Juan José Contreras
Por iniciativa de productores de la aldea La Llanada se realizó una venta de verduras, hortalizas y otros productos en el casco central de Lobatera, lo que será un ensayo para la posible instalación de un mercado municipal semanal o quincenal en la capital del municipio.
Esta decisión se tomó luego que hace unos días Diario La Nación publicara el trabajo periodístico “Lobaterenses caminan hasta 10 km para abastecerse de alimentos”, en el que se constató la realidad de quienes andan en busca de alimentos.
La caminata que vienen emprendiendo los habitantes del pueblo por la Panamericana hacia la localidad de Michelena, está motivada por la ausencia de un mercado de este tipo en la ciudad, con buenos precios, puntos de venta y otras facilidades. La falta de transporte, derivada de la escasez de gasolina y de la cuarentena social colectiva, los obliga a caminar. Ahora se proyecta que la venta de productos en Lobatera sea periódica y se mantenga incluso a través del tiempo. Así se ahorrarían un trayecto de 10 kilómetros.
Acciones
La alcaldía del municipio Lobatera apoyó la iniciativa de los productores de La Llanada para brindar el suministro de diversos rubros a los ciudadanos. En el marco del plan de contingencia para el abastecimiento de combustible surtió a los trabajadores del campo y desarrolló la logística para realizar lo que fue el primer ensayo de un mercado municipal.
“El resultado de la publicación en La Nación generó la sensibilidad de los productores, se comenzaron a generar ideas entre todos para traer la producción al pueblo, era el momento, con todo y las limitantes se acordó para ensayarlo”, explicó la alcaldesa del municipio Lobatera, Natalia Chacón.
La mandataria municipal detalló que Lobatera es productor y en situaciones normales, sin cuarentena, esos alimentos van del campo a los mercados de los municipios Cárdenas, Ayacucho y Michelena. En ese último los lobaterenses suelen hacer sus compras, pero a falta de las busetas la travesía a pie se hizo presente.
La alcaldesa Chacón destacó el valor de apoyar al productor local. “En el contexto actual es una situación de ganancia para todos, porque los habitantes del pueblo pueden comprar verduras, víveres, pollo, carne a precios sin intermediarios, pues los rubros van del conuco directo al consumidor”.
En La Llanada existen aproximadamente 27 productores. Ocho participaron en este primer ensayo, paulatinamente se van a incorporar otros y se verá mayor presencia de productos, detalló la alcaldesa. Hizo un llamado a agricultores de las aldeas Potrero de Las Casas, Volador y Llano Grande a que se sumen a la iniciativa.
Sobre la regularidad la alcaldesa Chacón explicó que depende de lo que pida la comunidad, de momento aún no está definido si se realizará semanal o quincenalmente. También está planteado llevar el mercado a otras aldeas del municipio, en simultáneo con el que se instalará en el casco urbano de Lobatera. “La primera en planes es Las Minas”.
Sobre la movilidad automotora, la alcaldesa cree que la solución en este momento no es activar el transporte público porque hay limitantes. “Eso vendrá gradualmente, ya nos orientaron a hacer reuniones con la Línea Lobatera-Michelena para apoyar”.
La alcaldesa Natalia Chacón envió un mensaje a la comunidad: “No es momento de tener hostilidad con ningún ente, por ejemplo trabajamos en equipo con el ciudadano prefecto que es representante de la gobernación. En estos momentos no estamos hablando de política, son tiempos de darle respuestas a la gente”. Agradeció a todo el equipo de la alcaldía que ayudó en la logística para consolidar el mercado.
Gente
Ya en el siglo XX quedaron los intentos de mercado municipal en Lobatera. El de Michelena ha sido por excelencia el sitio de compras de los residentes del centro del Táchira. Con las condiciones actuales, el nuevo emprendimiento para abastecimiento el casco histórico fue marcado por el éxito. En pocas horas se vendió casi la totalidad de productos.
Yobany Chacón es productor de La Llanada, trajo al mercado tomate, cilantro y cebolla junca. “Vendí todo, las dos cestas de tomate que traía se vendieron en una hora. Eso me motiva a seguir viniendo, fue un buen resultado. Me siento muy bien de ayudar al pueblo, a la comunidad”.
Con la disponibilidad de poder pagar con punto inalámbrico, los residentes de Lobatera adquirieron diversos productos, fruto de la siembra en su municipio y con precios.
Carne, queso, mortadela, arroz, azúcar, harina, tequeños, pastelitos, entre otros, fueron parte de los insumos que trajo Coromoto Parra. Ella es comerciante en La Llanada.
Complacida por apoyar a sus coterráneos, manifestó que no es culpa de los vendedores la escalada de los precios, pues se ajustan dependiendo de cómo los van adquiriendo. Elementos como la hiperinflación y el precio del dólar impactan también.
Coromoto Parra entiende la situación de otros hogares con pocos ingresos y los inconvenientes para abastecerse. Manifestó que los comerciantes también padecen vicisitudes. La mayor de sus dos hijas estudia en la Universidad Católica del Táchira y la menor en un colegio en Michelena. Ella trabaja incansablemente para costear los gastos del traslado y educación de sus hijas.
Tranquilidad se respiró en el ambiente del mercado. La caminata para algunos de hasta 10 kilómetros se redujo a solo unas cuadras.
René Bustamante adquiría lo que podía en su pueblo. Ahora puede comprar variado, cerca, y con distintos precios. “Vino también la cuarentena que nos tiene atormentados, a mí me ha pegado mucho, y son tantas preocupaciones. Poder venir a comprar las verduritas aquí mismo me calma. Espero que lo sigan haciendo y no sea sólo hoy”, manifestó esta mujer de 73 años.
María Chacón fue otra compradora. “Mi esposo es el que ha ido a pie hasta Michelena. Antes aquí había un mercado, sería muy bueno que continuara lo que se dio hoy”.
Ella se siente más tranquila, pues puede comprar varios productos y pagar con punto de venta en el sitio. “Uno se angustia por las circunstancias, poder ahora desplazarnos aquí mismo en el pueblo para abastecernos es diferente. Espero que siga creciendo. Lobatera tiene mucha zona agrícola, pienso que pueden seguir trayendo los productos”.
Inspiración
De las adversidades surgen aprendizajes y otras cosas buenas. El alcance de los medios de comunicación es una ventana para informar y apoyar a las comunidades. La calidad humana es también un aliciente en tiempos difíciles.
La articulación que se desarrolló en Lobatera, como iniciativa de los productores para apoyar a la gente que debía caminar 10 kilómetros para comprar alimentos en el municipio vecino, es un ejemplo de que el egoísmo no marca la pauta. La esperanza en el futuro también se siembra en los campos del Táchira.