Regional
Condorito y Mafalda: Estrellas del comic latinoamericano
lunes 8 septiembre, 2025
Víctor Matos
En días pasados y por instancias de un gran recopilador, Oswaldo Barreto, se llevó a cabo la Muestra Colectiva titulada “El comic Sorocho” organizado por El Ojo y desarrollado en la Galería Bordes, al considerar a esta actividad como el noveno arte en cuanto a la producción de las historietas nacionales señaladas como “Underground”.
Y aunque en Venezuela el consumo de la historieta no está tan difundido como en otras naciones del continente, siempre se exponen las adaptaciones de cuentos e historias graciosas para el animado lector.
Así, se cuentan trabajos en varios estados del país, como el que aquí divulgamos en el suplemento Flash de La Nación sobre la biografía de monseñor Jáuregui de La Grita bajo la pluma de Francisco Cuero, basado en su historial escrito por Néstor Melani y bajo el guion de este redactor, o la épica de Cipriano Castro por Jairo Osorio y hasta la divulgación en Anzoátegui sobre la vida del Gran mariscal Antonio José de Sucre.
Sin embargo, hay que reconocer que el universo de habla hispana disfrutó desde su creación de dos comics que ya son historia y que hasta la fecha se han mantenido en vigencia, como lo son Condorito, de René Ríos “Pepo”, de Chile; y Mafalda, de Quino, en Argentina. El más antiguo de estos emblemáticos personajes fue Condorito, creado el 6 de agosto de 1949 en Chile, considerado el pajarraco más popular y desenfadado, surgido de la mente y la pluma del dibujante René Ríos, mejor conocido como “Pepo”, en donde el personaje se movía con sus picardías en el pequeño pueblo de Pelotillehue y quien personificaba al típico pobre “roto” latinoamericano capaz de superar todas las dificultades que se le presenten.
Su éxito fue total y saltó de los diarios y revistas en el sureño país, a conquistar los corazones del resto de Sudamérica, escoltado por su novia Yayita, su mascota Washington, su rival Pepe Cortisona y doña Tremebunda, entre otros.
Pero la revolución del comic en esta parte del continente nació en Argentina, hace sesenta y un años: Mafalda, originada por el gran Quino – Joaquín Lavado-, de extracción de clase media y que sigue siendo el ejemplo de conciencia en el mundo de habla hispana, habiendo conquistado no solo esta parte del continente sino incluso hasta en Europa, en donde sus aventuras saltaron del diario El Mundo a la revista Siete Días en Buenos Aires, luego a entregas quincenales, y álbumes de colección y hasta en dibujos animados.
Mafalda conquistó con sus ácidos mensajes y reflexiones filosóficas al mundo entero, y sigue reinando a pesar que tuvo en los medios permanentes de creación por solo una década.
Tanto Condorito de Chile como Mafalda de Argentina, ya son nuestros y de las generaciones pasadas y las que vendrán, por su mensaje de amor y lucha por un mundo mejor.
La creatividad de Jairo Osorio
Jairo Osorio contaba con apenas catorce años de edad cuando nos ofreció publicar una serie de viñetas sobre el acontecer cotidiano de su tierra, San Cristóbal, en donde había nacido en el año de 1956 y que nosotros en La Nación le pusimos el cartel de “Pinceladas de Jairo” con la cual arrancaba con un estilo muy singular las caricaturas de todas las mañanas, las sonrisas de los lectores primero de este rotativo y luego en la página editorial de Diario Pueblo.
Tuvo un compás de ausencia por sus estudios en la Universidad de Los Andes en Mérida, en donde obtuvo el título de Licenciado en Historia, pero continuó con su arte al regresar a su lar nativo, en donde no solo recibió el entusiasmo de sus seguidores sino que conquistó el Premio Nacional de Periodismo mención Caricatura en el año 1987, que confirmó no solo su destreza para el dibujo humorístico, sino su talento para convertir su esquela en el observador crítico de la sociedad imperante.
A él se debe incluso una serie de trabajos al estilo de comics estampados en una serie de libros sobre biografías de personajes de nuestro pasado, como el de Cipriano Castro, y hasta su temprano deceso, ser el dibujante tachirense más seguido por miles de lectores que abrían el impreso por la página 4 en donde se encontraban sus Pinceladas.
Víctor Matos