La feria bufalina cuenta desde este jueves en la mañana, con un visitante no invitado, que inesperadamente, ajeno al mundo en que vivimos, justo se presentó en el escenario ferial, donde es motivo de atracción.
Se trata de un bebé búfalo, que nació este jueves 11 en la mañana, en el corralito de exhibición donde está recluida su mamá, una hermosa búfala, que, sin importarle lo que ocurría a su alrededor, hizo lo que la naturaleza le impone a sus genes: parió su bebé, y se encargó de terminar su proceso de parto.
El pequeño bebé salió del vientre de su madre, y de una comenzó a hacer los esfuerzos instintivos para ponerse de pie, mientras mamá búfala terminaba con “la ceremonia”, arrojando la placenta sanquinolenta, la que después, lentamente, y sin “arrugar el rostro” consumió, aunque lo hizo con cierta lentitud.
El bebé entre tanto, comenzaba a experimentar las incomodidades de este mundo, pues a pesar de la lamida de limpieza que le hizo la madre, quedó muy atractivo para las moscas que no dejaban de molestarle, mientras su piel vibraba con la reacción instintiva de su naturaleza, para espantar los insectos.
Luego de un rato, el bebé simplemente se echó, quizá pensando en ubicarse en qué sitio había llegado, mientras los muy pocos visitantes a esa hora de la mañana, se daban gusto viendo a la criatura, negrita como su mamá, y a la expectativa.
(Humberto Contreras/ Foto: Tulia Buriticá/ Diario La Nación)