El periodismo es una profesión apasionante, solo apta para gente que quiera cambiar el mundo y no limitarse a contarlo. La innovación tecnológica nos está ofreciendo las más poderosas herramientas que jamás han existido para hacer de la comunicación pública, no solo un gran poder, sino un valioso servicio.
Humberto Contreras
El creciente volumen de información disponible en la red y el carácter estratégico que tiene la información en cada vez mayor cantidad de ámbitos de nuestra vida, no hace más que confirmar la vital importancia que cobran los profesionales y los medios que se dedican a recogerla, seleccionarla, analizarla, aportarle un contexto, contarla y distribuirla del modo más adecuado para servir eficazmente a la sociedad.
Es cierto que las llamadas nuevas tecnologías y los llamados nuevos medios, constituyen desafíos de primera magnitud para el periodismo y para los medios, que cuestionan su poder y su influencia social y que permiten el acceso de los ciudadanos de toda condición a una plataforma de comunicación pública de alcance universal que funciona sin filtros ni editores.
Los blogs, Twitter, las redes sociales, Wikileaks, los buscadores, los filtros sociales y los agregadores, así como cada innovación que acabe siendo finalmente adoptada, son en su conjunto desafíos que cuestionan las funciones clásicas del periodismo y su papel social.
Los medios y los profesionales se enfrentan en esta ahora a la ingente tarea de repensarse, redefinirse y adaptarse a un ecosistema comunicativo en el que para siempre tendrán que convivir con actores no profesionales y con otras industrias, al mismo tiempo que buscan modelos alternativos de negocio para sobrevivir como empresas.
Una profesión maravillosa y unos medios que han sido hasta ahora garantes indispensables para el funcionamiento de las sociedades democráticas, afrontan hoy su tormenta perfecta. Un desafío histórico en el están en peligro demasiadas cosas como para no intentar algo más que el balbuceante juego del ensayo y error hasta dar con una inexistente fórmula mágica que lo resuelva todo.
Innovar rápido y conservar los valores de la profesión y la función social y política de los medios son las grandes batallas de la comunicación pública hoy.
(Fragmentos de la introducción al libro 80 Claves Sobre el Futuro del Periodismo, de José Luis Orihuela; Universidad de Navarra, Pamplona, España)