Estructuras de paredes resquebrajadas, filtraciones y humedad, la falta de almacenamiento de agua potable para la bioseguridad, son sólo algunos de los problemas de esta escuela primaria de 73 años de existencia
Por: Juan José Contreras Cárdenas
El principal plantel educativo de la capital del municipio Lobatera, Escuela Nacional Bolivariana Ciudad de Carúpano, con 73 años de existencia, por dificultades no pudo reiniciar actividades. El director del recinto, Hery Cardoza, manifestó que la institución “está en condiciones de atención, y en algunos espacios de emergencia”.
La estructura de gran parte de la institución está seriamente lesionada, pues las grietas de las paredes, en algunos casos, van desde el piso hasta el techo, y el riesgo de que se precipite un desplome crece, como ocurrió con el techo del liceo de Seboruco. Hay zonas de la edificación donde por precaución no es prudente transitar. La seguridad de las personas está en riesgo, a medida que crece el deterioro.
Además, hay otros problemas serios, como el de las filtraciones en gran parte de la escuela. El profesor de Educación Física, Jorge Colmenares, expresó que “ciertas partes se encuentran en mal estado; nosotros contamos aquí, en la institución, con niños de maternal, hasta sexto grado; hay zonas que son bastante peligrosas”, y alegó que en las actuales condiciones no basta con solo pintar, “hay que acomodar de una mejor manera para la mejor educación de los niños”.
El asunto del agua
Las filtraciones han agravado el problema estructural, acentuando el resquebrajamiento de las paredes y afectando los antiguos pisos de mosaico, elemento clásico que se ha venido dañando. La falta de bombillos no reduce el peligro eléctrico por las filtraciones.
La humedad también ha dañado mobiliario y equipo, como es el caso de varias laptops Canaima. Y aunque por la lluvia el agua se filtra, es un recurso que está en los grifos pocos días. Y sin agua no hay bioseguridad en pandemia.
La docente Aleyda Mora se refirió a la ausencia de un tanque de agua potable, el actual está dañado y fuera de su base aérea, reposa en el jardín frontal del plantel; se ha pedido un nuevo tanque, “Hemos solicitado a varios entes, aún sin respuesta” pero es vital para comenzar el año escolar con niños en un marco de bioseguridad por la pandemia. Cabe destacar que el agua llega algunos días por semana, pero no hay dónde almacenarla, sin tanque.
Los docentes también mostraron la situación respecto al baño de varones, que tiene problemas, y sobre los lavamanos externos del patio, se evidenció su inhabilitación, pues fueron parcialmente desmantelados en el pasado por el hampa.
Al problema del agua se suma el impacto de los años en otra área importante, la cocina del comedor. El espacio no ha tenido mantenimiento y cocinar con escasez de agua, y además en pandemia, no es lo ideal. La nevera no sirve. No tienen licuadora. De las hornillas de la cocina sale humo, y a veces el reverbero se obstruye. El único baño para el personal de la cocina no está en las mejores condiciones.
Pasos
Para el postergado inicio de clases en Lobatera, efectivos de la policía del pueblo se apersonaron para ponerse a la orden. Los salones y espacios se asearon después de un largo tiempo estando cerrados. En lo posible, se limpió el recinto.
Para la formación de los niños, el personal desea trabajar, pero las condiciones lo impiden. Durante la asamblea con todo el cuerpo docente, en nombre de sus compañeros, el profesor Carlos Colmenares manifestó: “El deseo de todos es cumplir con nuestra obligación de venir a trabajar, pero por la situación en que se encuentra la escuela, no podemos ni estar nosotros, ni convocar a los estudiantes, así como se encuentra la institución. No tenemos el apoyo de los entes gubernamentales, porque esta situación no es de ahora, esto tiene muchos años. Pedimos que los organismos se aboquen a solucionar la realidad en que se halla la escuela”.
¿Y qué soluciones al problema de la escuela hay para los 181 niños matriculados?. Al respecto, el director de Ciudad de Carúpano, Henry Cardoza, manifestó: “Hemos estado trabajando y coordinando con la alcaldía y los consejos comunales y ya, gracias a Dios, está en proceso, hay unos proyectos aprobados, pero eso requiere un tiempo para poderlos realizar felizmente. Por lo tanto, nuestro colectivo institucional pide que nos ayuden para poder iniciar clases y atender a los niños”.
El profesor Cardoza finalizó aseverando que se “requiere la colaboración de todo un equipo, cualquiera que sea, por amor a la institución y a la educación de Lobatera. Los lobaterenses han aguardado por soluciones. ¿Cuánto tiempo más se podrá esperar por el rescate de este plantel de 73 años?
En el 2020 se reportó el estado de la escuela Ciudad de Carúpano de Lobatera en el Diario La Nación, situación que este 2021 se ha agravado. Lea el trabajo del año pasado: Grietas en la educación lobaterense .