Sin un anuncio oficial que lo autorice, la inflación en pesos ya está golpeando a un servicio tan básico como el transporte, al menos así lo están experimentando los pasajeros de los municipios Cárdenas, Palmira y Capacho, pues de mil pesos, ahora el pasaje pasó a costar entre 1.400 y 1.500 pesos
Esa tarifa representa alrededor de 750 mil bolívares, lo que significa que en cuatro viajes un trabajador ya cubre un salario mínimo.
De boca de los mismos choferes o sus ayudantes, muchos conocieron del alza, ante lo cual no había ni derecho a chistar, pues eso le representaría bajarse de la unidad.
A los más conciliadores solo les quedaba rogar, cuando no sacarse los bolsillos del pantalón y mostrar la cartera vacía, para demostrar la “peladez” particular.
Para el dirigente vecinal Orlando Bermúdez, eso significa que con los 400 mil bolívares en efectivo que se pueden sacar diariamente de un banco en periodo flexible, a un usuario no le alcanzaría para desplazarse fuera de San Cristóbal.
—A la gente le imponen estos aumentos -agregó Bermúdez- y se resigna a pagar, pues ni pensar en reclamarles pues te responden con una grosería. Hay que entender que ellos prácticamente están trabajando 12 días al mes y que la gasolina la compran revendida, pero ellos están prestando un servicio público, y las tarifas se deben ajustar a la ley. Pero también los pasajeros están reaccionando muy pasivamente ante esos aumentos, y resignadamente los pagan, muchas veces ni teniendo cómo llevar el pan a su casa.
Agregó Bermúdez que las últimas disposiciones emanadas del Ministerio del Transporte han quitado competencias a las alcaldías, y han dejado en manos del Gobierno nacional las decisiones sobre los pasajes urbanos y suburbanos; pero lo grave es que ni esa instancia actúa y simplemente no protege al usuario.
Freddy Omar Durán