Regional

A pesar de la pandemia, feligreses celebrarán el Día de la Consolación

15 de agosto de 2020

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La feligresía de Táriba está consciente de los cambios que la pandemia del coronavirus ha provocado en la humanidad, generando una crisis a la que no ha escapado Venezuela y, lógicamente, el estado Táchira. A pesar de ello, no está dispuesta a dejar pasar desapercibido el 15 de agosto, Día de la Virgen de la Consolación, para lo cual tiene previsto desarrollar actos que no rompan con las normas de prevención impuestas por razones sanitarias, ni impliquen riesgos para las personas que expresarán su amor y devoción a la patrona del Táchira.

—Adornar los frentes de sus casas; izar las banderas de la Virgen; orar en familia, así como seguir los oficios, a través de la radio o la televisión, son algunas de las recomendaciones, porque la fe es de cada quien y la oración se lleva por dentro -según lo refiere Óscar Atilio Cáceres, al conversar sobre tal acontecimiento-.

“Adornaremos las casas”

Óscar Atilio Cáceres, hombre de radio, dice que a pesar de las circunstancias causadas por el COVID-19, el pueblo católico celebrará el Día de la Virgen de la Consolación; claro está, no como en años anteriores, porque así lo impone la pandemia que afecta a la humanidad.

Recuerda que desde muy pequeño surgió en él la devoción, el cariño y el respeto por la patrona del Táchira, pues su señora madre era una gran devota y el Día de la Virgen siempre adornaba con motivos religiosos el frente de su casa. Los vecinos colocaban a la Virgen con medias lunas, que llevaban bombillos pequeños, de colores. “Mi madre nos inculcaba el amor por la Virgen y nos hicimos devotos de ella”, expresa Cáceres.

Comenta que, hace unos veinte años, iba con frecuencia a la Basílica y le pedía con insistencia a la Virgen para que le ayudara a construir su casita. Esta petición, con sentimiento, fe y adoración, fue escuchada. “Se me concedió el favor y pude hacer mi propia casa”, dice con alegría. “En agradecimiento hice pintar un cuadro con su sagrada imagen, con bosquejo de mi hijo y pintado por mi hija, en un lugar privilegiado, en el balcón de la casa, para que todos puedan ver a la adorada imagen mariana”.

El COVID lo alteró todo

Neptalí Ávila, reportero gráfico de larga data y dilatada vinculación con medios de comunicación social en el estado Táchira, acaba de pasar por una dura experiencia, de esas que lo dejan a uno marcado para toda la vida y le permiten probar que Dios, su caridad y la ayuda divina existen. Víctima de un grave accidente de tránsito, estuvo a punto de quedar postrado por el resto de sus días. Ha logrado evolucionar favorablemente y recuperar sus facultades motoras, lo cual atribuye a la intervención de la divina Virgen de la Consolación.

Ávila resultó arrollado en Táriba, donde reside, por su propio vehículo, y con graves consecuencias a causa de lesiones en su columna vertebral. Nos dice que fue una situación muy fuerte y que agradece a Dios, a la Virgen y a los médicos que lo operaron. “Ya puedo levantarme y camino solo, y hasta he recibido autorización para volver a manejar”, dice con entusiasmo.

Considera que de este trance ha salido fortalecido, con más fe y devoción a la Virgen de la Consolación, la cual, insiste, ha contribuido a su recuperación. Agradece a su esposa e hijos por la ayuda y los cuidados que dispensaron en tan difícil situación.

Destaca la admiración que el pueblo católico le tiene a nuestra patrona, venerada y amada, y lamenta que este año las cosas no serán como en años anteriores, porque el COVID-19 lo ha alterado todo y cambiará parte de una tradición que se ha mantenido muchos años.

Día de devoción, fiesta y algarabía

Héctor Hugo Mora, periodista, integrante del Secretariado de la Pastoral de Medios de la Diócesis de San Cristóbal, también expresó su opinión y dijo que la Virgen de la Consolación de Táriba.

Héctor Hugo Mora, periodista: Día de devoción, fiestas y algarabía. (Fotos: Armando Hernández)

es la representación mariana que tenemos los tachirenses. Así como existe la devoción por la Virgen de Guadalupe, la Virgen del Valle en Nueva Esparta, la Virgen de Chiquinquirá, “La Chinita” de Maracaibo, y Coromoto en Venezuela, los tachirenses también tenemos y veneramos a nuestra propia virgen, que cada 15 de agosto celebra su día.

—Es precisamente la fecha en que la Iglesia celebra la ascensión de la Virgen María -acota-.

La festividad de la Consolación hace mover a familias enteras, con devoción, a grupos de jóvenes y a toda una legión de personas que van a la basílica a pagar promesas o a dar gracias por favores recibidos. Es día de fiesta, en que muy devotamente los tachirenses cumplen con la fe católica y por supuesto de algarabía, porque desde la madrugada celebramos con gran regocijo. La peregrinación parte desde la Catedral, recorriendo las principales calles y avenidas de San Cristóbal, va de regreso a Táriba con asistencia multitudinaria y donde se observan numerosas manifestaciones de fe.

Armando Hernández