Juan José Contreras
Luz Magaly Mora Gómez, quien nació en 1964, oriunda del municipio Michelena, fue la menor de 13 hermanos, una familia numerosa y que creció quizá a cientos de integrantes, pues el legado de esta virtuosa intérprete tocó la vida de muchas personas, sobre todo la de sus estudiantes. La comunidad artística del Táchira y Venezuela lamenta profundamente la partida física de esta ilustre mujer que deja un loable patrimonio de inspiración.
En su etapa de bachillerato formó parte del grupo de teatro Travesía, cuyo primer montaje recorrió varios lugares del estado Táchira de la mano de Rodrigo Casanova. Posteriormente viajó a Caracas para estudiar y egresar de Escuela Superior de Arte Escénico Juana Sujo. A lo largo de su vida trabajó en un sinfín de producciones y puestas en escena al lado de grandes personajes del medio artístico y teatral, como Aníbal Grunn, José Ignacio Cabrujas o Román Chalbaud, entre otros.
Su trabajo se representó en entornos teatrales y de la pantalla chica, como fue el caso de Radio Caracas Televisión. En Caracas, durante muchos años hizo talleres de formación, donde combinó el arte con la enseñanza.
En el 2005 regresó a Michelena por un problema de salud y, después de una larga travesía médica, se llegó al diagnóstico del cáncer. Fueron años de lucha, en los que continuó su incursión teatral donde había nacido, en el corazón del Táchira, llegando a cambiar la vida de muchos jóvenes, a la par del regalo artístico que le brindó a su comunidad.
La niña de la casa
Aura Mora, hermana de Magaly Mora, recordó los inicios de su hermana en el mundo teatral: “Una de las cosas que más nos llamaban la atención a la familia, es que ella se inclinara hacia las artes, que para nosotros en ese momento era un poco tabú, pero ella siempre fue muy decidida; en ese momento decía ‘voy a ser actriz’, y lo consiguió”, alegando que el núcleo familiar fue el principal admirador del trabajo y la carrera de esta destacada artista michelenense. «Ella fue muy segura en lo que quería, de joven decía ‘yo no soy hermosa, pero tengo talento’; ella fue muy maravillosa”.
La familia siempre fue unida, “La mayor de mis hermanas tiene 80 años; han fallecido algunos. Teníamos un hermano especial, al que le dedicaba mucho de su tiempo, el niño grande, le solíamos decir, falleció a los 75 años, ella lo cuidaba y se lo llevaba a sus obras de teatro”, comentó Aura Mora.
“Magaly, siendo la menor, fue nuestra consentida, el bebé querida de esta casa. Siempre fue una niña estudiosa y apasionada. Mencionaba que lo que le daba miedo era no tener el tiempo de aprender todo lo que había para aprender. Fue visionaria, buena amiga, hermana, hija, compañera, no existía para ella el no; si la necesitaban para algo, allí estaba. Ayudó a muchos jóvenes, cambiándoles la vida por medio del teatro; se dedicó a sus estudiantes”.
Florecer en Michelena
Alfonso Mora, uno de los estudiantes de Magaly Mora, detalló cómo fue el inicio de algo trascendental: “Estudiando cuarto año de bachillerato, buscamos a Magaly para un trabajo de literatura, sobre unos cortometrajes de obras de Edgar Allan Poe. Nos organizamos, hicimos los montajes, y eso dio pie a que naciera el grupo de teatro”. Así fue que esta destacada artista michelenense, durante la recuperación de su enfermedad, una vez más floreció para formar a otros. Su incursión llegó a convertirse en Fundación Travesía Teatro.
La primera puesta en escena fue “Mi planta naranja lima”, que ella había interpretado años atrás también con Aníbal Grunn. El salón parroquial de Michelena se convirtió en escenario de múltiples obras, con giras, representaciones en festivales y galardones. Los jóvenes aprendieron, desde interpretación histriónica hasta escenografía; ellos elaboraron vestuarios, escritura, todo lo relacionado con una puesta en escena. También la labor de Magaly Mora llevó a sus estudiantes a vincularse con la comunidad, con lecturas de poesía o ayudas en la iglesia, con el pesebre en diciembre o monumentos durante la Semana Santa.
Karelis Chacón fue una de las estudiantes que años más tarde se formaron con la creación de un “Semillero”, que la notable maestra de la actuación emprendió con aquellos alumnos de bachillerato que la contactaron tiempo atrás, pero que ya eran hombres y mujeres adultos.
“Como me lo dijo Magaly la semana pasada, ella se encargaba de agarrar a todos los jóvenes descarriados y los encaminaba: decía ‘vamos a hacer algo bonito, vamos a hacer arte, a expresar todos esos problemas que usted tiene en su casa, canalicémoslos aquí’. No solo era actuar, era tener una familia, amigos con quienes contar, aprender; nos reíamos, era terapéutico, era interiorizar, interpretar, aprender muchas cosas”, dijo la joven.
Gracias a Luz Magaly Mora Gómez por todo lo que aportó a la comunidad artística de Venezuela, y a sus hijos de vida, todos aquellos estudiantes que se formaron para la existencia, con tan maravillosa mujer. Hasta siempre.