Regional

El Lunes  Santo Jesús  expulsó a mercaderes que habían tomado su templo en Jerusalén

6 de abril de 2020

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 Jesús de Nazaret, al lograr su cometido de sacar a los impíos del lugar, utilizando un látigo hecho con varias cuerdas, dejó en claro que su casa, sería casa de oración y así será llamada.  Se dice que esta acción fue presenciada por sumos sacerdotes que ya le temían y al observar el cariño y respaldo del pueblo, urdieron un plan para eliminarlo

Armando Hernández

 

El Lunes Santo es considerado como día de autoridad, por cuando se conmemora el hecho donde Jesús, indignado por ver al tempo convertido en un lugar de mercaderes, reacciona y procede a desalojarlos, advirtiendo que su casa será casa de oración y no de otra cosa, situación que al parecer, tiene relación directa con su detención, por cuanto fue observada por los  escribas y sacerdotes, que comenzaron a urdir un plan para que fuera arrestado.

De acuerdo a las citas bíblicas, esto ocurre un día después del Domingo de Ramos, cuando en medio de aclamaciones hizo su triunfal entrada a Jerusalén, y es rememorado por la iglesia católica como el día que Jesús expulsa a los mercaderes del templo.

Es llamado «Lunes de Autoridad» porque Jesús manifiesta ante el pueblo la naturaleza su poderío al expulsar a los impíos de su tempo, dejando muy claro que su casa, sería casa de oración y así será llamada. También muestra su poder sobre la naturaleza al maldecir la higuera que no da fruto.

Expulsión de mercaderes

El pasaje del Lunes Santo en la Biblia, no recuerda la escena en la que Jesús de Nazaret expulsa a los mercaderes que se hallaban en el Templo de Jerusalén. Como era costumbre por vísperas de la Pascua judía, el hijo de Dios recorría las calles de Israel predicando la palabra de Dios. Fue así como llegó al Templo, que encontró atestado de comerciantes, cambistas y ganaderos.

Jesús se molestó en alto grado, hasta el punto que hizo un látigo con varias cuerdas y empezó a agitar y golpear los puestos de ventas que habían sido instalados en el Templo de Jerusalén. Las mesas cayeron estrepitosamente y los animales, asustados y sin nadie que los controlara, se dispersaron por todas partes y escaparon.

Los cambistas corrieron, dejando abandonadas sus monedas que fueron a parar al piso, mientras el Nazareno continuaba desalojando el templo convertido en mercado, lo cual consideraba como una ofensa para su padre. Según especialistas y estudiosos, se cree que este proceder del Lunes Santo, tuvo una relación directa con el arresto y crucifixión de Jesús.

En el Evangelio según San Juan, se relata la visita de Jesús al templo de Herodes, en cuyo patio vendían “bueyes, ovejas y palomas” en medio de una gran actividad con presencia de los cambistas, que sentados en los espacios abiertos, operaban tranquilamente. Ante estos hechos, narra el apóstol, que su maestro empezó a echar a quienes estaban comprando y vendiendo cosas, derribó las mesas de los que cambiaban dinero y las bancas de los que vendían aves. San Juan relata, que Jesús hizo un látigo de cuerdas y con el echó a todos los mercaderes que operaban en el templo.

Mientras hacia esto, criticaba que habían convertido su casa en una guarida de ladrones, y no les permitió entrar con mercancías al templo.  Este incidente fue observado por los escribas y principales sacerdotes, que desde días antes, tras observar la manera como el mesías era recibido y el gran amor con que el pueblo lo trataban, comenzaron a buscar la manera  de quitarle la vida.  Les asustaba la reacción popular, el sentir de un pueblo maravillado de su doctrina y, planificaron un plan para destruirlo.

 Celebración Católica

La liturgia de la Iglesia Católica dedica la predicación del Lunes Santo, al capítulo 12 del Evangelio según San Juan, donde se relata la visita de Jesús a Betania, lo cual había ocurrido antes del domingo de Ramos y poco después de la resurrección de Lázaro.

“Seis días antes de la Pascua y tras un largo camino, Jesús llegó a Betania, donde se encontraba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Fue invitado a una cena en la casa de Simón, un leproso a quien el mesías había curado. Marta servía y Lázaro, su hermano, estaba entre los invitados. María de Betania, hermana de Lázaro, tomó un perfume muy costoso, hecho de nardo puro y le ungió los pies a Jesús. Luego los secó con sus cabellos, En el ambiente se expandió un fuerte olor a perfume, ante lo cual, Judas Iscariote, el discípulo que terminaría traicionando y entregando a su maestro, dijo: ‘Ese perfume se podría haber vendido en trescientos denarios para ayudar a los pobres’. En realidad a Judas no le importaban los pobres,  porque que era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, se llevaba lo que echaban en ella.

Jesús  le replicó en los siguientes términos: ‘Déjala, pues lo tenía reservado para el día de mi entierro, a los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre’. Muchos judíos al enterarse que Jesús se encontraba en esa casa, acudieron de inmediato, no sólo para ver a Jesús, sino también a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos.

Entre los jefes de los sacerdotes aumentó el descontento, pensaron que debían darle muerte también a Lázaro, pues por su causa, muchos judíos se alejaban de ellos y  se acercaban a Jesús en cuyas prédicas creían y practicaban”.

 Dedicado a padres de familia

En el estado Táchira, conforme a las recomendaciones entregadas a los  sacerdotes por el obispo, monseñor Mario del Valle Moronta, el Lunes Santo será dedicado los padres de familia. En cada parroquia será preparado un mensaje sobre el tema, para ser transmitido por radio, televisión y redes sociales.

Desde la Diócesis se generara un programa grabado acerca de los padres de familia y el papel de los hombres en la sociedad y en la Iglesia. Será un momento de reflexión y oración orientado a enfatizar el papel del padre en cada familia.

Este año la feligresía  tiene limitaciones para asistir a los oficios religiosos, por las medidas  tomadas a causa de la pandemia, entre ellas la cuarentena social implantada por las autoridades sanitarias que lleva a celebrar la Santa Misa a puerta cerrada, sin la presencia de los fieles. Ante esta situacion, la Conferencia Episcopal Venezolana hace algunas recomendaciones para seguir los oficios religiosos a través de medios de comunicación.

En primera instancia, se recomienda  establecer un sitio tranquilo en casa, cómodo  para seguir  con fe y devoción la Santa Misa. Apagar el teléfono celular y otros dispositivos electrónicos que puedan ser motivo de distracción durante el oficio religioso. Mantener un a postura digna y conectarse con la presencia de Dios. Vivir la Eucaristía en silencio con devoción y responder a las aclamaciones. En el momento de las peticiones, pide por los enfermos y la erradicación de la pandemia. Con fe y esperanza, haz una comunión espiritual

 

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