Vecinos del populoso sector de Naranjales, en Fernández Feo, exigen que se cumplan las promesas de mejorar la vialidad
Raúl Márquez
Regional/La Nación
El sector 27 de Febrero, parte baja, ubicado en Naranjales, en la parroquia Alberto Adriani del municipio Fernández Feo, se acerca a sus treinta años de fundación, presentando una vialidad en total deterioro, por lo que vecinos exigen a los entes gubernamentales mejorar la situación lo antes posible.
Carmen Sánchez, habitante de esta comunidad, demandó mayor atención por parte de la municipalidad, pues a su juicio esta problemática genera otros malestares, sobre todo cuando llueve.
«El mal estado de las calles y el hecho de que se encuentran sin asfaltar, representan uno de los dolores de cabeza para quienes hemos vivido durante años en este sector. De hecho, hace unos meses, el departamento de Ingeniería de la alcaldía de Fernández Feo realizó trabajos con unas máquinas en una comunidad cercana, pero por acá ni se asomaron», sostiene la dama.
Para Sánchez, es necesario que se inicien trabajos de mejoramiento de la vía en su totalidad, pero, inicialmente, que establezcan como prioridad la de la ruta por la que circulan las unidades del transporte público.
«Cuando nos hemos reunido, en las asambleas de vecinos, coincidimos en que debemos exigir al gobierno municipal que se lleve a cabo un trabajo de envergadura en la vía por donde transitan las busetas. De este modo, volveremos a contar con este importante servicio de transporte, pues debido a los huecos y desniveles apenas cumplen un turno, con una buseta que sale a las 7:00 de la mañana, y el resto del día toca caminar, bajo la lluvia o bajo el sol, lo que perjudica sobre todo a los adultos mayores», subraya la vecina.
A veces se rebosa
una alcantarilla
Dariana Pereira, quien administra un pequeño local dedicado a la venta de cosméticos, a un lado de la vía que conecta al sector 27 de Febrero con el 12 de Octubre, cree que mientras no haya voluntad por ejecutar las mejoras en estas calles y carreras, la situación irá de mal en peor.
«Esta calle, que pudiera catalogarse como una de las principales del sector, pues nos comunica con el 12 de Octubre y Naranjales, se convierte en un lodazal cada vez que llueve. Eso es un caos. Uno ve motorizados zigzaguear para evadir todos esos huecos, poniendo en riesgo su integridad. Además, a menudo, en esos días de fuerte tormenta, una alcantarilla suele rebosarse. Pedimos a quienes les compete darle una solución a la problemática de nuestras calles, hacerlo, porque están prácticamente intransitables», señala Pereira.
“Nos robaron la esperanza”
Por su parte, Ernesto García, quien desde hace unos treinta años labora en la Línea El Piñal, asevera que el estado crítico de las calles del sector en cuestión, y de las demás comunidades del sur del Táchira, es un reflejo de la inoperancia de los gobernantes, tanto los del gobierno como los de la oposición, los cuales, según sus palabras, «nos robaron la esperanza».
«Este problema de las calles tiene muchos años, y ningún alcalde, salvo cuando estaba la señora Emma Laporta, que mandó a construir los puentes- cajón, ha hecho algo para solucionarlo. Todos son promesas y sacarse fotos con la gente para pedir votos, pero cuando deben trabajar por ofrecer mejores servicios a la comunidad se hacen de la vista gorda. Hemos perdido la esperanza, y vamos cayendo a un pozo que parece no tener fin», reflexiona el transportista.
En cuanto a los demás servicios, los vecinos abordados por el equipo de Diario La Nación comentaron que la distribución del gas y de las bolsas de alimentos CLAP ha mejorado, así como el aseo urbano, que viene cumpliendo las rutas en el tiempo estipulado.
Igualmente destacan, como «otro dolor de cabeza», las fallas del sistema eléctrico.