Regional
“En muchas escuelas ni siquiera hay agua para lavarse las manos contra el covid-19”
5 de marzo de 2021
Con un salario que no llega a los tres dólares mensuales y que sirve solo para pagar dos o tres pasajes para dirigirse a la institución educativa, además de las pésimas condiciones de las estructuras de los planteles, los maestros están convencidos de que no existen las condiciones reales para volver a las aulas.
Los distintos gremios que agrupan a los docentes del país incluso se atreven a pensar que este año no habrá clases presenciales.
Argumenta el profesor Ildemaro Useche, presidente de la Federación Venezolana, capítulo Táchira, que la crisis educativa venezolana no deriva exclusivamente de la crisis mundial por la pandemia, también por una desatención que ha venido generándose desde el gobierno nacional.
Estructuras desatendidas
Sostuvo que las estructuras que se tienen datan de 70 -80 años, ya lo han dado todo y no se han hecho las inversiones necesarias para su remoción, reparación o reacondicionamiento.
A esta situación agregó que hay una migración de más del 60 % de los docentes, por lo cual las instituciones se están quedando solas, ya que los educadores no tienen un incentivo, un salario que les permita vivir con dignidad.
El gobierno tampoco ha hecho una política seria para atender a los educadores y poder recibir a los estudiantes en clases, semipresenciales o presenciales, aun cuando la OPS y OMS advierten que son requisitos indispensables para evitar los contagios: el lavado permanente de las manos, distanciamiento social y evitar la aglomeración de personas.
Regresar a las aulas de clase es generar en estos momentos la posibilidad cierta de un aumento de los contagios; sumado a eso, los educadores no tienen salarios para atender los problemas de salud, al exponerse al covid-19.
Medidas contra el covid-19
—No tenemos HCM y, peor aún, las instituciones educativas ni siquiera tienen agua para el consumo y lavado de manos de los niños; cuentan con aulas que escasamente alcanzan los 4×4 metros de superficie, sin ventilación ni iluminación, internet, electricidad, y sin baterías de baños.
—No están dadas las condiciones para asistir a las instituciones educativas, casi nos atrevemos a decir que este año no hay posibilidades de clases presenciales, hay un cierre técnico, operativo, de la educación en el país— advirtió.
“Nunca el hecho enseñanza-aprendizaje había estado sumido en tanto problemas”, aseguró el profesor Gustavo Velasco, secretario general del Colegio de Licenciados en Educación del estado Táchira.
—Estamos llegando a un estado de postración en infraestructura y relación laboral, patrono-trabajador.
El estado de abandono, tanto en el mantenimiento mayor como preventivo, en todas las escuelas y liceos, trae como consecuencia el lamentable deterioro en que se encuentran las instituciones educativas hoy en día.
No hay condiciones
En muchas instituciones no funciona como debe ser la prestación del servicio de agua; las baterías de los baños están en pésimas condiciones, inclusive se las han robado. “Es una falacia la pretensión de llamar a unas supuestas clases semipresenciales a partir del mes de abril”.
Los profesores, padres y representantes, en su mayoría no están dispuestos a llevar a sus niños, entendiendo que sin las medidas de bioseguridad sería llevar a los docentes y estudiantes a un posible foco de infección por covid-19.
Para poder ir a clases presenciales tienen que existir condiciones, y si no se restablece la relación patrono-trabajador, el magisterio tachirense no está dispuesto a volver a las aulas.
“Todos saben de la situación precaria y deprimente que están atravesando los maestros. Eso ha obligado a muchos maestros, desde hace dos años, a marcharse del país en busca de nuevos horizontes, resaltó el profesor Gerardo Ramírez, presidente de Federación Nacional de los Trabajadores de la Enseñanza de Venezuela (Fenatev).
“Es irresponsable llamar a clases presenciales”
La data en educación, en tiempos normales, estaba en 600 mil docentes y hoy oscila entre 250-300 mil educadores, lo que significa que el 50 % se ha ido del país o ha renunciado a seguir trabajando en docencia.
Dijo que los maestros tienen pocas opciones: morirse de hambre, irse del país o dedicarse a otras actividades que les garanticen, por lo menos, la subsistencia de su familia.
Considera que el presidente de la República “ha convocado irresponsablemente a clases presenciales, ha lanzado un globo de ensayo, porque el mismo gobierno sabe que es imposible materializar el regreso a las escuelas ante las condiciones precarias en que está el país, así como la infraestructura escolar, pues los centros educativos están devastados, cubiertos de monte y culebras, y el gobierno no tiene, desde el punto de vista operativo, la capacidad para limpiar, desinfectar, descontaminar, para proteger la presencia de los niños en los centros educativos.