Regional

Entre indolencia e inseguridad en el cementerio reciben a los visitantes de los santos y difuntos

1 de noviembre de 2017

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Entre monte alto e inseguridad se apresta el cementerio a recibir a los visitantes. (Foto/Jorge Castellanos)

Entre la indolencia y la inseguridad, en el Cementerio Municipal de San Cristóbal, en La Ermita, se aprestan a recibir a los visitantes por el Día de los Santos, que se celebra hoy, como antesala al Día de los Fieles Difuntos, que es mañana -dos de noviembre-. Normalmente, los administradores estimaban previamente la asistencia de al menos veinte mil personas, en los dos días; no obstante, quienes hacen vida allí estiman que la celebración se acabó, igual que el Día de las Ánimas los lunes, cuando la gente se volcaba al cementerio a visitar a sus muertos.
Y es que desde que se entra al cementerio, por la esquina de la carrera 2 con calle 16, por primera vez en muchos años, se escucharon las quejas de los usuarios e incluso de vendedores, que denunciaron desidia por parte de la administración municipal.
En otras fechas, como este lunes, se veían las cuadrillas de la dirección de Servicios Públicos y Saneamiento Ambiental, realizando mantenimiento para dejar “a punto” el camposanto, y esta vez la diferencia la hizo una especie de desavenencia entre un miembro de la cuadrilla con vendedores, que aseguraban que “aquí no hay administración, aquí no hay nada; hubieran venido (la prensa) la semana pasada, cuando la basura llegaba a donde está ese carro, y limpiaron porque viene el Día de los Muertos”.
La obrera, por su parte, defendía el trabajo que hacen y dijo que debían colaborar: “es parte de la responsabilidad de ellos mismos, porque nosotros somos los pendejos que venimos a arreglar ese “pichero”; somos los que nos calamos todo”.
Peligro en pasillos,
monte y culebras

Llaman a botar las urnas exhumadas, generadoras de contaminación. (Foto/Jorge Castellanos)

Y es que según los vendedores, quienes insistían en denunciar la situación ante el mismo representante de la instancia municipal que llegó, “en todo el año no habían limpiado nada; hasta culebras en los negocios nos han llegado, y ahora él impone que van a sancionar al que bote en bolsas, pero igualito las botan. Desde que llegó esta administración municipal, esto se volvió así” -expresó un vendedor, mientras el otro sí dijo que “ahí sí todos debemos colaborar”-.
Y es que el comerciante señaló el depósito de urnas, que en otras oportunidades han denunciado por los medios de comunicación. “Aquí sí le digo una cosa, nunca se había visto todo eso, mire las urnas que hay allá, en el relleno sanitario no aceptan ese tipo de material, no lo reciben, los chatarreros no se lo llevan”.
Los vendedores también comentaron que, antes de que la Alcaldía comenzara a limpiar, hace ocho días, “el cementerio estaba podrido”, ante lo que una compradora de flores llamó la atención, a estar “pilas cuando camine dentro del cementerio, porque se puede ir para abajo, las losas están sueltas”.
Señaló que la semana pasada acompañó en un entierro a unos amigos “y uno tenía que pasar por la orillita porque, primero, el monte no dejaba ni meter la urna, porque todo eso está enmontado; así estuvo hasta la semana pasada el estacionamiento, estaba lleno de basura y no había campo para meter un carro de los entierros” -y recordaron, hace varios años, cuando hubo un fallecido al caer en el interior de una tumba por estar dañada la losa-.
Crisis y Gobierno
El administrador del Cementerio Municipal, José Alfredo Rosales Jiménez, por su parte, expresó que “el cementerio no escapa de la realidad que estamos viviendo y es el abandono, no por descuido o por no haber ganas de la administración, sino por los insumos, la falta de venenos; no conseguimos nailon para las guadañas, el costo es elevado, quien lo tiene no nos quiere dar factura y como ente oficial la necesitamos; además de la situación laboral, a algunos obreros se les dificulta llegar por el transporte; hemos tenido que ajustar el horario”.
A esta situación añadió el problema de la inseguridad, que afecta el patrimonio histórico y cultural que -dijo- es el cementerio, que ha sido asediado con robos continuos a mausoleos y tumbas emblemáticas, como la de Carlos Rangel Lamus, “a la cual no solamente le quitaron armellas, tubos, el Cristo y todo lo que era de bronce, sino que para poder arrancar eso, en horas de la madrugada, le cayeron a porra”; agregó que hay 368 tumbas afectadas por el vandalismo.
Informó que durante el día se han reducido los arrebatones y atracos por la presencia de la Policía Municipal, que lleva una Unidad Canina, y la Policía del estado Táchira. No obstante, denunciaron la “nula” actuación de la Policía Nacional, a la cual le corresponde el cuadrante, y llamaron a las autoridades a prestar seguridad nocturna para evitar que se siga dañando ese patrimonio.
En relación a la acumulación de las urnas exhumadas, dijo que el “Gobierno nacional no nos da respuesta para la disposición final de ellas, ni el saliente Gobierno regional, ni por Caimta o la Secretaría General de Gobierno, y anunció que realiza “enlaces con los nuevos directores y aspiramos a que, para antes de diciembre, tengamos limpio el cementerio de estas urnas, que han generado insalubridad y molestias, incluso a los vecinos, que han venido a manifestar su preocupación por la proliferación de plagas, zancudos, mosquitos y roedores, por la acumulación de material ferroso en la alameda o jardín del cementerio”.
Agregó, sobre las losas dañadas, que el 95 por ciento está en buen estado, pero llamó a los dolientes para que las reparen e indicó que “el cementerio está mejor que en otras ciudades del país”.

Marina Sandoval Villamizar

 

Caro y sin ánimas

Los vendedores, por su parte, manifestaron que las expectativas de otros años, por la fecha, son poco halagadoras porque los precios aumentan con frecuencia y la gente ya casi ni va los lunes a visitar a sus muertos, “porque está más preocupada por ahorrar para comprar una harina, que por venir a comprar una flor, o en hacer una cola para comprar comida, que en venir al cementerio”, aunque señalaron que no falta quien va y compra solamente una flor para dejarla en la tumba de su ser querido.
Sobre los precios, la docena de flores, entre ellas de rosas, está por los 15 mil bolívares; aunque tienen paquetes “económicos”, como uno con astromelias, margaritas y follaje, a 5 mil bolívares; un girasol cuesta mil 500 bolívares; las astromelias las venden a 10 mil bolívares, al igual que el follaje para armar los ramos, como soliaster o montecasino; además de prestarles a los clientes los tobos, la escoba y la pala.
Las velas y los artículos religiosos también están caros, reconocen preocupados los mismos vendedores, quienes aseguran que, igual que las flores, “todos los meses suben. Le voy a enseñar, no la factura para que vea los precios, sino un papelito, porque ahorita esto es bachaqueado; las fábricas no nos volvieron a expender nada, la vela más barata vale 500 bolívares, y el velón grande 35 mil bolívares. Ya no se puede, la gente no está comprando, no sé qué vamos a hacer aquí, porque ya ni para pagar el canon de arrendamiento”.
De allí que el llamado es al Gobierno en general para que preste seguridad a los visitantes, y a la Alcaldía para que haga mantenimiento permanente al camposanto. Asimismo, a la ciudadanía en general, a tomar previsiones y no llevar celulares o prendas por las que puedan ser objeto de robo, indicaron las autoridades del cementerio. (MSV )

 

Más de cien tumbas han sido profanadas
para robar piezas de bronce y aluminio

En el Cementerio Municipal, además de delinquir profanando tumbas, hay individuos que pernoctan durante la noche, en espacios tales como el panteón de la Guardia Nacional, donde se protegen de la lluvia y el frío. (Foto/JGH)

San Antonio.- Al menos unas cien tumbas han sido profanadas en el Cementerio Municipal de San Antonio del Táchira, por delincuentes que roban piezas de bronce, aluminio u otros materiales estratégicos, para luego pasarlos ilegalmente hacia territorio colombiano y venderlos en las denominadas chatarrerías.
De acuerdo con lo indicado por personal encargado de administrar y vigilar el camposanto, los robos se acentuaron desde comienzos de este año, cuando a la población fronteriza comenzaron a llegar personas provenientes de otras ciudades, que prácticamente viven en la calle y se dedican a robar este tipo de materiales, que tienen alto valor en el mercado negro.
Los maleantes han destruido parte de algunas tumbas elaboradas con mármol, que también contienen piezas de bronce o aluminio. Los familiares de los difuntos se han quejado por estos hechos vandálicos, pero hasta ahora es poco lo que han hecho las autoridades correspondientes, llámese cuerpos de seguridad del estado o la misma alcaldía, ya que el cementerio no cuenta con personal de vigilancia durante la noche y al parecer, en ese horario es cuando se cometen los delitos.
Hace algunos meses, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de San Antonio detuvieron a dos sujetos que acababan de robar piezas de materiales estratégicos dentro del cementerio; sin embargo, por parte de los organismos de seguridad no se conoce de otros arrestos de personas o retenciones de bronces, cobre o aluminio. Según se ha dicho, ya sea por las trochas del río Táchira o por el puente internacional Simón Bolívar, los contrabandistas “arreglan” con los militares y pasan con piezas de estos materiales ocultas en bolsos, maletas y equipajes, luego de haberlas robado de los cementerios, plazas o parques públicos.
En San Antonio del Táchira, la plaza Bolívar y otros espacios públicos, como el Parque de La Confraternidad, también han sido afectados por sujetos que roban toda clase de materiales estratégicos.
En el Cementerio Municipal, además de delinquir profanando tumbas, hay individuos que pernoctan durante la noche, en espacios tales como el Panteón de la Guardia Nacional, donde se protegen de la lluvia y el frío. Hay familiares de difuntos que aseguran haber encontrado a personas saliendo a primera hora de la mañana de este lugar, que está reservado para dar cristiana sepultura a militares de la Guardia Nacional Bolivariana.
Parientes de los difuntos y comunidad en general reclaman a las autoridades correspondientes, llámese organismos de seguridad o alcaldía del municipio, emprender acciones para evitar que los delincuentes sigan profanando y destruyendo tumbas con el fin de robar materiales estratégicos, o pernoctando en el camposanto, ya que se sospecha que cometen cualquier tipo de fechorías.

José G. Hernández

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