Regional
El urbanismo arrasó el pasado en la vieja carrera cinco
martes 30 septiembre, 2025
Voces de San Cristóbal, caminar por la avenida Francisco García de Hevia
Segunda entrega
A lo largo de la avenida Francisco García de Hevia todo es moderno. Lo histórico fue destruido para dar paso a la arteria vial más importante de la época en el casco central. La historia se encuentra en fotografías, testimonios, documentos y reseñas de prensa.
Giovanna Colmenares /Pasante ULA/ @giocolme
Los restos de dos cornisas recuerdan que hubo hermosas casonas de paredes de bahareque y techos de teja, la mayoría de ellas de patio central, construidas a ambos lados, a lo largo de la carrera cinco, del centro de San Cristóbal. Son huellas del pasado histórico de la Villa de Juan Maldonado, porque con la construcción de la avenida Francisco García de Hevia fueron derrumbadas para ampliar a 24 metros de ancho, la vía, en septiembre de 1967.
Hoy día, 58 años después, al caminar por esta arteria vial se escucha el murmullo constante de las personas, el tráfico de vehículos particulares y de unidades de transporte público, sumado al ruido de las cornetas instaladas en muchos establecimientos comerciales, ruido que resuena a diario en el diseño urbano de la ciudad de San Cristóbal.
Una obra de vialidad moderna para la época, que respondió a las necesidades de comunicación entre el norte y el sur de la ciudad. El crecimiento de la población, más vehículos en movimiento por sus calles y la forma angosta de aquella vía, con mayoría de casas de bahareque, tapia pisada y adobe, generó una demolición imparable para modernizar la ciudad.

El gobernador del estado, Juan Antonio Galeazzi Contreras: Idelfonso Moreno Mayo, Presidente del Concejo Municipal del distrito San Cristóbal; y el ingeniero Teófilo Cárdenas dan inicio a su construcción con recursos del Ministerio de Obras Públicas. Se estimó una longitud de 1.451 metros lineales, partiendo desde la calle 16 hasta la calle 3, donde inicia el viaducto sobre las aguas de la quebrada La Bermeja –datos del MOP-. Tuvo un costo de 6 millones 850 mil bolívares.

En el Concejo Municipal se establece un plazo y una serie de modalidades para quienes firmen un convenio con la Comisión Técnica Jurídica de la Avenida Central, exactamente para gozar de beneficios y exoneración de impuestos. La construcción de la avenida fue un proyecto que durante años se pensó. Se concretó el 7 de septiembre de 1966.
La Quinta Avenida, como muchos le llaman, es bautizada con el nombre del prócer tachirense Francisco Javier García de Hevia, un personaje de época de la etapa la colonia, amante de la libertad, quien oriundo de La Grita, municipio Jáuregui, se forma abogado en Bogotá, una de las personalidades que representó el fin de la colonia y los comienzos de la independencia. Lo asesinaron el 6 de julio de 1816.

Recordar a una San Cristóbal colonial
La Villa de San Cristóbal, fundada por Juan Maldonado el 31 de marzo de 1561, fue el centro de hechos históricos, como el paso de Simón Bolívar por la Cuesta de Filisco en tiempos de la Campaña Admirable. Una ciudad rodeada de casonas de familias honorables.
Fue la San Cristóbal colonial, que años más tarde es destruida, se estima sobre 60 por ciento por un terremoto con epicentro en Cúcuta el 18 de mayo de 1875. Las viviendas que estaban algo deterioradas se destruyen en su totalidad. Algunos historiadores cuentan que el pueblo tuvo que levantarse nuevamente, y es entonces cuando comienza su modernización.

“En el año 1888 el Cabildo de este periodo levantó la topografía, su planificación y es cuando se levanta la ciudad, la nueva ciudad” dice la museóloga, Belkys Candiales, quien ha dedicado su vida al estudio del patrimonio, por medio de arqueos e investigaciones de campo. “Se logra esa planificación y viene el desarrollo urbano, moderno para la época”.
Fundada sobre terrenos húmedos, se desarrolló a la fuerza. Un pueblo de tan solo cuatro manzanas, que nace donde hoy está la catedral y llegaba hasta la carrera 6, donde se encuentra el Museo de Artes Visuales y del Espacio del Táchira (Mavet), que anteriormente era la Casa de Gobernadores, y en primer lugar el Monasterio de los Agustinos, razón que permitía llamar a esta pequeña vía hasta la catedral como la Calle del Culto.
La Villa original abarcaba las calles 3-4-5 y 6, y su población era apenas de unos 6 mil habitantes. La cantidad de ventanales que poseían las casonas representaban la posición económica de las familias, si tenía solo una era de familia humilde, dos era de clase media y de tres en adelante de las familias honorables. Las cornisas destacaban en lo alto de las paredes exteriores, un adorno arquitectónico.



“En 1890 y pico hasta la calle 6 llegaba la ciudad y después se extendió hasta La Ermita. No existía ninguna avenida. La ciudad cuadricular, organizada, numerada y calificada. Las vías o los caminos eran solo calles y carreras”, manifestó.
Influencia comercial
El comercio, paso fundamental y de mayor influencia, generó cambios para urbanizar la ciudad. Es para los proyectistas de las obras, necesario la destrucción y la remodelación de algunos lugares de los que hoy no se tienen memoria viva.

El Teatro Garbiras, fue un sitio de exhibición para las artes, inaugurado en 1904, con ubicación en la carrera 4 con calle 6. Edificación construida por Arístides Garbiras, quien fue poeta, periodista y político proveniente de Maracaibo, lamentablemente, fue derribada en los años 50.
“Un teatro que tenía dos y tres plantas, hermosísimo, ovalado, donde se presentaron varios artistas del periodo”, dice la museóloga Belkis Candiales, señalando el anuncio que muestra al teatro en una parada de transporte, donde actualmente se encuentra la Casa Francesa, entre calles 5 y 6.

— ¿Qué pasó con el Palacio de Gobierno de Cipriano Castro, que estaba construido en la calle 4 con carrera 5?
— Pasó a ser el primer palacio de la región los Andes. Doña Zoila de Castro, cuando vino un diciembre dijo que ahí había oro, porque su construcción había costado muchísimo. Trajeron lo mejor en arquitectura, artistas, escultores. El Palacio de Gobierno fue inaugurado el 31 de diciembre de 1907, por el presidente del Táchira, el general Celestino Castro, bendecido por el vicario Felipe Rincón González, en un evento que involucró un baile con 74 parejas al compás de la Banda del Estado. Decorado por Ángel Nóferi. Lo tumbaron en 1952, cuando el gobierno de Pérez Jiménez proyecta ampliar la carrera 5. También tumbaron las casonas que habían a ambos lados de la calle — declaró Candiales al recordar que es importante recordar estos espacios a lo largo de la historia para no olvidar la identidad sancristobalense.
— ¿Luego de la construcción de la avenida se han destruido las casonas que quedaron en pie para transformarlas en espacios comerciales?
— Así es. Por ejemplo, en la carrera 5 con calle 4, en la esquina era una casona que tenía más de siete ventanales -dice la museóloga, mientras muestra una fotografía de la época- Destacaba por la familia Marciales que habitaba allí. En el Museo de Artes Visuales –Mavet-, se conservan dos de las rejas de sus ventanales que guardan este recuerdo. Actualmente, se puede observar diversas ventas de comercio. .

— Han sobrevivido a la modernidad dos cornisas: una por la calle 6 y otra por la calle 9. ¿Qué nos recuerdan este detalle arquitectónico?
— Las cornisas del siglo XX, ingresaron en la escuela Francesa, con Guzmán Blanco en 1875 siendo una arquitectura tardía. Eran detalles que las familias honorables posicionaron sobre sus casonas, al final de las paredes que dan a la calle. La de la calle 6 se conserva y muestra el detalle de esta casona de una familia honorable de la época. Igual se observa por la calle 9. Allí deberían destacarse, restaurar, conservar. Es la huella de las casas y casonas.

— ¿Hay alguna casona o casa de época a lo largo de la avenida Francisco García de Hevia?
— No. Todo ha sido destruido para la modernidad del comercio y de edificios. No hay nada en esta zona de la avenida. Hacia la calle tres, sector Catedral, hay que trabajar. Todavía hay casonas que están de pie que son de interés histórico, como también en la carrera 4 con calle 6, allí está la casona de María del Carmen Ramírez de Briceño, la heroína, y las casas de grandes escritores.
— ¿Falta mucha información de calle para conocer nuestro pasado arquitectónico?
— Los paneles informativos que han puesto a los largo de la avenida en algunas paradas de transporte público son una propuesta interesante. No es la mejor, pero es un importante paso. Son paneles de información que me parecen muy buenos porque eso contribuye a mayor información y así los ciudadanos conocen a su ciudad, su pasado, su presente, la quieren y cuidan lo que aún queda en pie de su pasado de historia.

Hay espacios que ameritan ser reconocidos culturalmente. La llamada Quinta Avenida, oficialmente Francisco García de Hevia, permitió mejorar la circulación de vehículos entre el norte y el sur, mejor desenvolvimiento al centro de la ciudad, lo que generó una serie de modificaciones y de eventos posterior a su construcción.
Además de las dos cornisas solo hay una placa de metal en la esquina de la calle 6 donde se lee el nombre de avenida Dr. Francisco García de Hevia, MOP-1967. La colocó personal del Ministerio de Obras Públicas el año de fundación de la avenida. También el nombre está en los dos paneles informativos del Par Vial, pero no hay un busto, una placa en mármol o en otro material con parte de su historia. Es una tarea pendiente de las autoridades municipales. (Giovanna Colmenares/pasante ULA)

