Para las personas ciegas, o con dificultades de la visión, es un riesgo caminar con seguridad por las aceras, debido a que existen varias irregularidades en las mismas, ocasionadas generalmente por trabajos que hacen distintos organismos públicos en las tanquillas
Humberto Contreras
El 3 de diciembre anterior, el presidente de la Asociación de Ciegos del Estado Táchira, el abogado invidente José Alberto Marín, a través de este medio, lanzó una solicitud al ciudadano alcalde de San Cristóbal, en el sentido de tratar de solucionar el problema de los huecos y otros defectos en las aceras, particularmente en la zona céntrica de la ciudad.
Para las personas ciegas, o con dificultades de la visión, es un riesgo caminar con seguridad por las aceras, debido a que existen varias irregularidades en las mismas, ocasionadas generalmente por trabajos que hacen distintos organismos públicos en las tanquillas, pues las dejan deterioradas, y no son reparadas con la velocidad que debería hacerse, lo cual genera riesgos para todos los transeúntes citadinos en general.
La mayoría de las personas que caminamos por las calles y avenidas, generalmente no apreciamos la magnitud de estas fallas ni dimensionamos los riesgos que representan para una persona invidente, porque disfrutamos, gracias a Dios, de la vista, e inconscientemente evadimos el peligro, como si nada.
Pero un discapacitado visual, que camina por esas aceras, solo y dependiendo exclusivamente de su bastón con el cual generalmente no detecta la irregularidad, está en alto nivel de riesgo de caerse o de torcerse un tobillo, pues lo menos que espera es una distorsión de este tipo en la acera por donde camina confiado.
Tuvimos la necesidad de caminar por un tramo de la Séptima avenida, y pudimos detallar en la esquina de su intersección con la calle 14, dos irregularidades de este tipo, y entendimos claramente la solicitud de los discapacitados visuales. Mostramos las gráficas, con la esperanza de que el primer mandatario municipal proceda a solucionar esta irregularidad.
Sin embargo, no son las únicas que hay en la ciudad. O, mejor, en el centro de la ciudad. Habría necesidad de una inspección municipal, para ubicarlas y repararlas. Eso, además, daría un buen aspecto a las aceras de las vías más importantes y transitadas de la ciudad.
No todo es la Alcaldía
Además, y no por casualidad, pudimos observar cómo una bolsa de desperdicios domésticos estaba abandonada al pie de uno de los postes de alumbrado público de la avenida, en esa misma esquina. Aparentemente, ya es costumbre que alguien de la zona deje la basura allí, esperando a que el camión del aseo la recoja. Según nos comentaron transeúntes habituales de ese sitio, es casi una costumbre.
Aquí el llamado es específicamente para los ciudadanos. Para ello contamos con la opinión de un vecino de la zona, quien molesto nos dijo, casi textualmente: No es señal de muy buena cultura, de amor por la ciudad, o de calidad humana, estar dejando basura en algún lugar, no importa donde, y menos en la vía pública de la ciudad, esperando que el servicio de Aseo Urbano solucione su deficiencia social.