Un peligro vial, y ahora para la salud, lo constituye el socavamiento de terreno entre Zorca-San Isidro y el cerro Molinero, un depósito de basura y aguas negras que, aunque a cierta distancia de las zonas residenciales, se constituye en una fuente de malos olores.

El paso de la quebrada La Zorquera contribuyó en gran medida al derrumbe de un terreno, que apenas si dejó paso para vehículos y peatones; y más luego de la vaguada de noviembre, que obligó, con maquinaria pesada, al desvío del caudal, pero la torrentera pegada a la montaña se colmó de negras y fétidas aguas.

Aunque la pala mecánica dispuesta por el Ministerio de Transporte trabajó en las cercanías de la falla de borde, de alrededor de 7 metros de profundidad por 10 metros en su anchura máxima, la misma no se terminó de reparar. Según declaró un habitante aledaño al barranco, había temores de que el relleno terminara afectando al sistema de aguas servidas y se diera pie a males mayores. Por eso, la solución no consistiría simplemente en echarle tierra encima.

Un festín de zamuros y perros se ha convertido en un vertedero al aire libre, que ya ha alcanzado dimensiones considerables, a tal punto que si algún peatón o motociclista, no precavido, se cae por el precipicio, podría ser amortiguado por el “colchón” de basura.

Elis Ortiz, residente en toda la entrada de Zorca-San Isidro, no solo resultó afectada por la vaguada del mes de noviembre, que en su fuerza sacó gran parte de sus enseres a la calle, muchos de los cuales se repararon a gran costo y otros quedaron inservibles, sino que ahora debe soportar nauseabundas fragancias.

—El agua del río se represó en ese hueco, y ahí se desbordó y se metió en nuestra casa. Los olores molestos se sienten más intensos en la noche. A la gente que uno sorprende en el desaseo y se le dicen que no bote allí la basura, ni caso hace. A primera hora de la mañana, todo el que baja, a pie o en carro, por ahí, tira los desechos. La otra vez, un camión arrojó una carga completa de puro pescado.

Por su parte, los vecinos del cerro Molinero declararon que, no obstante ser ese el punto más crítico de acumulación de desechos sólidos en realidad, el problema se presenta a lo largo de la vía, en las zonas despobladas. Ellos, en repetidas ocasiones, por su cuenta, han tenido que realizar operativos de limpieza y colocar avisos de prohibición, a los que poco las personas desconsideradas prestan atención.(FOD)