Las lluvias de este jueves y viernes pusieron en alerta a Zorca-Providencia, donde nuevamente las calles volvieron a ser invadidas por el desbordamiento de la quebrada La Zorquera, aunque sin las trágicas consecuencias de hace un año.

Freddy Omar Durán

En Zorca, sector San Josecito, el caudal de aguas pluviales y la circulación de toda clase de desechos, desde la parte alta, provocaron el estallido de una tubería de aguas negras en toda la mitad de su vía principal, transportando el barro a las calles e inundando al menos siete viviendas en las que residen alrededor de 30 personas.

Mientras en el lugar donde se reventó la tubería permanece una enorme laguna, desde la misma siguen brotando con fuerzas sus aguas, lo que puso a madrugar a muchos vecinos para salvar enseres y, en algunos casos, sacar palas y palas de barro.

—La emergencia se presentó alrededor de las 10:30 de la noche –afirmó Jesús Díaz, residente del lugar-. El problema es de los vecinos de la parte alta, que tiran escombros por la cañería, mucho material plástico e incluso llantas. Se tapó un tupo de 0,90 de diámetro y la presión lo hizo reventar.

La propia mano de obra vecinal se entregó a la tarea de limpieza de la vía, teniendo que provisionalmente colocar cintas de seguridad en los accesos, uno de los cuales se localiza en el puente colgante de la localidad. Esto se tuvo que hacer por seguridad de los voluntarios, que hasta la mañana del viernes no habían recibido el apoyo de ente oficial alguno.

—Estamos solicitando una motobomba de tres o cuatro pulgadas, para destapar el tapón, pero no conseguimos nada. Ya llamamos al 171 y nos dijeron que las unidades están malas; llamamos a la alcaldía de San Cristóbal y nadie contesta. Estamos desamparados, necesitamos una ayuda, más urgente, antes que vuelva a llover con fuerza— agregó Díaz.

Malos recuerdos

Muy cerca de los márgenes de La Zorquera, diagonal al puente sobre la Panamericana, la familia Jaime Vivas estuvo a punto de abandonar en la noche del jueves sus viviendas, pues otra vez el cauce les rugió muy cerca.

El año pasado pasaron un duro trance, no solo de ser inundados sino arrastrados, y ese recuerdo se mantiene vivo, como también está la promesa de reubicación que hasta los momentos no les han cumplido.

—Nos tienen abandonados, se olvidaron de nosotros. A quien pueda ayudarnos, sea cual sea el color político, lo invitamos a que venga para acá y nos colabore con la canalización. Abajo sí lo hicieron, pero  acá no, y estamos en riesgo. Hace un año pasó la vaguada, eso fue horrible, y se llevó a una señora, que se partió el fémur y todavía requiere que le traten esa fractura— afirmó la señora Evelin Jaimes.