Regional

Aprietan un nudo en la garganta de la ciudad las colas de vehículos en espera por gasolina

21 de mayo de 2019

2.087 vistas

Con el levantamiento del pico y placa ha regresado el sálvese quien pueda, y de nuevo a los conductores para  llenar su tanque solo les quedó hacer camping, reservar con potes y ladrillos un puesto,  o confiar en un vecino amable que le guarde uno, arriesgándose el insulto de quien no está dispuesto a calarse tanta “amabilidad”.

Fue un lunes de rumores entre las colas de que solo se atenderían hasta 400 automóviles, de que se solo se despacharía hasta 40 litros por vehículo. Rumores que en algunas de las de alrededor de 8 estaciones de servicio abastecidas en San Cristóbal se hacían realidad; pero que hasta la mañana del lunes no lo respaldaba una versión oficial. Otro rumor apuntaba a que esta semana no llegaría gasolina al Táchira: este les apretaba un nudo en las gargantas a más de un chofer, que preferían esperar dos días en cola para al menos coronar, que seguir indefinidamente con el indicador del nivel de combustible rozando el cero.

También fue un lunes en la que muchos pacientemente se fueron haciendo su puesto e identificándolo con un número en marcador blanco sobre el vidrio delantero de su carro, o anotándose en lista que algún espontáneo llevaba; pero también en el que los amotinados no faltaron trancando vías  a la altura de Zorca, la Unidad Vecinal,   y la salida de San Cristóbal hacia la zona norte.

Ni el hilo de Ariadna puede orientar a quienes desean ingresar a alguna de las colas, por lo que solo le queda después de un largo rodeo, ir preguntando “¿dónde está el último?, orientarse por los números escritos en los vidrios delanteros, o  –si las comunicaciones no fallan- ir directamente al lugar en que le han conseguido un espacio. Algunos tramos se empatan con otras otros de manera tal, que respetando el orden, no se ubican inmediatamente al final sino que esperan muy cerca, para engancharse posteriormente, y así no tener que rodar demasiado desperdiciando combustible.

Este lunes las marcas numerales en los vehículos alcanzaban cifras record superando el dígito mil, pese a que se seguía insistiendo en que no se atendería ese día más de 400 ó 600; sin embargo, lo hacían al menos para tener un chance al día siguiente… una perspectiva alimentada por una vaga esperanza.

Las colas por cada estación de servicio se extendían por al menos 10 cuadras sobre un sinuoso e intrincado recorrido. Alrededor de las 10 de la mañana del lunes, la cola que iban a la estación Texaco terminaban iba más allá de la Residencia de Gobernadores; la que iba a la estación de servicio ubicada frente a Parque Sanmiguel subían hasta el Liceo Simón Bolívar; la que iban al final de la Avenida España casi se tocaba de punta a punta, sobre un circuito que cubría la avenida Ferrero Tamayo, la Avenida Carabobo y parte de la España; la que correspondía a la estación de servicio La Romera tenía un inusual trazado por la carrera 15 para volver a agarrar la Carabobo rumbo a la Avenida España a la altura de la abandonada sede de Cotatur.

Un mundo de historias

Pese a que se decía que no iban a atender más de 400 vehículos por estación de servicio, los conductores seguían colocándose un número al menos para seguir el orden al día siguiente.

Muchos han tenido que alejarse de su familia más de lo debido, ya que el tiempo del fin de semana que bien pudo aprovecharlo en ellos, lo gastó el día domingo en hacer cola para el lunes. Otros han optado en llevarla montada en el carro, como un funcionario policial que apenas si se pudo incorporar a la fila, cuando fue socorrido por un buen samaritano que lo vio varado en el camino. Con él iba su suegra, y su esposa en cuyos brazos arrullaba a su hija de meses de nacida, quien ese día debía realizarse una terapia de estiramiento. “Esto es una tragedia, es muy caótico” afirmó la joven madre. En el momento de dar la entrevista, una camioneta pasaba cerca anunciando una nefasta noticia a todos los que estaban allí: “solo van a atender 400 carros”.

Uno de los que estaban allí, empleado de una textilera de la región, recibió con mucho desagrado la noticia; pero lo único que hizo su proferir un interminable suspiro: “perdí mi día de trabajo para esto, y ando desde el viernes haciendo cacería por gasolina”.

Con celular en mano, más de uno atiende por llamadas y mensajería  sus negocios o ve por los problemas de su hogar. Otros usan su automóvil como guardería, tratando de aplacar la impaciencia de los niños; mientras no falta quien se concentra en la lectura de ese libro que siempre quiso terminar. Y los que no pueden con su aburrimiento se van a participar en la contraloría social que se monta a la entrada de cada estación de servicio, y se ponen a verificar si se está moviendo o no la cola, y por qué no lo está haciendo.

Otro conductor en la Carabobo responsabilizó al quiebre de la industria de hidrocarburos nacional por la situación; y agregó que crisis como está solo lanzan contra el piso los estándares de vida del venezolano; una persona que compartía su padecimiento, y lo intentaba apresurar con una charla amena, agregó que el contrabando, que no se amilana pese a las restricciones, también aporta su cuota de responsabilidad.

La frustración de estar a punto…

Muchos conductores llevan días en cola, otros haciéndole cacería al combustible. Una funcionario público, que prefirió no identificarse, estaba marcando los vidrios de los vehículos y al tiempo anotando en lista las placas en el respectivo orden. Ya no quería pasar por la frustración de la semana pasada, cuando estaba en cola desde las tres de la madrugada, y cuando a las cinco de la tarde, con apena unos cuantos carros delante para ingresar a la estación de servicio, el funcionario de seguridad le dijo que ya no se despachaba más. Afirmó que en la gasolinera en que ella aspiraba podía aprovisionarse,  ubicada en la Avenida Carabobo, estaban vaciando los 38 mil litros de una gandola, y que calculando una ración de 40 litros por automóvil, 900 de ellos al menos podrían beneficiarse, aunque supuestamente habían ordenado por ese día atender 400.

Mejor que un trabajo decente

En los corrillos entre choferes para hacer más llevadera la cola además de la recurrencia al tema político, también abundan las historias fantásticas sobre las altas cuotas de rentabilidad de la venta de combustible en el mercado negro, sea organizada por los contrabandistas, o para atender la demanda local. A un precio de 40 mil pesos por pimpina, no es de extrañar que no hayan sido pocos los que abandonaron un trabajo decente para “gasolinear”. Mientras que trabajando por un mínimo –que en el mejor de los casos se multiplica por tres- alguien puede ganar alrededor de 40 mil pesos, un gasolinero por muy mal que le vaya obtiene 8 veces más. Incluso con las actuales restricciones, tal emprendimiento seguiría generando ganancias. Esas leyendas negras involucran a quienes ejercen labores de vigilancia y despacho, cuya complicidad, a cambio de miles de pesos, permite no solo llenar tanques rapidito, sino inclusive algún envase que se lleve por ahí.  Y aún con tantos intermediarios el “negocio” no pinta mal. De todas maneras, no faltan quienes refuten la hipótesis de la venta ilegal de gasolina como el factor preponderante a la hora de evaluar la situación crítica del desabastecimiento actual de gasolina.

Pero la verdad es que la mayoría de la población no está en esas, sino que necesitan con urgencia movilizarse en automóvil, especialmente si se reside en zonas apartadas de su sitio de trabajo, donde el transporte público no llega, o presta un mal servicio, y donde ni los pies, ni la energía en el cuerpo, alcanzan para cubrir tan largos trayectos. De otro lado están los que hacen de su vehículo un modo legal de subsistencia, prestando con el innumerables servicios a la comunidad. 

Freddy Omar Durán

¡Quieres recibir el periódico en la puerta de tu negocio!

1 Mes

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 5% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post 1 historia

Mensual
54.000 Cop

Pago único

Suscribirse

3 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 10% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
51.300 Cop

Pago único

Suscribirse

6 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 20% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    2 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
48.600 Cop

Pago único

Suscribirse