Jonathan Maldonado
Las canchas con grama sintética del Complejo Deportivo Simón Bolívar, mejor conocido como Patinódromo de San Antonio del Táchira, quedaron en el olvido. En el terreno, lo que hay es maleza, huecos y enmallado cuyo óxido denota el tiempo que lleva sin que se le haga mantenimiento.
Llegar a las canchas es una proeza. La maleza y algunos arbustos por podar no permiten el acceso con facilidad. Al arribar, el escenario es lóbrego, pues en nada se parece a la «tacita de oro» que entregaron lustros atrás las autoridades, para el crecimiento deportivo de la frontera.
Ya los niños no juegan fútbol en esas canchas. Son dos. A escasos metros, está la de tenis. Su piso de concreto le da la garantía de seguir activa, pero con la necesidad de retoques de pintura y cambio de malla.
El que desee usar los baños cercanos a esas canchas, no puede ingresar. Tanto el de mujeres como el de hombres están inoperativos. Adentro, lo que reina es el desmantelamiento de sus piezas. En sí, la obra, de gran envergadura para el deporte, se halla relegada.
Lo que sí han tratado de mantener es la pista de patinaje, en donde otrora, brillaron Edicsa Parra, William Rojas y Humberto Ibáñez. Los clubes y representantes han dado lo mejor de sí para evitar que el deterioro y la desidia también se apoderen de ese espacio.
Deportistas y vecinos hicieron un llamado a las autoridades para que intervengan y logren recuperar un emblema del deporte en frontera. «La Gobernación del estado Táchira y la Alcaldía de Bolívar deberían voltear su mirada hacia estas instalaciones», enfatizaron.
Y es que ante los pocos espacios para la recreación y el esparcimiento, recordaron la urgencia de rescatar el Complejo Deportivo Simón Bolívar. «También es necesario que se invierta en su iluminación», señalaron los denunciantes.