Las fachadas del centro de San Cristóbal, cada día que pasa están más deterioradas.
Sus techos, paredes, aceras, vitrinas, santamarías en su mayoría están golpeadas por el paso del mal tiempo debido a la falta de mantenimiento.
En dos o tres años la capital del estado se ve abandonada el dinamismo al cual estaban acostumbrados los tachirenses se perdido en gran medida debido a la situación que desde el año 2014 aceleró su ritmo.
Apenas comienza la avenida García de Hevia conocida como la Quinta avenida, ya la plaza Los Ancestros es la primera impresión de que hay desidia, plaza que hoy está cubierta por la maleza y algunos rincones de basura que a veces desaparece, ese espacio da paso a un importante número de establecimientos comerciales que hoy muestran falta de mantenimiento.
Hoy los comerciantes que quedan abren sus puertas y atienden lo mejor que pueden, pero sus fachadas están en su mayoría deterioradas.
«Ni pensar en invertir en arreglar un poco el frente”, comentó uno de los dueños de un negocio. “Ni siquiera se puede pensar en comprar un galón de pintura, el más barato vale más de 60 mil bolívares y aquí, en mi negocio, se van unos cuantos, y recuerde que no es solo la pintura, sino la mano de obra, si la consigue, porque la mayoría de señores y jóvenes que hacían este tipo de trabajo se fueron para otro país. Yo medio arreglo , se limpia de manera general y se abre, por ahora, ni pensar en hacerle un arreglo por fuera al negocio, eso está muy caro y las pocas ganancias no da para hacerlo», expresó sin identificarse.
A lo largo de esta avenida muchos son los establecimientos que su parte exterior están sucios, rotos, consumidos por el moho y no se ve la menor intención de cambiarles el aspecto físico, hecho que no ocurría hace unos ocho años atrás, donde los comerciantes estaban estimulados, se esmeraban por mantener su negocio de punta en blanca, incluso se daban el lujo de cambiarlo.
Hoy día la crisis los obliga a tratar de sobrevivir, no obstante, algunos ven que resulta imposible hablar de reacondicionar el local.
Negocios que han dejado huella en San Cristóbal, también en sus fachadas se ven de capa caída, unos tenían hasta seis vidrieras exteriores. Desde hace más de un año, las redujeron, ya son visibles los productos solo en cuatro vitrinas, sus fachadas eran sometidas a un proceso de mantenimiento constantes, pero ahora los consumidores temen que con el tiempo este tipo de negocio, amplio, por departamentos desaparezca, porque ya progresivamente su parte exterior decae , en otros reina la falta de estímulo porque sus maniquis ni los visten, están en una segunda planta desnudos.
Las santamarías, que son rejas de seguridad de los distintos locales están sin pintura, otras oxidadas y comienzan a desintegrase, situación que es consecuencia de la falta de mantenimiento, que de hecho es sumamente costoso, pues solo pensar en el anticorrosivo, material que evita que el agua inicie un proceso, es imposible hacerlo, entonces los dueños de los establecimientos prefieren obviar esta situación, pues la actividad comercial que hace a diario apenas da para pagar los pocos empleados y generar cierta utilidad para su propio bien económico.
Algunas fachadas se han dejado medio construir, desde hace tiempo, desidia que aumenta el mal aspecto la ciudad que poco a poco ve más decaída su actividad comercial.
Problemas generales
El sistema de iluminación de las fachadas también está abandonado, la razón: adquirir un bombillo y más de calidad de luz blanca o neón es muy costoso, se observa que algunas fachadas no tienen luz, solo hay alumbrado en la parte interior y de fallar, recurren a la planta o cierran, entendiendo que a oscura la inseguridad hace de la suyas.
“Muchas aceras tienen años deterioradas, los comerciantes tratan de mantenerla limpias, pero pensar en cambiarlas no está en los planes o proyectos, están rotas, agrietadas, en otros tiempos, los comerciantes se deban del lujo de romperlas hacerlas nuevamente con material de lujo, trabajo que hoy vale una fortuna”, precisó el dueño de una panadería ubicada cerca del Centro Civico, edificio que por cierto también muestra abandono en su parte exterior, deterioro que comenzó a notarse más, desde aquel día que se quemó la planta donde funcionaba el Consejo Legislativo.
Está situación comienza a agravarse, una vez entra el período lluvioso, que aumenta la humedad en todos los rincones y hace mella en las distintas edificaciones del Centro, que se ven con más filtraciones en sus techos, ventanas paredes y comienzan a observarse esas machas de color oscuro que indican que el agua satura y afecta las distintas superficies, en algunas hasta la maleza se reproduce, llevándolas ejemplo de desidia.
Nancy Porras