Regional

¿Cómo veo yo a la ciudad de San Cristóbal?

1 de abril de 2022

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Hay diversidad de criterios, donde destaca el amor por la ciudad, por la villa de Juan Maldonado o por el Valle de las Auyamas. Todos concluyen en la necesidad de trabajar unidos para avanzar
No hay duda. Cada uno de nosotros ve a la ciudad de manera diferente. La vista permite ver lo que sucede a nuestro alrededor: el comportamiento de sus habitantes; su crecimiento urbanístico; el estado de las calles; la respuesta de sus gobernantes a los graves problemas que se viven a diario. Analizamos, como seres humanos, parte de lo que sucede, y sacamos conclusiones.
Son 461 años de fundación de la villa que vio nacer el conquistador español Juan Maldonado Ordoñez y Villaquirán, un Lunes Santo, 31 de marzo de 1561. Llegó con unos 35 hombres y comenzó la conquista en esta zona de los Andes, entre Pamplona, por Colombia, y Mérida, por Venezuela. Su lugar de nacimiento, la plaza Mayor, hoy plaza Juan Maldonado, con la Catedral a un costado, y la mirada en las montañas, sabana estratégica ante los ataques indígenas.
Muchas cosas han pasado, pero en los últimos años ha preocupado la falta de planificación, el irrespeto a las normas de convivencia ciudadana y el mal funcionamiento de los servicios públicos. Se habla de la Ciudad de la cordialidad, por la calidez de muchos de sus habitantes, pero para algunps, eso es cosa del pasado.
Desde hace varios años, San Cristóbal es una ciudad de paso, una villa que sirve a muchos para el descanso, antes de seguir camino para marcharse del país por la grave crisis económica que se vive; y de descanso también para otros que han decido regresar, y como hogar para muchos desplazados que ven más oportunidades en esta región fronteriza.
Veamos cómo un grupo de hombres y mujeres ve a la ciudad de San Cristóbal, como profesionales universitarios, como ciudadanos que comparten los espacios públicos.
 La visión del rector
“Veo a la ciudad adormecida y triste. debido a la poca o casi nula movilidad y vida que le dan los estudiantes universitarios y las universidades a la San Cristóbal de hoy”, responde Raúl Casanova, rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira.
“Son muchas las instituciones de educación superior que de alguna manera hacen vida en la ciudad y, sin temor a equivocarme, era la quinta ciudad con más población estudiantil. La ausencia de rutas universitarias, el bullicio propio de la juventud y el dinamismo que influyen en los diferentes sitios de reunión y confluencia, producto de la diáspora y de la misma situación sociopolítica que vive nuestra nación, son elementos que influyen negativamente sobre esta visión”, destaca.
El rector Casanova sostiene que, evidentemente, todos los pueblos que conforman el estado Táchira, y la misma ciudad cumpleañera, son muy nobles, laboriosos, exigentes y siempre llenos de fe y esperanza.
“Estos valores nos permiten visualizar con optimismo una Ciudad de la Cordialidad y una universidad que siguen firmes en su lucha para continuar proyectando la luz del saber. En esta fecha aniversario de nuestra ciudad, en la UNET seguimos luchamos por un futuro de bien y de desarrollo. No hay cabida para las sombras”.
Así la ve un sacerdote
El sacerdote Joel Escalante ve a San Cristóbal como una ciudad polifacética, de gente próspera, religiosa, temerosa de Dios.
“Yo veo que, luego de esta pandemia, la gente es más solidaria, más sensible a las necesidades del otro. Hoy vemos que sus residentes son  más religiosos, acuden a los templos y muchos han convertido su casa en una iglesia doméstica”, dice.
De acuerdo a su criterio, ve una ciudad cada día más limpia, donde ha subido el nivel de cultura. “Nos queremos más entre vecinos, nos consideramos familia, nos ayudamos, somos  más empáticos, porque nos ponemos en el zapato del otro”.
Pero, según su reflexión, quedan mañas antiguas, como cobrar sin trabajar, no querer acudir a determinada institución, aun recibiendo un sueldo, mientras otros destacan por su vocación de servicio.
“Pedimos a Dios que estos nuevos gobernantes se unan al pueblo para ayudarlo, en especial  al más necesitado. Luchar contra la corrupción, contra la viveza, ¡que seamos de verdad esa ciudad cordial!”, expresó.
Mirada desde la psicología
Sandra Murillo es psicóloga y periodista. “San Cristóbal siempre ha sido y se ha caracterizado por el buen carácter y la personalidad asertiva de sus pobladores, pero en los últimos años la Ciudad de la Cordialidad se ha visto transformada por el comportamiento de su gente”, analiza.
Para ella. muchos de sus habitantes, “no digo que todos”, pero un importante número.  muestran intolerancia, falta de empatía, frustración, angustia, tristeza, ansiedad, que son características -aclara- no muy beneficiosas para el ser humano.
“Esto no solo se observa en la población adulta y anciana, sino que se ve en la población infantil, adolescente y adultos jóvenes. Existe una lucha individual y colectiva por no dejar de ser quienes somos. ¿Quiénes somos? Los habitantes de la ciudad más cordial de Venezuela. El mejor regalo es mantener nuestro carácter amable, resiliente, empático, amoroso, cariñoso, solidario, que las circunstancias que nos está tocando vivir y que nos rodean no nos quiten la esencia de lo que somos, gente buena que habita en la villa de Juan Maldonado”, expresa.
Desde la comunicación
Desde el punto de vista de los medios de comunicación de la ciudad cumpleañera, la periodista Sonia Maldonado destaca el surgimiento de nuevas plataformas para  informar y lo califica como un “gran avance”. Lamenta que el medio impreso existente, Diario La Nación, ya no se imprima con la misma frecuencia de antes, que sumado al semanario Diario La Prensa, son alternativas impresas en Táchira y San Cristóbal para las personas que les gusta leer en físico, ya que no lo pueden hacer por plataformas digitales al no contar con los dispositivos móviles o no saber hacerlo.
Maldonado aporta como profesional universitaria que la villa de Juan Maldonado sigue siendo epicentro de diferentes casas de estudio superior, “donde lamentablemente muchos estudiantes no han podido seguir con sus metas por el tema pandemia, presupuestos que no son adecuados, problemas de infraestructura, tecnología, mejores salarios a los docentes universitarios, entre algunos de los aspectos negativos”.
Como ciudadana, dice que ve a la ciudad “con mucha tristeza”, porque “no ha tenido suerte con sus gobernantes, tanto de oposición como del oficialismo”, en los últimos años. “No solo es responsabilidad de los alcaldes, sino de los concejales, que deberían velar porque San Cristóbal tuviera servicios públicos decentes, que los impuestos se vean reflejados en servicios eficientes, alumbrado, ornato, vialidad. Son muchas sus necesidades. Veo una ciudad sola, oscura… Se deben enfocar sus esfuerzos –alcaldes y concejales- en el trabajo político, para lo que fueron electos, para que la ciudad dé pasos al desarrollo…”. Maldonado destaca el trabajo de algunos alcaldes, como Sergio Omar Calderón, “que le pudo haber hecho algo a la ciudad de San Cristóbal…”, y algunas cosas que hizo William Méndez.
Ella recuerda que el ciudadano pide mejor calidad de vida, servicios públicos eficientes, transporte público, alumbrado, vialidad de las mejores del país… “Estoy muy triste porque cada año que pasa veo que mi ciudad, en vez de desarrollarse, retrocede en el avance que debería tener”.
Desde la formación religiosa
En la ciudad hay presencia de instituciones para la formación religiosa. La hermana Loriley Camargo, de la comunidad de las Hermanas Oblatas de los Santísimos Corazones de Jesús y de María, tiene casa de formación en barrio Sucre, parte baja.
“Estoy en la casa de formación con jóvenes. Para nosotras, como vida consagrada, religiosa, han sido tiempos en que las vocaciones han surgido y ha sido favorable para nosotras y dedicarnos a la religión, a la costura, al apostolado, a todas las actividades que hacemos. Vemos que las personas siempre están abiertas a apoyarnos, a abrirnos las puertas; las personas siguen siendo muy amables, muy receptivas”, responde.
La religiosa considera que el sancristobalense sigue creciendo en ese corazón cordial y generoso. “San Cristóbal es un lugar, es una ciudad muy propicia para florecer, y nuestra congregación está floreciendo aquí, en esta hermosa ciudad, y bueno, doy gracias a Dios por ello”, afirma.
La visión deportiva
César Semidey resume su currículo como un atleta de alto rendimiento, jugador de fútbol profesional, exdirector de Deportes. Conoce de cerca a la villa de Juan Maldonado, los deportes de su gente, sus espacios deportivos, sus problemas, sus triunfos y fracasos.
La define como una ciudad pujante, de gente cordial, agradable, pero sobre todo que ha enmarcado el deporte como bandera.
“La historia nos rememora el tener eventos como la Vuelta al Táchira en Bicicleta, desde 1966, el Mundial de Ciclismo en 1977, un evento que sirvió para construir el Velódromo; la Vuelta a San Cristóbal en Patines, un evento con participación masiva y activa; la fundación del Deportivo San Cristóbal, hoy Deportivo Táchira, desde 1974, entre muchos otros”, resume.
Semidey resalta la cantidad de instalaciones deportivas, como el complejo deportivo Juan Maldonado, el parque de La Marina y el parque Metropolitano, donde está el complejo de piscinas, hoy inactivo; complejo deportivo de Pueblo Nuevo, estadio Metropolitano de Béisbol, Gimnasio Cubierto Arminio Gutiérrez, entre otras sedes; incluso la plaza de toros Hugo Molina, que ha servicio de sede a infinidad de eventos deportivos regionales. nacionales e internacionales.
“Las actividades deportivas se masificaron en las comunidades, en campos deportivos más locales, y se debe destacar el esfuerzo de muchos dirigentes…”, recuerda cantidad de actividades que han desaparecido, pero han marcado a la ciudad, a su gente: eventos interbarrios en varias disciplinas, como futbolito, pelotica de goma, béisbol con chapita…Es  San Cristóbal fuente de masificación, y estamos de plácemes”.
Mirada de sociólogo
Otto Rosales es docente de la Universidad de los Andes, Sociólogo de profesión, conocedor de la vida de esta ciudad y de sus habitantes. La ve con proyección a futuro: “Yo concibo a San Cristóbal a futuro. Ojalá este espacio tan agradable se transforme en una ciudad de caminerías, de afectos, de encuentros diferentes, que se activen la sonrisa y la posibilidad de mirar de otra manera los espacios urbanos”.
Rosales se imagina a San Cristóbal, “en unos 20 o 30 años, llena de otro colorido, no con los rostros tristes que ahora deslucen su bella tradición de una ciudad amable y, supuestamente, cordial”
“Yo creo que, en San Cristóbal, nos mereceremos un espacio agradable y amable, no desolado y triste”, concluye.

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