora, Martínez respondió lo siguiente:
—Si hay algo que soy yo, es un gran conciliador, un gran hacedor de amigos. Y dentro de la Venezuela que concibo, el que nos entendamos con todos los sectores de la Nación es fundamental. No se puede construir una Venezuela diferente con odios. Y, diputado que soy, estoy motivado a mantener las buenas relaciones con todos los sectores de la vida nacional.
—Al momento de yo ser presidente, trabajaría no solo con estas gobernaciones, se los he dicho incluso a todos los embajadores extranjeros con los que me he reunido, y a europarlamentarios y congresistas americanos. El 28 de julio solo se elige el Presidente de la República. El Presidente de la República tendrá que gobernar con 257 diputados oficialistas, que pasarán a ser ese día, opositores —se extiende en la respuesta—. Con un tribunal de justicia, con una composición que todos conocemos, con un poder ciudadano que se va a renovar dentro de unos días, y que es obvio saber cuál va a ser su composición, con un poder electoral que también tiene una composición semejante. Con un alto mando militar formado con una visión que todos conocemos, bajo una doctrina que ha imperado en los últimos años, con 20 gobernadores, 287 alcaldes, militantes del PSUV. De tal manera que el nuevo presidente está obligado a entenderse y a entender realidades. Y en eso yo creo que tengo las capacidades suficientes, y lo he demostrado, para hacer de la conciliación y el diálogo una manera de gobernar.
–¿Tiene previsto o ha intentado reunirse con los demás candidatos presidenciales?
—Me he reunido y converso, y hablo por teléfono, incluso WhatsApp. Y lo haría hasta el cansancio en procura de un frente unitario mayor del que ya hemos logrado armar. Varios candidatos declinaron por mí en las últimas semanas, y estoy seguro, por lo que hemos venido adelantando, que otros más pudieran hacerlo en las próximas.
–¿Sabía que en Táchira, dirigentes municipales de COPEI se desvincularon del partido, entre esos concejales y alcaldes, luego de que se anunció esta “alianza guanábana”? ¿Cómo analiza esta situación?
—Que los esperamos con los brazos abiertos, que pronto regresarán. Yo estuve reunido con el comité regional de COPEI, analizamos esa circunstancia, y estamos seguros que los que temporalmente se apartaron, ilusionados por otras opciones, cuando observen la realidad de los hechos, van a regresar y van a ser bienvenidos. Son bienvenidos porque nosotros somos una gran familia. COPEI es una gran familia, pero una gran familia que después de casi 70 y largos años, ahora marchamos unidos. Esto que está pasando, una alianza de COPEI, era impensable hasta hace unas semanas atrás. Éramos rivales históricos, mucho más en estados como Táchira y Mérida, por los Andes. Así que, bienvenidos. Pronto los esperamos.
–Una de sus propuestas de ganar las elecciones presenciales es la dolarización de la economía. ¿Por qué no recuperar la moneda nacional?
—Bueno, porque yo he investigado muchísimo el tema. Hace bastantes años, en una de las mejores universidades de Estados Unidos, pude trabajar el tema con uno de los candidatos a premio Nobel de la economía, Michael Connelly. Y mi tesis precisamente se tituló: ¿Es conveniente la dolarización en Venezuela? En ese momento, veintitantos años atrás, concluí que sí, porque estabilizaba la economía, porque garantizaba las inversiones, porque hace posible un control de la inflación, porque evita que el Gobierno juegue con la emisión circulante. Pero que existían dos cuellos de botella. El primer cuello de botella era la posición ideológica del gobierno de entonces. Y el segundo cuello de botella era cómo tener los recursos para convertir la masa monetaria circulante en dólares. Hoy, la dolarización de la economía facilita ese cambio. En Venezuela, la base monetaria no llega a mil millones de dólares. Las reservas internacionales, según el Banco Central de Venezuela, montan en 10.300 millones de dólares. Es el último reporte. Con solo una décima parte de las reservas internacionales, todos los bolívares en circulación se pueden convertir en dólares.
–Las denuncias de miles de venezolanos en este momento es la falla de los servicios públicos, el bajo sueldo, el daño de infraestructuras, entre otras muchas cosas. ¿En cuánto tiempo cree usted que podría recuperar todo esto para Venezuela?
—Los sueldos, salarios, jubilaciones y pensiones, en cinco minutos. Yo he dicho, una vez que me jure en la Asamblea Nacional, iré al Palacio de Miraflores y firmaré mi primer decreto: Aumento general de sueldos, salarios, jubilaciones y pensiones, aprovechando los inmensos recursos que están retenidos en el extranjero hoy, 21 mil millones de dólares que volcaré completo a mejorar el ingreso de los venezolanos. Los servicios públicos, especialmente el de la electricidad, requieren más tiempo porque hay que liberar, con proyectos que ya han sido presentados ante distintas instancias internacionales, los recursos que se requieren para ellos. Pero los venezolanos podrán observar cómo irán mejorando progresivamente los servicios públicos, la asistencia en el sector salud, la preservación del ambiente y, naturalmente, el abatimiento de la corriente migratoria que tanto daño nos hace. Las muchachas venezolanas no pueden seguir marchándose del país, arriesgando la vida en busca de una oportunidad que bien pueden conseguirla en Venezuela.
–¿Qué opina de las inhabilitaciones políticas? Ahora que usted es candidato, ¿no teme que le pueda suceder?
—Bueno, en Venezuela puede pasar cualquier cosa, pero yo la rechazo, la rechazo rotundamente y en un gobierno mío las inhabilitaciones políticas, como la persecución política, no va a existir.
–En una situación hipotética, que el 28 de julio no gane su opción, pero sí la otra opción de la oposición. ¿Usted estaría dispuesto a reunirse con ellos, a trabajar?
—A trabajar con emoción, con entusiasmo, sin ninguna limitación. Quien sea el Presidente de la república, quien sea, acuño el término y lo recalco, quien sea el presidente nacido de las urnas electorales el 28 de julio, debe tener, merece tener y tendrá en mi caso, todo el apoyo para hacer una buena gestión de gobierno. Con un mal gobierno no se perjudican los gobernantes, con un mal gobierno se perjudican los venezolanos en general.
–¿Cómo define la opción de Edmundo González, que representa a un sector de la oposición?
—Como una alternativa interesante, como son las otras opciones que existen. Todo venezolano tiene derecho, si reúne las condiciones, a ser postulado. Así que no tengo ninguna crítica con ninguno de los candidatos. Lo que sí tengo es una invitación para que, en las próximas semanas, hasta 10 días antes de las elecciones, hagamos un esfuerzo para procurar la mayor unidad posible.
–¿Y cómo define la candidatura de Nicolás Maduro, que busca la reelección?
—Como una candidatura que representa un modelo fracasado, un gobierno que ha arruinado a los venezolanos y que está urgido de ser reemplazado por la vía electoral. Maduro tiene que salir del gobierno para que este país salga adelante.
—Candidato, ¿de dónde salen los recursos para su campaña electoral?
—Bueno, en principio de mis ahorros. Tengo la suerte de que puedo percibir, a diferencia de muchos, ingresos propios. Soy rector de una universidad privada en Venezuela. Soy rector de una universidad en los Estados Unidos, se llama Millennium Atlantic University. Tengo 20 años trabajando en el sector privado. Soy directivo de varias compañías nacionales y extranjeras, corporaciones extranjeras. Y como tal, gracias a Dios, tengo la fortuna de poseer ingresos propios. A mí me gustaría, por cierto, que muchos de los que andan por allí proclamándose forjadores de libertad, dijeran de dónde salen sus recursos.