Regional
Constantes cortocircuitos en redes angustian a vecinos del 23 de Enero
5 de noviembre de 2019
Los vecinos del barrio 23 de Enero, parte alta, están angustiados por los constantes cortocircuitos en el cableado de alta tensión, situación que ya ha generado algunas situaciones de emergencia y, por ende, miedo entre los vecinos.
“Ya no sabemos qué hacer. El pasado jueves, después de las cuatro de tarde, se presentó una situación de emergencia, cuando llovió fuerte; estábamos en misa, comenzó a llover y de repente sonó algo horrible y no sabíamos qué hacer, si quedarnos dentro de la iglesia o salir corriendo hacia la calle”, contó una señora de la parroquia El Carmen.
Omar Hernández, vecino de la comunidad, precisó que falta un poco de interés; “se entiende que hay problemas, pero se debe procurar hacer el debido mantenimiento en el cableado a fin de evitar una desgracia”.
“El jueves se produjo un cortocircuito que causó miedo. El viento comenzó a soplar fuerte y las ramas de un árbol, ubicado en la entrada de la iglesia, comenzaron a chocar contra los cables del transformador y de repente se produjo una explosión”, contó.
“Los cables cayeron el piso y comenzaron a botar candela por toda la calle; mucha gente corrió desesperada, no sabía dónde resguardarse, y de inmediato todo el sector se quedó sin electricidad por varias horas”, dijo el vecino.
Precisó que propusieron a los trabajadores de Corpoelec cortar el árbol, para evitar nuevos problemas con los cables de alta tensión, pero respondieron que no podían, pues deben tener el permiso del Ministerio del Ambiente.
“Solo quitaron unas ramas y se teme que en cuestión de días de nuevo estará el problema latente”, dijo.
—En ese momento -sostuvo-, en que cayeron los cables, si pasa alguien, seguramente lo hubiese matado; por eso, la comunidad cree que con un poquito de voluntad se puede prevenir una desgracia.
Subrayó que una señora, que vive muy cerca de la iglesia, “sintió el calor de la corriente, pues en ese momento iba a conectar la cocina eléctrica y le pegó la corriente”.
—Muchos vecinos vieron cómo cayeron las cuerdas y se vio una línea de candela en el asfalto que bajó hasta la avenida Marginal del Torbes— narró la señora Marlene Varela.
“Cuando terminó la misa, el padre dijo que nos quedáramos más tiempo, que no debíamos salir de allí, lloviendo tanto, cuando de repente escuchamos un ruido distinto, parecía un tiroteo; a la gente que salió con paraguas, la siguió la candela, la gente corrió como dos o hasta tres cuadras; quizá el sector está un poco protegido porque la mayoría de casas tienen la barra Cooper”.
Pasadas unas horas, se presentó otro daño eléctrico a dos cuadras, otro cortocircuito, que obligó a las personas a buscar refugio en sus casas, hecho que fue precedido por otro ruido extraño.
“Gracias a Dios no ha pasado nada, y eso es lo que queremos los vecinos, no que se pierda incluso una vida y entonces ahí sí se hagan los respectivos correctivos”, advirtió.
Nancy Porras