Los hurtos son la modalidad que la delincuencia impone en varios sectores de San Cristóbal. Los ladrones no respetan ni las iglesias. La oscuridad y la lluvia se han convertido en sus mejores aliados
Bleima Márquez
Una de las preocupaciones que ocupa la atención de los habitantes de San Cristóbal es la ola de hurtos que se ha desatado en los últimos meses en sectores de la ciudad capital. Las víctimas de estas fechorías aseguran que cada día estas acciones son más frecuentes. Temen que en cualquier momento pasen de ser pérdidas materiales a agresiones físicas.
Según reportes de vecinos de diversas zonas de la ciudad capital del Táchira, la delincuencia se ha apoderado de algunos sectores. Los ladrones no respetan viviendas, establecimientos comerciales, ni siquiera templos religiosos. Pareciera que se burlan de los patrullajes de los cuerpos de seguridad.
Son muchos los sectores que padecen por culpa de estos bandidos; entre los más reportados se encuentran: barrio El Carmen, La Concordia parte alta, avenida Quinimarí, Unidad Vecinal, Plaza Venezuela, avenida 19 de Abril, La Guacara, avenida Rotaria, barrio Guzmán, La Castra, Simón Bolívar, Barrio Obrero, barrio San Carlos, entre otros.
Los residentes de estas áreas han expresado su preocupación por la falta de seguridad y la sensación de vulnerabilidad que esto les genera. Los delincuentes han estado aprovechando la soledad de las calles cuando cae la noche y sobre todo la penumbra de cada apagón de electricidad para cometer sus fechorías, es más intenso cada vez que llueve.
Muchos testimonios de ciudadanos afectados por los hampones plantean la necesidad de acabar con esa incertidumbre, pero al parecer son pocas las denuncias hechas ante los cuerpos de seguridad ciudadana porque consideran que es perder tiempo.
Tomar medidas urgentes
Los comerciantes y emprendedores insisten en la necesidad de que los entes policiales tomen medidas inmediatas para garantizar la seguridad de todos los vecinos y de quienes transitan por estas zonas. Temen que más adelante los delincuentes no comentan simples hurtos, sino que sean robos acompañados de violencia física.
“Para qué pone uno denuncia señor si ellos no hacen caso. Entonces en quién podemos confiar: en uno y en Dios”, comentó una residente de la avenida 19 de Abril quien ha visto con tristeza e impotencia cómo ingresaron al garaje de su casa, partieron el vidrio del carro, le robaron la batería, el reproductor y otros objetos que tenía en el lugar.
Hurto en la iglesia
Una de las zonas donde se han registrado más denuncias por hurtos en viviendas y comercios es la parte alta de La Concordia, especialmente en la carrera 12 y vías adyacentes.
En ese sector está ubicada la iglesia El Carmen, templo religioso que también fue blanco de los maleantes y que obligó a una reunión de los integrantes de la comunidad para abordar el delicado tema.
El equipo de Diario La Nación conversó con algunos residentes del sector e incluso con uno de los trabajadores de la iglesia, quien ofreció detalles de lo sucedido recientemente. “Hace unas semanas atrás hurtaron en el garaje de la iglesia. Eso fue entre la 1:00 a 3:00 de la madrugada porque nadie se dio cuenta”, señaló el joven.
Dijo que los delincuentes rompieron la parte alta del techo, por donde ingresaron. Una vez adentro quebraron el vidrio del carro de un sacerdote y la alfombra. Se llevaron otros objetos como la llanta de repuesto, la maleta de herramientas, el cargador del teléfono y dos chaquetas, entre otras cosas. “Gracias a Dios no pasó más nada”, recalcó y agregó que al entrar en la mañana notaron que el techo lo habían dejado destapado por el agujero que le abrieron.
Otro habitante de La Concordia, parte alta, carrera 10, contó que la inseguridad los está golpeando fuertemente. Se han llevado bombonas, lámparas, e incluso accesorios de vehículos estacionados en las vías.
Detalló que una de las zonas más críticas es La Concordia, desde el estadio de Béisbol Táchira, pasando por las carreras 9, 10, 11 y 12.
Afirman que a veces no saben a quién llamar porque suponen que no hay suficientes agentes policiales para cubrir este gran sector.
“Creo que hay pocos agentes de policía tanto nacional como municipal y estadal. Creo que no dan abasto”, opinó y añadió que hace falta un despliegue de seguridad por el sector.
Gente extraña en las calles
Otros vecinos de la avenida 19 de Abril también han manifestado angustia por la situación de inseguridad que se ha desatado, y aclaran que en esta ocasión los bandidos no roban a mano armada, sino que esperan que caiga la noche y corten la electricidad para cometer sus fechorías.
Aseveran que la situación es insostenible: “Todas las semanas se meten en una casa o un negocio diferente”, apuntaron y acotaron que incluso en una misma semana han ingresado.
Lo curioso del caso es que los vecinos de las distintas comunidades coinciden en que la manera de cometer la fechoría es similar y además en que ha habido un acentuado incremento de personas en condición de calle que se refugian en distintos puntos de La Concordia, parroquia donde también está ubicado el principal puerto terrestre de la ciudad.
“Lo que pasa es que aquí hay mucha gente extraña, demasiado. Gente extraña que llegan del exterior y se quedan aquí, no se van a sus lugares de origen porque tal vez allá está dura la vida, más que aquí”, expresó otra de las víctimas de la inseguridad de la avenida 19 de Abril, La Concordia parte alta y agregó que piensa que uno de los factores que inciden en el aumento de los hurtos son las mismas personas, porque en varias viviendas hacen lo mismo.
“Se metieron al estacionamiento donde guardamos el carro, partieron el vidrio, sacaron la batería. Luego a los ocho días se le metieron al vecino y también partieron el vidrio de su camioneta, le robaron la pantalla y la batería. Parecen que son los mismos”.
Marcas y temor
Hay mucho temor en las familias de las comunidades azotadas por los delincuentes. Dicen que producto de la migración hay muchas mujeres, amas de casa viviendo solas en sus hogares porque sus hijos y nietos se han ido del país.
Los mismos vecinos recomiendan que es preciso estar alertas ante posibles marcas que aparezcan en las fachadas de las viviendas, por muy pequeña e insignificante que sea deben eliminarlas y además informar a todos sus vecinos para desplegar una alerta. “Hay que tener mucho cuidado porque dicen que están quintiando y marcando donde hay casas solas, mujeres y personas mayores también”, comentaron.