Regional

Con el siglo XXI llegaron las colas de gasolina

8 de junio de 2019

611 vistas

Una noticia recurrente ha sido las colas por gasolina y también por gas desde el 2002.

El 3 de junio de 2019 se empezó a surtir gasolina por el terminal de placa en estados como Lara y Bolívar. Virales se hicieron las noticias sobre colas kilométricas en Mérida y Zulia. En Monagas o Apure también empezaron a sentir el impacto de la escasez del preciado combustible. Sin embargo, es el Táchira el que por excelencia ha sufrido desde el 2002  90 el congestionamiento que provocan las colas por el hidrocarburo, y los problemas que de allí se desprenden, como los que venden cupos en las estaciones o los que venden pimpinas.

Los anuncios de “se acabó la gasolina” o “caos por colas de gasolina” adornaron las portadas de los principales medios del estado, que para desilusión de algunos no es algo reciente.

Las colas por gasolina, los efectos y las consecuencias que genera la escasez o la compra desesperada de las personas, abanderó  las portadas de Diario La Nación de por lo menos el último mes.

En redes sociales la venta ilícita o los isleros que venden cupo o dan prioridad a “particulares” son lo más comentado. Las fotos de miles de carros a la espera del combustible, o los días que puede pasar una persona para surtirse de gasolina también encabezan las listas de lo más visto.

En el estado Táchira, zona fronteriza con Colombia, es una situación ciertamente ya conocida. No es la primera vez que se forman largas colas por el hidrocarburo, pues desde 1989 en adelante ya es un tema común.

“Aumento de gasolina nuevo factor crítico”

Así titulaba La Nación al llamado “paquetazo” que Carlos Andrés Peréz lanzó a dos semanas de asumir la presidencia de la República en 1989. Una serie de medidas económicas respaldadas por el Fondo Monetario Internacional que intentarían paliar la crisis que en ese momento existía con la caída de los precios del petróleo y la deuda externa que provocó inflación y desabastecimiento.

Las medidas que llevarían a una economía de libre mercado en la que se recortarían los gastos y aumentarían las tarifas de los servicios públicos desencadenó una protesta en Guatire con quema de autobuses, y que causó centenares de muertes en los días sucesivos, algo que posteriormente se conocería como el Caracazo.

Los transportistas del Táchira ya auguraban que el precio de la gasolina, que se incrementaría en 100% durante los siguientes tres años, iba a generar caos en la población, y rapidamente se hicieron de “compras nerviosas” que llenaban las calles de cientos de vehículos para abastecerse antes de que el precio aumentara.

El 26 de febrero de 1989, 1640 estaciones de todo el país subieron el precio de la gasolina a 2,63 bolívares la media y 2,75 la alta. El dólar rondaba los 38,30 en ese momento.

La gente podía pasar entre tres y cuatro horas para surtirse, y desde los entes oficiales se escuchaban “si ahorramos gasolina, seguramente notaremos menos el alza de los precios”.

En esa época ya habían nacido los pimpineros y los que vendían puestos en las colas. Por un puesto se cobraba hasta 20 mil bolívares, unos 10 dólares en ese entonces.

A partir de 1999 aparece la gasolina de 95 octanos sin plomo a Bs. 97. Entre los años 1999 y 2004, el precio de la gasolina de 91 octanos con plomo fue de Bs. 75,11. Desde este momento, el combustible no ha subido de precio en el país.

Con el paro petrolero

Después del Golpe de Estado de abril de 2002, el 2 de diciembre de ese año inició el paro petrolero contra el gobierno de Hugo Chávez para presionarlo a cambiar su política socialista, impulsado . Una semana después en San Cristóbal amanecieron 32 estaciones de servicio sin combustible porque en El Vigía no despacharon. Y se generó a partir de ahí, y por tres meses, un caos vehicular en las gasolineras del país.

La Nación publicó el 31 de diciembre de 2002 “ocho horas para tanquear”, algunos recomolcados a las estaciones, otros empujados. Las colas eran kilométricas. Ya en esa época se había instalado el mecanismo del terminal de placa para surtir gasolina, y el periódico publicaba diariamente los números que les tocaba ese día, además de las estaciones que surtirían.

En esa oportunidad se fijó que los días lunes, miércoles y viernes serían para las unidades cuyas placas terminaban en 1,2,3,4 y 5. Martes, jueves y sábado para los vehículos cuyas placas finalizaban en 6,7,8,9 y 0.

Las colas irían disminuyendo considerablemente, hasta otras nuevas eventualidades.

Se impulsó el chip

A partir de una propuesta impulsada por la diputada Nellyver Lugo, el 9 de noviembre de 2010 Pdvsa dio pie a la instalación en el Táchira del sistema de control de combustible, después denominado TAG. La medida buscaba “sincerar el consumo de gasolina”. Primero lo aplicarían a los transportes, y luego a los particulares en una segunda etapa.

Esta iniciativa nació con el regreso de las colas en el estado a mediados del 2009. Donde los usuarios denunciaban que las colas abarcaban de 100 a 150 unidades, lo que describían como un “martirio”.

El chip también quería contrastar el problema del contrabando en la frontera, un problema que denunciaba reiteradamente José Vielma Mora cuando ostentaba la gobernación. Quien aseguraba que al Táchira llegaban 140 gandolas de combustible diarias durante el 2011, aunque solo se necesitaban de 70 al día para abastecer la demanda de la región.

Colas en 2019

Entrado abril de 2019 se volvieron a congestionar las calles con colas que ya no son de tres ni de 10 horas, o con 40 o 100 unidades por delante, como en décadas anteriores. Solo en este mes las denuncian van desde los cinco días, hasta 1000 carros para abastecerse con el combustible.

Distintas ciudades del país, con excepción de Caracas y sus alrededores, están sufriendo el desabastecimiento. Ya no solo es Táchira la que está padeciendo de colas, ahora también se ven por gran parte del territorio nacional. Los precios del  hidrocarburo aunado a la hiperinflación hizo que llenar un tanque sea practicamente gratuito.

Ahora también hay gente que vende puestos, y también los que venden pimpinas. Los precios los ponen en pesos, y alzancan los 100 mil.

Sin miras a que la situación cambie o se normalice, las colas inundan las ciudades del Táchira provocando caos, peleas, y congestionamiento. En las calles todos los carros tienen un número marcado en los vidrios delanteros que indica que está o estuvo en una cola.

Las personas pernoctan a la espera de unas cinco gandolas que llegan al día, que alcanza solo para abastecer a unos pocos de la enorme demanda. Los que no alcanzan tienen que esperar un nuevo cargamento. Y cuando finalmente logran surtir, ya están pensando en la próxima cola que tendrán que hacer.

(Marialice Rangel)

¡Quieres recibir el periódico en la puerta de tu negocio!

1 Mes

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 5% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post 1 historia

Mensual
54.000 Cop

Pago único

Suscribirse

3 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 10% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
51.300 Cop

Pago único

Suscribirse

6 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 20% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    2 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
48.600 Cop

Pago único

Suscribirse