Calles dañadas, tanquillas destruidas, basureros clandestinos, trampas mortales por el robo de tapa de alcantarillas, son parte del cúmulo de problemas que enfrentan los vecinos del sector Colinas de Carabobo, en la parte intermedia de la vía que comunica a Santa Teresa, zona alta de la capital tachirense.
El deprimente estado de esta zona residencial raya ya en lo indescriptible, pues allí se han acumulado una serie de problemas que a causa del abandono gubernamental y por la misma desidia de los vecinos, han transformado este lugar de la ciudad, en un área casi invivible.
Transitar por la vía principal, es sencillamente exponerse a cualquier tipo de incidente, pues gran parte de la calzada, está completamente destruida por la gran cantidad de huecos, ya se en la zona asfáltica o regresiva elaborada en cemento, pues la carretera posee estas dos composiciones, que pese a ser distintas, son similares en cuanto a la magnitud de daños que poseen.
En los escasos 500 metros de extensión de la vía, la mitad de ella posee grandes huecos, escarificaciones del asfalto y una gran “trampa”, pues el robo de una alcantarilla ha dejado un boquete que ha sido señalizado con un tonel, el cual se ha convertido en el “ faro “ que orienta a los conductores y evita que estos caigan en ese lugar.
En líneas generales, la única calle de la urbanización Colinas de Carabobo, es una gran colcha de retazos transformados en huecos y fallas, que limitan seriamente la movilidad.
En la misma materia de movilidad, las alcantarillas, igualmente se encuentran seriamente afectadas, y gran parte de ellas, han perdido una parte de sus estructuras que suelen ser de hierro, y presuntamente robadas para ser chatarrizadas.
“Zonas verdes son un basurero”
Indudablemente que el mayor problema que afecta a los vecinos de esta comunidad, está relacionado con la acumulación de basura, la cual es lanzada indiscriminadamente a las áreas verdes de la urbanización, por lo que es recurrente apreciar grandes promontorios de bolsas con desechos mal olientes, aves de rapiña y olores que son insoportables.
Bajo este panorama nauseabundo, niños y mujeres a diario transitan por esta zona, lo que sin lugar a dudas no dejar de ser preocupante.
En materia de servicios públicos, en esta comunidad todos se encuentran colapsados, situación similar a la que ocurre en otras barriadas de la capital tachirense y cuyo funcionamiento es casi inservible, ello por la falta de mantenimiento estatal.
Pablo Eduardo Rodríguez