“Las efemérides mundiales del primero de octubre, desde hace seis años, incluyen el Día Mundial del Café, pero en nuestro país no hay motivo para celebrar esta fecha, pues la caficultura, tan importante para el desarrollo económico de un país, atraviesa el peor momento de toda su historia y estamos seguros de que la fecha pasó inadvertida para el gobierno de Nicolás Maduro”.
Quien se expresa así es Humberto Fernández, experimentado dirigente cafetero tachirense, propietario de fincas cafeteras, dirigente con muchos años de recorrido en el mundo gremial que agrupa a los productores del café, a nivel regional y nacional.
— No hay nada que celebrar, la actividad cafetalera está de luto—, dijo Humberto Fernández, quien conoce la actividad cafetera en la entidad como la palma de su mano, señalando con inmensa tristeza que este primero de octubre, en más de 35 países, “esta celebración es muy relevante, pues incluye a las unidades productoras de café, las cafeterías en los diferentes países del mundo y hasta el calor de los hogares donde se degusta esta maravillosa bebida”.
“Pero acá la fecha pasó inadvertida, y en especial en el Táchira, entidad que durante muchísimos años tuvo en el café uno de los productos agrícolas de exportación que generaron muchísimas divisas, con fincas prósperas, que creaban importante mano de obra y una comercialización exitosa”.
Fernández recuerda con nostalgia que, hasta 1992, Venezuela exportaba café a varios países de Europa, incluyendo la lejana Rusia. “Eran 14 entidades que producían con el mejor de los éxitos, generando divisas y fuentes de empleo, pero la crisis comenzó cuatro años más tarde, cuando el Gobierno nacional les quitó el apoyo a los caficultores.
El Fondo Nacional del Café, Foncafé, eliminó los créditos de mantenimiento y nuevos cultivos, y poco a poco esta empresa del Estado venezolano se fue desmantelando”.
Chávez le echó la cruz
— Chávez terminó de acelerar la crisis que venía viviendo el café en nuestro país, cuando eliminó en 1999, en forma definitiva, a Foncafé, y esto fue el inicio de la debacle que se venía -indicó Fernández-.
“Hoy -dice-, lamentablemente, quedan muy pocas familias productoras, con muchos problemas para el cultivo y la comercialización, y de las 15 entidades productoras, hoy quedan solo 7”, añadió.
Para este productor y dirigente cafetero, hay muchas causas que influyen en la crisis que vive actualmente la caficultura nacional, pero las más importantes son la política de importación y los precios de hambre con que se les paga a los productores, afectando principalmente a humildes familias del campo, muchas veces en condiciones precarias para sacar el producto a los mercados, y no se valoran ni los gastos ni los costos de producción.
De igual manera, otra de las causas ha sido la falta de insumos para combatir las plagas. “Chávez expropió Agroisleña y otras empresas que comercializaban estos productos se fueron despavoridas del país. Agroisleña ya no funciona y quedó para un grupito afecto al oficialismo”.
El gran negocio de importar café
Para este dirigente cafetalero, al exterminar Foncafé y limitar la producción nacional, el Gobierno comunista chavista mató tres pájaros con un solo tiro: acabó con el empresariado nacional, se abandonaron y expropiaron cientos de fincas que fueron ocupadas por gente afecta al Gobierno, sin ningún fundamento técnico, y hoy están abandonadas; y tercero, lo más importante, muchos se ganan diariamente millones de dólares con la importación del producto.
Humberto Contreras