Una nueva caída del sistema eléctrico se registró en Táchira. Usuarios aseguran que la situación es insostenible. “Ya es un drama humano que afecta la calidad de vida. Sin luz y sin gas, muchos no pueden ni comer”
Junto a una cadena de apagones y fluctuaciones de electricidad arrancó en el Táchira otra semana radical de la fórmula 7+7 implementada por el Gobierno nacional para controlar la propagación de la covid-19, la pandemia que ataca al mundo.
Desde tempranas horas de la mañana de este lunes 14 de septiembre, el Táchira sufrió las consecuencias de la caída del sistema eléctrico. “Al menos cinco apagones tuvimos que soportar”, criticó un vecino de Guásimos.
Residentes de otras localidades aseguraron que se registraron diez cortes durante el lunes y el problema continuó el martes. “Ayer tuvimos como 10 cortes de luz en Colón, municipio Ayacucho. Como a las 10 p.m. la volvieron a quitar; a las 2 a.m. llegó, hasta las 6 a.m., y a las 8.45 a.m. del martes la volvieron a cortar; ahora son las 12.40 p.m. y en Ayacucho seguimos sin luz”, señaló Graciela Tapias.
Vecinos y comerciantes del centro de la capital tachirense contabilizaron unos 15 apagones. “El problema más grave es cuando ponen la luz, porque es justo en ese momento cuando los aparatos se descomponen”, refirió una señora en un centro médico de la ciudad.
Entre los municipios que reportaron fallas y variaciones del flujo eléctrico están: San Cristóbal, Capacho Nuevo, Capacho Viejo, Córdoba, Cárdenas, García de Hevia, Jáuregui, Bolívar, Ayacucho, Guásimos, Michelena, Andrés Bello, Francisco de Miranda, Junín, entre otros.
Por su parte, la empresa encargada del servicio, Corpoelec, informó a través de sus redes sociales que una avería afectó a esta entidad andina. “Experimentamos una nueva caída del sistema en el estado. Nuestro personal de @CorpoelecTach_ está realizando las maniobras respectivas para la restitución del servicio”.
Daños en el hogar
San Cristóbal y el grueso de los municipios que conforman esta entidad andina experimentaron variaciones en la intensidad del fluido eléctrico, que – según muchos usuarios – causaron daños en equipos electrodomésticos y nadie responde por las pérdidas. “Con tantas fallas, ya se me dañaron la nevera y el televisor. Mi vecina también se quedó sin tele, uno de los pocos entretenimiento que tenemos”, lamentó Lucila Márquez, habitante de Barrancas, municipio Cárdenas.
Sin gas
De acuerdo con las quejas de los usuarios, los bajones intempestivos estuvieron acompañados de apagones prolongados que desesperaron a muchas familias, porque tampoco tienen gas doméstico para preparar los alimentos.
Y es que, según lo expuesto por los usuarios de distintas poblaciones del Táchira, el problema va más allá de estar en la oscuridad, ya que se trata de un drama humano que afecta la calidad de vida de hombres, mujeres y niños, al punto de afectar incluso la alimentación, necesaria para la vida.
“Niños lloran de hambre, y pacientes de la tercera edad en sus casas no han comido. Los constantes cortes eléctricos están sujetos a cualquier excusa, mientras familias en medio de la oscuridad viven un drama. No todos pueden hacer un fogón y cocinar a leña. En muchos sectores se ven ahogados en medio del humo, con el que deben convivir, proveniente de cocinas improvisadas a leña. Hay infantes con asma y pacientes con neumonía en Campo C y en La Laja”, aseveró Linda Duque.
Protestas en la frontera
Los municipios de la franja fronteriza también sufren por las constantes averías del sistema eléctrico en la región. Advierten que no descartan el cierre total de las vías, en los próximos días, hacia los dos Capachos, porque ya están agotados.
Esta acción, afirman los vecinos, se estaría llevando a cabo con dirección hacia el casco de la ciudad, porque para los lugareños, cocinar en sus hogares es imposible”, apuntaron, y agregaron que muchas personas, de todas las edades, en especial niños, ancianos y enfermos, se han descompensado por pasar todo un día sin comer porque no tienen gas ni luz en sus hogares.
Los habitantes de Capacho Nuevo y Capacho Viejo aseguran que llevan año y medio esperando por el llenado de los cilindros, y mientras los consejos comunales y autoridades municipales se ponen de acuerdo, cientos de familias siguen cocinando en hornillas eléctricas o a leña.
Si tiene alguna denuncia la puede comunicar por el correo: [email protected].
Bleima Márquez / @bleimamr