Este logro fue alcanzado por el Centro Astronómico Caronte de la Unet, que con 29 años de existencia, se ha dedicado a la investigación y divulgación dentro del apasionante mundo de la astronomía
Freddy Omar Durán
Gracias a un descubrimiento hecho desde el Táchira, telescopios de todo el mundo debieron enfocarse a un punto determinado del cosmos donde un evento ocurrido hace mucho tiempo se manifestó en nuestro cielo: la apocalíptica explosión de una enana blanca.
Este logro fue alcanzado por el Centro Astronómico Caronte de la Unet, que con 29 años de existencia, se ha dedicado a la investigación y divulgación dentro del apasionante mundo de la astronomía.
Siendo apenas un bachiller, José Ángel Mora, fue uno de los fundadores de una asociación, y actualmente es uno de los responsables de este hallazgo, producto de la colaboración que todos los aficionados del mundo prestan a la Nasa.
–Hace unos 6 años –explicó Mora- comenzamos a trabajar de manera coordinada con la Asociación Larense de Astronomía y con otro grupo en Caracas, dentro del programa denominado Astronomical Search Colaboration en el que participan más de 60 universidades del mundo, y que faculta a los aficionados a hacer ciencia real: la astronomía es una de las pocas ciencias donde los aficionados pueden hacer aporte significativos , colaborando con los astrónomos , pues no hay la suficiente cantidad de ojos para procesar la ingente cantidad de información que se genera hoy en día, desde los telescopios.
Una de las tareas encomendadas a la delegación venezolana ha sido el estudio del cinturón de asteroides entre Júpiter y Saturno, importante no solo por el grado de conocimiento que se genera, sino por lo que implica para la seguridad de la Tierra, que puede estar amenazada por el desvío en su órbita de tales objetos estelares.
–Desde Venezuela uno de los fenómenos que se deben estudiar es el cinturón de asteroides que se encuentran entre júpiter y Saturno, muchos de los cuales ya se encuentran registrados, fotografiados y calculados sus parámetros orbitales pero muchos de ellos siguen desconocidos. Como aficionados podemos analizar las fotografías tomadas por telescopios robóticos especializados, y nosotros trabajamos con las imágenes obtenidas por el telescopio pan-Starr, ubicado en Hawái, de 1,8 metros de diámetro de altísima precisión. ¿Qué sucede? El telescopio toma la imagen de una porción del cielo en un punto determinado, para luego proceder a otro y así sucesivamente hasta que 20 minutos después vuelve al comienzo de la misma sección. Sigue con su rutina de fotografía, muchas veces más. 4 grupos de Caronte y uno del grupo de teleinformática de la Unet -de los 300 en el mundo y 65 en Venezuela- recibe un paquete de cuatro fotografías, y a través de un programa especial, bajo el mismo principio con que funciona el cinematógrafo, en menos de 72 horas debemos arrojar resultados que son enviados a la sede central en Abilene Texas. De esta manera podemos ver el cambio de posición de un objeto o tamaño. Se forma como una especie de competencia, y el equipo que, por ejemplo, logre dar con un asteroide nuevo, tienen el privilegio de concederle un nombre.
En este caso se trata de una enana blanca, una fase agónica de una estrella, que implica una gran emisión de energía capaz de arrasar con planetas enteros
–En el caso nuestro tuvimos el descubrimiento de una gran llamarada, un gran flash en la composición de imágenes, que representa a una enana blanca de tipo M, un evento L, (extinción level event), con una capacidad de destruir todo se encuentran en la zona de vida a su alrededor. Es un evento sumamente singular, sumamente atípico que muy pocas veces se observa y nosotros tuvimos la buena fortuna de estar en el lugar correcto en el momento indicado para avistarlo
Son varios los avistamientos importantes que Caronte ha concretado en sus tres décadas de existencia, y el más reciente gozó de gran divulgación entre los órganos de difusión científicos internacionales, a través de sus redes sociales.
–Llevamos en el Centro Astronómico Caronte hasta los momentos más de 60 descubrimientos preliminares de los cuales 5 han sido confirmados. Este último quedó registrado por la página de Facebook de la Nasa y de la ISC. Y estas campañas se realizan tres veces al año, siendo esta la primera del 2021, algo que en Venezuela se viene haciendo desde 2014. Esperamos que algún día un asteroide lleve el nombre Unet, y el otro Lucho Órdenes, fundador de la asociación; pero ese proceso lleva entre 6 y 10 años.
Como organización abierta a toda aquella persona que muestre interés en la astronomía, Caronte tiene sus sueños puestos en la Tierra, especialmente en la azotea del edificio C de la Unet, donde se piensa construir un telescopio, proyecto paralizado por falta de recursos
–Caronte es una organización aunque vinculada a la Unet acepta a aquellas personas que se sienta atraída por este apasionante mundo, pues tiene personalidad jurídica propia. Ofrecemos charlas de astronomía en escuelas, liceos e instituciones que así lo soliciten; así como acoge a los estudiantes de las diferentes carreras que quieran desarrollar sus proyectos con relación al tema. A raíz de la pandemia todo el trabajo se volvió virtual y entonces nos concentramos en la observación de asteroides, y también pudimos crecer de dos equipos de trabajo a 5, cada uno de entre tres y cinco personas. Durante los solsticios, en el desarrollo del programa “La Astronomía Va a la Escuela” repetimos el experimento de Eratóstenes, quien a partir de las sombras de un objeto vertical calculó el diámetro de la Tierra.