Regional

Después de la Semana Santa San Cristóbal retorna con lentitud a la actividad comercial

23 de abril de 2019

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El fin del asueto de la Semana Santa vino cargado de lluvias; pero con pocos augurios de que la ciudad se vaya a reactivar económicamente, mientras se acomoda al nuevo programa de racionamiento eléctrico, en cumplimiento desde este lunes.

El frío y las lloviznas parecieron congelar una semana donde la gente que se agolpó a los bancos , en muchos de los cuales, se estaba entregando un máximo de seis mil bolívares a los tarjetabientes en general, y a los pensionados hasta 10 mil bolívares. En las afueras de las entidades bancarias se percibían colas que se despachaban sin demoras.

Las pensiones que el día martes se estaban pagando completas, muchos de quienes las cobraban denunciaron que ya esta semana las estaban recibiendo de modo fragmentado.

Las colas en las estaciones de servicio que distribuían de acuerdo con el terminal de placa presentaban similar comportamiento de los días anteriores.

Las bajas temperaturas, el cielo encapotado y unas perezosas precipitaciones, contagió su letargo a la ciudad en general, no obstante, no eran pocos los que con paraguas, sobretodos, o sin preocuparse de protegerse del clima, con paso rápido.

Apenas un 40 por ciento de los locales comerciales en la mañana del lunes permanecía con sus puertas abiertas, tal vez a la espera de ver cómo en el transcurso de la semana se comportaba el suministro eléctrico, y los puntos de venta electrónicos, los cuales este fin de semana mostraron índices de normalización, aunque los apagones del lunes espantarán ciertas esperanzas de no ser de nuevo abandonados por la luz que ya venían formándose. Los nuevos anuncios de replantear al reducción de los horarios laborales y escolares, también contribuyeron a la parsimonia en el arranque de la jornada post-vacacional.

Lluvias: temporada de problemas

La venta de alimentos en las calles se caracterizaban por la abundancia de venta de mangos. (Foto/Tulia Buriticá)

A pesar de largo tiempo de sequía que afectó al estado, este en nada se aprovechó para tomar las previsiones para evitar los problemas de siempre que las lluvias traen consigo. No se aprovechó para arreglar los sistemas de desagües en las vías públicas, y nuevamente las calles se están convirtiendo en ríos, y con ellos los obstáculos para el libre fluir del tránsito automotor y peatonal.

Ejemplo de esa desidia que nunca encuentra solución los vemos por ejemplo en la avenida Simón Bolívar, conocida como Marginal del Torbes muy cerca de la denominada Redoma de la ULA, o muy cerca de la plaza Miranda por el cruce de la calle 6 con octava avenida, donde ya es tradición que el rebose turbulento de las aguas. Por eso en esta temporada de lluvias, en vista que el estado de calles y carreras, muestran evidente deterioro, se recomienda a los conductores tomar las previsiones necesarias para no caer en los huecos agazapados en los charcos que se van formando, y pueden acarrear el daño de sus vehículos, un lujo que hoy en día pocos venezolanos se pueden dar.

Sin embargo muchos bendicen el regreso al invierno, y que el mismo redunde favorablemente en traer de nuevo el vital líquido a muchos barrios que han estado padeciendo la sequía.

Expectativa por el plan de racionamiento

Después de unos días Santos que pasaron con muy poca suspensión del servicio eléctrico, este lunes se estaba ejecutando el plan de racionamiento de carga que contempla hasta doce horas divididos en dos bloques, lo que muchos tachirenses consideran un golpe duro al normal desenvolvimiento de las actividades laborales y productivas de la región. Sin embargo, muchos guardan la esperanza de que tal plan no se cumpla con la severidad anunciada.

Gran oferta de mangos

Aunque muchos trabajadores venezolanos están a la espera de nuevos anuncios económicos que traigan consigo paliativos a un presupuesto que no alcanza ni para adquirir verduras. En este rubro, los precios de los productos de mayor demanda en los toldos callejeros oscilaban entre los mil y los dos mil bolívares el kilo, a excepción de la papa en alrededor de los 3 mil bolívares el kilo. Se destaca especialmente un excedente de mangos, por los cuales se podía pagar hasta mil bolívares o menos por el kilogramo.

Freddy Omar Durán