Regional

En Táchira solo un médico anatomopatólogo para atender los casos de autopsias forenses

27 de febrero de 2020

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Toda muerte violenta es considerada como caso forense

Los bajos sueldos, la diáspora y la situacion país, que de manera tan ostensible han cambiado la vida de los venezolanos, son causas fundamentales en la crisis que se está viviendo en la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital Central de San Cristóbal, donde la falta de personal  especializado se evidencia a diario, pues solo se cuenta con los servicios de un médico, que se encarga de practicar las autopsias forenses y asumir las clínicas, ante la ausencia de la persona encargada de las mismas, que ha salido de vacaciones.

El Dr. José Bonilla es el único medico anatomopatólogo que labora en el área de morgue del referido centro asistencial, con una inmensa responsabilidad sobre sus hombros, adicional a la que normalmente le corresponde desempeñar como jefe del departamento. Su equipo prácticamente desapareció porque sus compañeros se han marchado, muchos de ellos motivado a los bajos salarios y otros por la situacion país, según lo reconoce.

Sobrecarga de trabajo

Aun cuando no es hombre de muchas palabras, el forense aceptó conversar con los periodistas, cuando el jefe del Servicio de Medicina y Ciencias Forenses en la región andina, comisario Édgar Orney Zambrano Rivas, consideró que era necesario explicar a la ciudadanía la situación que se está viviendo en el anfiteatro anatómico de nuestro primer centro asistencial.

Bonilla dice que para él se acabaron las vacaciones y días feriados, porque debe responder a la ciudadanía y no puede dejar esperando, en su dolor y sufrimiento, a una persona que recién ha perdido un ser querido y solo desea que le sea devuelto el cuerpo para darle cristiana sepultura. “Debo entender a esa persona en su dolor y ayudarla, porque es nuestra responsabilidad” -dice-, pero a veces eso resulta difícil de hacer. Recuerda que hace aproximadamente 15 días, cuando llegó a su lugar de trabajo, se encontró con los cadáveres de nueve personas, víctimas de hechos violentos, y eso los colocaba en el campo forense. Seis de los cadáveres correspondían a un enfrentamiento entre presuntos paramilitares y el Ejército; un suicido por ahorcamiento, dos por accidente de tránsito y uno por homicidio. Además existían, al menos, dos casos clínicos que también debían ser atendidos, porque sus familiares estaban esperando.

El medico legista admite que existe una sobrecarga de trabajo y en oportunidades la jornada resulta extenuante porque, además de las autopsias, debe elaborar los respectivos protocolos y acudir a los tribunales, en calidad de perito o experto, cuando es requerido.

“Mi vida cambió”

Este médico forense confiesa que, debido a la situacion que está atravesando desde el punto de vista laboral, se han presentado algunos cambios en su vida. Tener residencia fuera de San Cristóbal se convierte en un inconveniente para llegar puntualmente a su lugar de trabajo, pero todo lo ha resuelto viajando más temprano y esto le permite estar a tiempo para iniciar la jornada.

Explica que tiene un carrito, que no puede utilizar por desperfectos mecánicos y los problemas de la gasolina, ya que no puede darse el lujo de pasar horas en una cola para abastecerse de combustible.

—Mi tiempo de compartir con mi familia también ha cambiado, pero afortunadamente cuento con una familia extraordinaria, que me apoya y ayuda, para que pueda salir adelante. Explica que tiene un pequeño laboratorio, donde practica biopsias y hace otros exámenes, y que en la mayoría de los casos debe trabajar de noche, hasta la madrugada, para responderles a los pacientes.

Igualmente comenta que los problemas de electricidad también lo han afectado en grande, no solo en su trabajo en el Hospital

Central, sino en su laboratorio particular.

Se explica el problema

a las personas

Bonilla dice que en el momento que se presentó la crisis por falta de personal en la morgue se encontraba disfrutando de tres de sus vacaciones vencidas y se vio obligado a suspenderlas para atender las necesidades del servicio. Debe trabajar de lunes a sábado, y logró un acuerdo con sus superiores para laborar ese último día hasta la una de la tarde. Descansa el domingo.

Comenta que se intenta explicar esta situación a las personas, pero algunas no lo entienden. Realmente eso es difícil de asimilar por quien está pasando por el dolor que deja la pérdida de un ser querido y que está a las puertas de la morgue en espera que le entreguen el cuerpo.

Además de las autopsias en la morgue, el forense debe asistir al cementerio Municipal de San Cristóbal, para trabajar con los cadáveres que eventualmente son llevados por la policía.

Evidentemente, la solución a este problema pasa por la contratación de personal especializado y se está solicitando a los médicos anatomopatólogos, interesados en cubrir las vacantes que existen en el Hospital Central, que se comuniquen con el Servicio de Medicina y Ciencias Forenses.

Necesidad de personal

Es necesario contratar personal que ayude a solventar la sobrecarga de trabajo en la morgue del centro asistencial.

El comisario Orney Zambrano Rivas tercia en la conversación y dice que se han hecho varios intentos, pero no ha sido posible llegar a un acuerdo entre las partes.

“Recientemente conversamos con una doctora que se encuentra en la capital de la República y manifestó su deseo de venir a trabajar al Táchira, pero sus exigencias resultaron imposibles de cubrir, no solo en lo referente al aspecto económico, sino que solicitaba casa y otros beneficios que no puede cubrir el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses”, comentó.

El médico venezolano es un profesional de altos quilates, tanto en lo profesional como en lo personal, humanitario, trabajador y responsable, y eso lo saben y aprecian en el sector privado y en otros países. Por eso, una vez que logra su especialización, se le presenta un amplio panorama de oportunidades, tanto en Venezuela como en el exterior, y lógicamente escoge la que más le conviene. Una gran parte va al exterior, en tanto que la mayoría opta por el sector privado; incluso procura formar su propia empresa.

Eso hace que disminuyan las posibilidades de contratación para el Estado, que debe guiarse por un tabulador y condiciones que no son atractivas para el profesional, comenta otro médico.

La escasez de patólogos se viene presentando desde hace tiempo y por ese motivo se han presentado casos en que un estado debe enviar sus cadáveres a una entidad vecina, para autopsias y otras diligencias de tipo forense. 

De hecho, el Táchira debió hacerse cargo por mucho tiempo de los casos del Alto Apure, porque no era posible encontrar y contratar un especialista para Guasdualito. (AH)

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