La infraestructura de los edificios y el comedor de la Universidad de los Andes (ULA), núcleo Pedro Rincón Gutiérrez (Táchira), se encuentran en avanzado estado de deterioro. Al entrar al lugar se evidencian rastros de saqueo, invasión y daño a las instalaciones.
En un recorrido efectuado por los estudiantes de la ULA-Táchira, en compañía del personal administrativo, debido a los problemas de inseguridad que presenta la institución-, se pudieron presenciar las condiciones en las cuales se encuentran las edificaciones ubicadas en el área posterior de la ULA, en la zona del comedor y el llamado edificio “D”.
Pasillo del edificio “D”
Aproximadamente, hace tres (3) años, en este edificio se encontraban los salones de teatro y demás laboratorios que laboraban con normalidad hacia el año 2018. Asimismo, en aquella época, tanto estudiantes como personal obrero de la ULA asistían al comedor para consumir el almuerzo y/o cena que ofrecía la institución.
No obstante, paulatinamente la universidad decidió restringir el paso hacia el área debido a que para llegar a ella hacía falta atravesar el Jardín Botánico de la ULA, camino en donde progresivamente aumentaron los casos de robos y otras agresiones, presuntamente propiciados por habitantes de una invasión vecina a la universidad, quienes ingresaban a la institución aprovechando que uno de los muros que rodean a la universidad se encuentra caído.
Pese a la vigilancia y medidas de seguridad que la ULA-Táchira impuso a principios de la cuarentena por covid-19, que inició en el país a principios del año 2020, fue prácticamente imposible proteger tanto la infraestructura como los bienes muebles del edificio “D” y el comedor, que recibieron el mayor impacto de la delincuencia.
Pared del comedor
Además del daño sufrido en esta área de la universidad, la zona superior de la ULA, donde se encuentran los edificios “A”, “B”, el edificio administrativo, el cafetín, la biblioteca, el estacionamiento y demás áreas comunes, también se vieron afectadas. Entre los daños recibidos en esta zona se encuentra el saqueo a los laboratorios –en los cuales hurtaron computadores y discos duros-, y a los edificios –donde hurtaron cables y ´brequeras´-, y los buses –a los cuales les hurtaron piezas mecánicas-, dejando en la institución un aura de abandono.
Frente a esta situación, los estudiantes de la ULA Táchira –en especial quienes cursarán el Servicio Comunitario a inicios de febrero del 2022- se preparan para la recuperación de la infraestructura de la universidad, enfrentándose al reto de restablecer en los edificios la funcionalidad y el óptimo servicio que ofrecían años atrás. (Anghy Estupiñán)