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Sucesos
Cambiaron al director del CPO I y mejoran alimentación a los reos
19 de noviembre de 2019
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Una vez finalizada la toma del Centro Penitenciario de Occidente –CPO- por parte de los presos, la semana pasada, se pudo conocer que el director del CPO I, tal como lo exigían, fue cambiado; se cumplieron más de cien traslados a otros internados y se ha notado un cambio considerable en la alimentación que está recibiendo la población penal; sin embargo, 14 internos que participaron activamente en la protesta se encuentran actualmente en el llamado “Tigrito”, celda ubicada en el área de máxima seguridad, en el edificio 4 del CPO II, como una forma de castigo y, presuntamente, estarían siendo torturados por al menos dos custodios, jefes de régimen, de los cuales dieron nombres y apellidos.
Por otra parte, habría incertidumbre entre los presos, en razón de que presuntamente han tenido conocimiento de que estarían planeando contra algunos de ellos “sembrarles” evidencias -como droga-, para que les inicien otro juicio que los lleve a cumplir más años de condena, adicionales a los que ya están pagando.
La información la dio a conocer Asdrúbal Ortiz, director de la Fundación Consorcio Justicia, capítulo Occidente, ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos de los privados de libertad, quien ha estado en constante contacto con los familiares de los presos, agregando que otras solicitudes, como el ingreso de medicinas y comida, la visita, aún no se están cumpliendo, pese a que es parte de sus derechos.
“Los familiares temen declarar a la prensa lo que ocurre en el CPO; sí cambiaron al director, sí hubo traslados y la alimentación está mejorando, pero requieren que el tema de la comida se mantenga, que cese el castigo que les impusieron a los 14 presos, porque se trató de una toma pacífica, ahí no hubo violencia, y las razones por las que lo hicieron, todas fueron válidas, Sin embargo, aún esperan que se les permita el ingreso de comida y medicinas porque, aunque se las recibían a los familiares, estas nunca llegaron a manos del reo al que se las dirigían. La prueba está en la gran cantidad de medicamentos que hallaron los presos durante la protesta; estaban fechados casi un mes antes, pero nunca se las entregaron”, dijo.
Otra situación adicional, de la que quiso alertar Ortiz, además de la supuesta “siembra de evidencias” que planificarían contra algunos reos, tendría que ver con las presuntas amenazas que recibió la población penal por parte del jefe del Grupo de Respuesta Inmediata -GRI- del Servicio de Asuntos Penitenciarios, Wílmer Aponte, quien sirvió de mediador para dar fin al conflicto la semana pasada, quien habría advertido que ‘se cuidaran, porque en las primeras de cambio, por lo menos iba a matar a 30’”.
“Esta es la cárcel más pacífica del país; pero cómo pretender crear ´hombres y mujeres nuevos´, como es el lema, si no los respetan a ellos, ni a sus familiares. Los presos no solo temen que los ´siembren´, sino que en algún momento arremetan físicamente contra ellos, como están haciendo con los que tienen en el ‘Tigrito’. Cómo van a salir de ahí hombres nuevos, si lo que hacen es destruirlos, física y moralmente. Hay gente ahí presa que cometieron delitos, es cierto, pero también hay inocentes y si no se toman las medidas necesarias ahora, cuando salgan lo harán convertidos en monstruos, llenos de resentimiento. Es necesario que sus derechos sean respetados de una vez por todas”, dijo Ortiz para finalizar.
Miriam Bustos
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