Regional
Cortes intempestivos de energía hacen sufrir a vecinos del barrio Alianza
28 de octubre de 2023
Freddy Omar Durán
En el barrio Alianza, los cortes de energía eléctrica intempestivos y que se extienden a interminables horas, no son solo motivo de una simple incomodidad, pues representan una angustia cuando se ensañan con el bolsillo familiar.
Por supuesto, como reportaron vecinos entrevistados, los primeros golpes vienen al echarse a perder los alimentos que necesitan conservación, y cuya reposición implica “sacar de dónde no se tiene”.
—En la nevera, la carne, el queso, el pollo se dañan, y sin luz dos veces o tres veces durante el día, y varias horas en la misma noche, incluso en la madrugada, es un fastidio. A los que intentamos hacer algunos trabajos para el hogar, se nos retrasa todo; he querido hacer un mueble para mi casa y no he podido— se quejó Heriberto Castro, residente del barrio.
Pero las pérdidas resultan más onerosas, cuando las mismas se relacionan con desperfectos, por no decir daños totales de aparatos, y si estos se relacionan con herramientas productivas.
—Para el negocio representa pérdidas, pues hay mercancía que hay que mantener refrigeradas, y se puede echar a perder, y a veces cuando el corte es repentino y fuerte se dañan los aparatos. Cada vez que se nos daña la nevera, mínimo hay que gastarle 200 mil pesos, pues por lo general se afecta el regulador y los ventiladores que se trancan.
Rogando que ni se toque el motor, porque ahí sí a llorar al valle— denunció Richard Carrillo, propietario de un abasto.
En este sentido, Luis Zambrano anotó que los apagones a la larga también espantan a los clientes, quienes prefieren irse a otros negocios donde sí se cuenta con el servicio eléctrico, lo cual facilita la atención. Si bien muchos compradores echan mano de su reserva a la moneda foránea para completar su adquisición, no pocos lo hacen en tarjeta, y así se cuente en muchos casos con un lector de tarjetas inalámbrico, resulta inútil si no hay señal telefónica, u otra distribución de internet.
Desde 2016 y más aún durante la pandemia, surge la idea de disponer en muchos hogares de un negocio familiar para redondear un decente presupuesto familiar. Han nacido así variados abastos y talleres de todo tipo cuyo sostenimiento requiere por supuesto de cierta inversión, y por supuesto del abastecimiento energético necesario para un sinfín de aplicaciones.
El señor Julio Coronado desde hace tres meses le apostó a un arte que él dominada hace ya un tiempo: la tapicería. Si bien con esfuerzo ya le han llegado graneados clientes, mismos que le podrían resolver un sustento básico, los apagones no hacen más que espantarlos.
Tuvo que vender su taxi, pues los elevados costos del combustible volvieron inviable este modo de subsistencia; para invertir lo obtenido de la transacción en maquinaria, y ponerla a funcionar en lo que para él no quiere signifique una nueva decepción. De él dependen dos niños y un padre ya adulto mayor que supera los 70 años de edad.
—No se puede trabajar: el lunes tenía que entregar un trabajo a las cinco de la tarde, y la luz se fue desde las tres y llegó a las 7 ¿Cómo produces así? Le quedé mal al cliente y él se fue furioso. Apenas este es un negocio que está empezando, tenemos tres meses, me colabora mi esposa y mi cuñado, que anda en las mismas, viendo de qué manera se sobrevive, y levanta uno cabeza— confesó desesperanzado.
Para Coronado, el estar sin energía eléctrica le pone más complicado un panorama económico ya de por sí apretado. Con un suministro estable, una encomienda de sus clientes le podría tomar máximo tres días; pero con apagones, el mismo le conlleva una semana completa, y por supuesto, se le disminuye el mercado.
—Con luz no me cabe duda que el negocio puede prosperar, pues uno le pone todo el empeño a esto. Otro problema nos representa la gasolina, también los fletes se nos elevan demasiado— anotó.
Cualquiera pensará que solo las actividades comerciales que requieran de algún artefacto eléctrico o al menos un poco de iluminación se ven afectadas; pero incluso oficios de la calle como el mototaxi sufre por los apagones.
—Eso es terrible porque no tenemos internet, ni siquiera cobertura para que nos llamen los clientes habituales. De milagro nos sale un viaje un día y a veces ninguno— puntualizó Daniel Rivas, presidente de la línea de mototaxis “La bendición de Dios”.
Problemas en las vías
La vialidad es otro problema en el barrio Alianza; por supuesto, en algunos puntos más que otros. El descuido de calles y carreras ya es costumbre, por eso lo sorprendente sería volver a ver un equipo aplicando asfalto en el sector.
Para un vecino que prefirió no identificarse, si hay partes donde el asfalto y el mantenimiento no han faltado ha sido porque por allí transitan las “camionetotas” de gente influyente, que saben cómo atraer la eficiencia para el barrio.
Preocupante se presenta, por ejemplo, la carrera 1 bis, convertida en un chinchorro, que de un momento a otro puede colapsar. Se ha responsabilizado del daño a una naciente,
aunque no se descarta tuberías rotas bajo tierra, que han pretendido canalizar, pero que igual termina acumulando una laguna al comienzo de la vía, que se agranda enormemente durante las lluvias, y al mismo tiempo acciona una destrucción que a la larga va a dejar a muchos vecinos -pues esa es la única entrada y salida de vehículos de muchas casas aledañas- incomunicados.
—Hace como ocho años fue la última pavimentación, pero igual todo lo que hagan para arreglar se puede desperdiciar, pues el hundimiento no permite mejorar las cosas. A eso hay que intervenirlo a fondo— explicó.