Los residentes de la Ciudad Pontálida se concentraron en los centros de votación
Norma Pérez
Mientras los centros electorales se encontraban abarrotados de gente queriendo ejercer su derecho al voto, calles y avenidas de Rubio se observaban desoladas.
Contrastaban las aglomeraciones alrededor de escuelas y liceos, con el comercio, que en su mayoría permanecía cerrado. El centro de la ciudad se mostraba solitario y sin el movimiento característico de los domingos.
Algunos comerciantes manifestaron su disposición de no abrir para apoyar el proceso electoral; que sus empleados pudieran acudir sin prisa a sufragar. Otros, trabajaron por turnos o hasta mediodía para dar la oportunidad de asistir a los centros.
En los alrededores de la plaza Bolívar todo lucía silencioso y tranquilo. La iglesia Santa Bárbara, cumplió con el horario habitual de misas dominicales, y hubo numerosos feligreses que fueron al templo a elevar sus oraciones y pedir por Venezuela, antes o después de ir a votar.
Las elecciones presidenciales fueron las protagonistas del domingo, aunque hubo un espacio para la plegaria y agradecer a Dios. Un día de bullicio y de silencio en Rubio.