Sin aviso, y sin anestesia los pasajeros que de San Cristóbal viajan a San Antonio, se encontraron este jueves con la desagradable noticia de que el pasaje había aumentado un 100 por ciento, cuando apenas una semana antes lo había hecho en un 25%.
Pero además de ese aumento los viajeros fueron sorprendidos por colas enormes, que apenas se reducía cuando de manera desordenada, los ocupantes se abalanzaban sobre las unidades que apenas si alcanzaban a estacionarse.
Para quien, venido de otras partes del país, apenas por primera vez viajaba con sus repletas maletas a San Antonio aspirando cruzar la frontera con Colombia, la nueva tarifa le causó cierto desconcierto; pero para quienes casi que a diario hacen la ruta, los invadió el desespero especialmente por lo difícil que les resulta conseguir el efectivo.
Algunos de los que apenas iban “medidos” con los 500 bolívares en efectivo de ida y de venida se abstuvieron de viajar; pero esto en verdad no fue motivo para aminorar la cola que se extendía hasta las afueras del Terminal de Pasajeros de la Concordia.
La situación se puso más crítica cuando ya no aparecían unidades de transporte a eso de las diez de la mañana del jueves, cuando funcionarios del Instituto Nacional del Transporte junto a efectivos policiales se apersonaron de la situación. Aunque estos no quisieron dar declaraciones si admitieron que el aumento no había sido autorizado.
Ese panorama de deserción de buses y busetas el día jueves fue muy distinto a los días anteriores, donde la mayor presencia de las mismas era notable, en contraste con las calles de San Cristóbal, donde las mismas brillan por su ausencia. Precisamente mucho del transporte que ahora escogió trabajar esa ruta por resultarle más rentable, había abandonado otros destinos urbanos y suburbanos en el estado.
El incremento sorpresivo y la lentitud en el acarreo de las unidades levantó voces de protesta, amén de que los carritos por puesto y los piratas también se pusieron a tono con el aumento cobrando entre un millón trescientos y un millón quinientos.
Para Miran Rico Mantilla que debía desplazarse para comprar productos de la cesta básica “los choferes hacen lo que les da la gana y eso no puede ser, porque están jugando con el hambre del pueblo. ¿Aquí no hay un control para nada? (Mostrando un paquete) esto es reciclaje, con esto cubro el tratamiento médico de mi hermana, que no se consigue en Venezuela, y está por el orden de los 330 mil pesos.”
Apenas el lunes de la semana pasada el pasaje San Cristóbal San Antonio costaba 200 mil bolívares, presentando una ostensible modificación a 250 mil bolívares el fin de semana, y de ahí saltando a los 500 mil.
Incluso muchos transportistas fueron sorprendidos con el anuncio del aumento que les hicieron saber los fiscales de sus empresas.
El conductor Luis Rueda justificó el alza debido a que el Gobierno no ha cumplido con la proveeduría de cauchos e insumos. “Uno va a comprar un caucho vale mil doscientos millones de bolívares, y muchos repuestos solo se pueden conseguir en Colombia y valen cinco o hasta diez veces lo que valdrían (de conseguirse) aquí.
(Freddy Omar Durán)