Regional
En al menos 60 por ciento ha disminuido el sacrificio en el Matadero Municipal
20 de noviembre de 2018
La escasez de la carne ha repercutido en que sus precios se hagan inalcanzables al bolsillo de quien a duras penas gana un salario mínimo.
Con precios que oscilan los 800 y los 900 bolívares fuertes –un margen que algunos vendedores se atreven a franquear- no son pocos los consumidores que hacen todo el esfuerzo posible por no eximirse del producto, pues su proteína se necesita, a falta de otras compensaciones nutricionales, que tal vez la incultura gastronómica, o, sencillamente, la imposibilidad de nuestro presupuesto de conseguir mejores alternativas, si es que existen en un mercado alimentario tan restringido.
¿Y qué hacen los consumidores ante esta escalada que en menos del 15 días ya ha superado el 100 por ciento? ¿Pegar el grito en el cielo cuando las autoridades encargadas de controlar los precios están desaparecidas del mapa; o propiciar sanciones a los pocos que si expenden carne bajo el temor generalizado que si son multados, nos vamos a quedar definitivamente sin el producto?
Pues para muchos la alternativa es pagar; tomando algo de aire y saliva, bajo un silencio sepulcral; y pegando carreras una de vez se tenga los cortes en las manos, porque no vaya a ser que por quedarnos un rato más en el establecimiento cobren.
En el Matadero de San Cristóbal cunde la preocupación, aunque en el frigorífico se da la alternativa de comprar al detal, con base a la lista de precios del día sobre pizarra acrílica, que para el lunes nos señalaba que la carne de primera estaba en 900 Bs.S, la de segunda 850 Bs.S, la costilla 800 Bs.S y había otras alternativas a 500 Bs.S como el hígado, el callo, la asadura, la chinchurria, la lengua entre 300 Bs.S y 400 Bs.S.
Pero mientras este frigorífico intentaba este lunes operar dentro de cierta dificultad, atendiendo una nada despreciable afluencia de clientes; otros locales prefirieron no abrir, u ofertar cierta cantidad.
Como nos dijo José Manzuli, vicepresidente de Imboga, la situación se ha agudizado desde hace varios meses, y ha afectado a una empresa pública de la cual al menos 100 familias dependen. No solo se trata de una amenaza que afecta un ingreso salarial, sino también de lo que los mismos obreros que se han podido suplir sus hogares con productos cárnicos. Afirmó que la nómina sigue siendo la misma, y los gastos en vez de disminuir aumentan; pero siempre el Matadero está en disposición de seguir “guapeando”.
Manzuli dijo que las autoridades competentes deben ponerse la mano en el corazón y facilitar las guías de venta del ganado procedente de Apure y Barinas para poder trabajar mejor.Calcula que en un 60 por ciento ha bajado el sacrificio de ganado en el Matadero, y tienen mucha expectativa por lo que sucederá esta semana, pues reina la incertidumbre.
“El deseo de trabajar existe –enfatizó Manzuli- las ganas de trabajar las hay, como buenos gochos que somos, pero si no nos llega carne, como hacemos. Si hubiese bastante producto, comenzaba a bajar de precio, pues es un producto perecedero que más de un tiempo no nos puede durar en una nevera, entonces hay que venderlo rápidamente. Este matadero es una bendición de Dios, porque mucha gente, se benefician de él, directa e indirectamente. Si este problema de la escasez de carne lo arreglamos en conjunto marchamos todos bien; ya es hora de que trabajemos cómo debe ser”.
Sobre la venta en el frigorífico afirmó que está se hace de “a poquito” porque de hacerla al por mayor, tal existencia termina en manos de los bachaqueros., y muchas familias se quedarían sin sus proteínas de origen animal.
Freddy Omar Durán