Mirley Fernández, es madre de dos niños y tenía una mascota de nombre de nombre Oso, un perro poodle de 9 meses que, según relata la propietaria, “murió por maltrato y negligencia médica de un veterinario”, profesional en quien confió la salud de su animalito.

“Lleve mi perrito poodle de 9 meses a un doctor veterinario en el centro, por falta de apetito y por defecar, solo una vez heces en sangre. Me cobró por un tratamiento que, supuestamente, nunca le colocó porque vi las mismas bolsas de suero: una mediana y otra pequeña en un día”, comentó Mirley y agregó que desde el sábado a las 9 de la mañana lo pudo ver fue el domingo en la tarde.

“Fui a visitarlo ayer domingo entre las 12 y 1 pm y lo encontré con la llave cerrada del supuesto tratamiento, y eso no era nada, solo suero creo yo, y eran las mismas del día sábado”, refirió.

A las 2:09 de la tarde del mismo domingo, regresó al lugar donde trabaja el veterinario para llevarlo a otro centro de atención, pero no fue posible porque -asegura- el veterinario no le quiso abrir y apagó el celular. “Le toqué, le grité duro y nunca me abrió. Hasta que apareció a las 5:23 pm diciéndome que podía ser que no superará la noche. Inmediatamente le dije que iba a buscar mi perrito para trasladarlo y me dice en cuestión de dos minutos: se murió”.

Mirley asegura que no quiere que otras mascotas como Oso tengan ese triste desenlace. “Mi niño de 4 añitos está destrozado, no quiero que esto le pase a más nadie”, afirmó y agregó que el diagnóstico fue Ehrlichia, “una enfermedad que se podía curar”.

Bleima Márquez
@bleimamr
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