Regional

Campo deportivo de Cordero: un desastre que afecta a cientos de niños

13 de enero de 2025

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Bleima Márquez

La grama artificial está destruida, la cerca oxidada y rota, las luminarias no funcionan porque algunas se han dañado, además han hurtado el cable de electricidad

El campo deportivo José Alí Ramírez Roa, en Cordero, municipio Andrés Bello, está sumergido ente en el abandono y la desidia gubernamental. La grama artificial está destruida, la cerca oxidada y rota, las luminarias no funcionan porque algunas se han dañado, además han hurtado el cable de electricidad.

Se trata de un espacio fundamental para la formación de cientos de niños y jóvenes atletas, pero se encuentra en un estado de abandono alarmante.

Según vecinos de esa población, allí entrenan un estimado de 350 niños y adolescentes integrantes de escuelas de distintas disciplinas deportivas como fútbol, beisbol, kickingball y crossfit; además, adultos mayores que caminan diariamente para activar su salud.

Relatan algunos padres y representantes de los deportistas que desde el año 2016, aproximadamente, las condiciones de esta importante instalación están deterioradas y con el pasar de los años fue empeorando, hasta llegar a la crítica situación actual. La falta de mantenimiento y la inadecuada utilización han dañado gravemente las instalaciones, poniendo en riesgo la práctica deportiva y el desarrollo integral de la comunidad.

La destrucción progresiva del campo deportivo se ha visto agravada por varios factores, principalmente por el abandono y desidia de las autoridades. “Ninguna autoridad local, regional ni nacional se ha dignado a invertir en el mantenimiento del campo”, indicó un vecino, y agregó que son varias las causan que provocaron la caótica situación de este espacio: la falta de reglas y vigilancia, la ausencia de un plan de mantenimiento a corto y largo plazo.

De acuerdo con los reportes de los pobladores de Cordero y las parroquias que lo conforman, la ausencia de personal encargado de cuidar y mantener las instalaciones ha permitido que el campo sea utilizado de manera inadecuada, con la introducción de objetos y animales que dañan el césped artificial; incluso, algunos tipos de guayos (botas deportivas).

Iniciativa de la comunidad

El interés de algunos integrantes de la comunidad y de las distintas escuelas deportivas que hacen vida en este espacio, han intentado idear la manera de recuperar esta instalación, como la propuesta de un proyecto denominado “Un dólar por el Campo” planteado antes de la pandemia por Covid 19.

La idea era recolectar un dólar por familia, y que los atletas que fueron formados allí, y que ahora están en otras latitudes del mundo colaboraran con un pequeño aporte para recabar fondos y rescatar este importante espacio. Pero fracasaron en el intento por falta de coordinación, la magnitud de los daños y la falta de apoyo institucional.

Impacto negativo en el deporte

Las malas condiciones del campo deportivo impactan negativamente en el deporte del municipio, porque pone en riesgo a los usuarios. Hay padres que prefieren llevar a sus hijos a otros lugares para la práctica del deporte, pues consideran que las condiciones del sitio, sobre todo de la grama, expone a los niños y jóvenes a sufrir lesiones o accidentes durante las prácticas.

Esta realidad limita las posibilidades de desarrollar talentos deportivos en el municipio. Aseguran que hay desmotivación en los atletas por el estado de abandono del campo deportivo, y por consecuencia también frustración y desánimo.

Es urgente que las autoridades municipales, estatales y nacionales tomen cartas en el asunto y se comprometan a evaluar los daños para determinar el alcance de las reparaciones necesarias y recuperar la cancha que debe incluir el cambio del césped artificial, en caso de colocar natural es preciso instalar de un sistema de riego adecuado, que antes existía, el alumbrado y la electricidad, además, implementar medidas de seguridad y vigilancia.

“El campo deportivo es mucho más que un simple espacio de juego. Es un lugar donde se forjan campeones, se cultivan valores y se construye un futuro mejor para los jóvenes de Cordero. No podemos permitir que este patrimonio comunitario siga deteriorándose. Es hora de actuar y recuperar la cancha para las futuras generaciones”, apuntó un infociudadano de la localidad.