Regional
A través de la mediación jurídica se resuelven conflictos inmobiliarios
22 de mayo de 2023
A través de la mediación jurídica se puede dar resolución a conflictos que en tribunales podrían tomar tiempo y dinero, sin una clara resolución del mismo a corto plazo.
Freddy Omar Durán
Nancy Delgado da testimonio de que eso es posible, después de llevar más de 18 años de líos con un inquilino, que no solo se negaba a desocupar, sino que en los 3 años, no pagaba el respectivo canon.
Cuando supo de la existencia de la ONG Mediación Táchira, con centro de atención en la sede de la Universidad Católica del Táchira en Barrio Obrero, se la jugó nuevamente por la justicia, pues cuando acudió a las acciones tradicionales de los tribunales por su caso en los años 2010 y 2012 no dieron resultado las órdenes de desalojo, con sus respectivas prórrogas.
Cuando la señora Delgado acudió a Mediación Táchira, en ningún momento encontró a un «abogado defensor», sencillamente se colocaba en una posición conciliatoria entre dos partes que no ha logrado entenderse. Y una vez que se ha formado un acuerdo ante la justicia venezolana, el mismo es de obligatorio cumplimiento.
Otra de las principales razones por las que tuvo que acudir a este servicio jurídico, es que como jubilada del sector eléctrico público, no contaba con la capacidad económica para gastos legales onerosos.
«¡Qué no le ofrecí a la señora! -pues la arrendataria es de la tercera edad- Ni quería desocupar, ni quería comprar, ni quería pagar el alquiler. Ella siempre me decía que no tenía plata, y que no tenía plata. Y fui a una abogada el año pasado pero yo no soy una mujer de mucho dinero, soy una jubilada que trabajó por 34 años en la Represa Uribante-Caparo, con pensión de apenas el salario mínimo nacional, y lo que me cobraba salía de mi presupuesto».
Eran 18 años de un apartamento ocupado, por el cual se estaba pagando un canon insatisfactorio, que incluso en los últimos años no se cancelaba, amén de que las filtraciones que de él emanaban afectaban al resto de su inmueble ubicado en la calle 11 entre carreras 8 y 9 de San Cristóbal.
Saber del servicio jurídico, gracias a las averiguaciones de su hija, fue en sus propias palabras «algo que Dios le puso en el camino» después de rogativas que se extendían a sus horas de insomnio.
«Con la posibilidad de perder el apartamento, yo no tenía vida para dormir, y me despertaba de noche pensando en tanto sacrificio que me había costado arreglar ese apartamento, donde deposité 34 años de trabajo».
Delgado explicó la metodología como se llevó su caso, aclarando que Mediación Táchira no ejerció como su representación legal, pues su actuación se ejercía de manera neutral, procurando ante todo un acuerdo de conformidad con los involucrados.
A finales de febrero del presente año, la abogada Sair Vivas, al frente de Mediación Táchira, le ofreció escribir seis puntos que pudiera ofrecer y acatar en beneficio de la otra parte, que fueran realistas en su ejecución.
Ofreció una parte de venta del apartamento si se concretaba la condonación de la misma, cerca de los mil seiscientos dólares, o un cómodo pago.
Amistosamente se invitó a la arrendataria a acudir a la sede de la UCAT, y por dos horas leyó sin presiones la propuesta, y aunque al principio parecía indecisa, al final se decantó por un adelanto de 500 mil pesos, y la clausura de un baño y un lavadero, cuyas filtraciones afectaban la parte baja del inmueble. Todo lo que allí paso quedó debidamente registrado en imágenes, y el documento final pasó a tribunales.
Ambas partes más que desagradables reclamos, prefirieron estrecharse las manos, ante un acuerdo conciliatorio, libre de ser aceptado, pero una formalizado era de obligatorio cumplimiento con consecuencias penales.
«De los seis puntos, escogió de que iba a abonar 500 mil pesos, de la deuda, y si no los pagaba en el plazo de un mes se iría. Lo que en efecto ocurrió, antes del mes y yo no lo podía creer, pues si no había pagado 36 meses, ¿por qué ahora sí 500 mil pesos? Pero sí lo hizo, aunque al que le entregó las llaves fue al vecino. Yo me apegué mucho a Dios en esos días, y cuando tenga tiempo le voy a pagar una promesa al Santo Cristo de La Grita».