Por: Astrid Anselmi
Diseño: Paloma Lacruz
Barialpargatas es una marca tachirense que se ha distinguido por el estilo de sus calzados, los coloridos diseños y los detalles hechos a mano. Cada producto es un tejido de constancia, trabajo en equipo y, sobre todo, amor por lo propio.
Detrás de este emprendimiento, que ya suma 5 años y medio pisando fuerte, hay un poder de resiliencia con esencia femenina. María José Pereira es una tachirense que sabe sobreponerse ante las adversidades de la vida y sin pretenderlo, es figura de inspiración tanto para quienes le rodean como para la comunidad que ha creado en redes sociales.
Esta abogada y contadora pública pasó de tener su propia oficina jurídico contable con 25 clientes a la reinvención ineludible tras la agudizada crisis del año 2017. En el trascurso de ese año, algunos de sus representados bajaron las santamarías y otros emigraron, una pérdida que la enfrentó a elegir entre dos caminos: irse del país como lo han hecho casi 8 millones de venezolanos, o reinventarse en su terruño.
“Mientras unos lloran, otros venden pañuelos”
Como respuesta a una necesidad, María José -junto a su esposo y socio- comenzó a vender artesanías pensadas para quienes querían llevarse un recuerdo de su tierra o como regalo para aquellos que ya habían adelantado camino, y con las ventas descubrió que las alpargatas eran el producto más vendido del stock de souvenirs.
Sin conocimiento en el arte de las manualidades y el calzado, María José y su esposo aprendieron a coser borlas -detalle característico de sus diseños- para adornar y vender el tradicional calzado. Así nació Barialpargatas, un emprendimiento que se fue abriendo paso con autenticidad.
En 2020, pese a los estragos de la pandemia, ya contaban con los recursos en materia prima para producir sus propios diseños de alpargatas de la mano de un fabricante de zapatos y en mayo de ese año, a propósito del Día de la Madre, lanzan el primer producto con sello Bari.
“Fue un éxito rotundo, yo no podía creer la aceptación y el número de ventas que tuvimos”, expresó María José. La comercialización del modelo permitió asentar las bases económicas para asumir un nuevo reto, apostando por mayor apropiación de la marca, invierte en la maquinaria para fabricar desde cero sus calzados y abre la primera tienda física en 2021.
Las redes sociales, grandes aliadas
El alcance de las redes sociales no sólo le ha permitido extender su pisada por Los Andes, centro, oriente y occidente del país, sino también a territorios más allá de nuestras fronteras que no imaginaba.
Un pedido inesperado de 600 pares de alpargatas para ser comercializados en Qatar permitió que María José consolidara los cimientos de Barialpargatas, un emprendimiento que hoy en día es una empresa que diseña, fabrica, vende y es oportunidad de crecimiento para otros, incluso para sus familiares -el motivo por el que decidió no emigrar- quienes son parte del equipo operativo tanto en fábrica como en el taller creativo.
Pero las redes sociales no solo les dieron acceso a clientes, sino también a crear una conexión especial con sus seguidores. A través de un video en Tik Tok, por primera vez y con el apoyo de su esposo, María José le dio rosto a su empresa y enfrentó los estereotipos detrás de la humanización de marcas en las redes sociales.
“¿Qué le pasa a tu cara?”, este comentario en la publicación motivó a María José a realizar un “en vivo” en Instagram para hablar de su parálisis facial congénita.
“Antes de hacer el video tuve que prepararme mentalmente para el ´hate´ que esperaba, pero para mi sorpresa recibí solo amor. No hubo comentarios despectivos”, contó la joven de 35 años.
De aquel momento de valor rescata el vínculo y la sensibilización que logró al hablar de su caso públicamente.
“Me di cuenta de que había perdido la oportunidad de darle como ese coraje a alguien que pueda estar viviendo en carne propia alguna condición y no se sienta cómoda”.
No imaginó que sería contactada por numerosas personas con la misma patología y por familiares que le expresaban admiración. “Yo fui afortunada de tener una familia que me enseñó a amarme como soy y nunca me hicieron sentir diferente. A lo largo de mi vida he recibido todo tipo de comentarios, al igual que mis hermanas y mi esposo, pero eso no ha interferido en el amor. A las personas les digo: “nos reímos diferente, pero nos reímos”, enfatizó.
Por y para mujeres
“Zapatos tradicionales para mujeres excepcionales”, es el slogan de las creaciones pensadas y hechas por mujeres. Barialpargatas no sólo se caracteriza por la calidad de sus productos, sino por ser un espacio de calidez y oportunidad para mujeres.
“Mi fijación siempre fue trabajar en apoyo con mujeres, poder darle oportunidad de labores a quienes son cabeza de hogar, porque la sinergia del trabajo creativo, de lo hecho a mano, es más especial cuando lo hacemos entre pares”, afirmó María José.
A nivel de fabricación, comenta que la zapatería es una profesión que aún está dominada por los hombres, sin embargo, la representación femenina se hace notar entre los montadores y cortadores de la fábrica Bari con la abuela de su esposo, una señora de 73 años, quien es la encargada de la costura de los diseños en las alpargatas.
En taller, más que un recinto de trabajo es un lugar de encuentro y acompañamiento entre las creadoras. Así lo considera Saraí Urrea, una joven tachirense que vivió la experiencia migratoria en Ecuador y desde hace casi un año, en Bari, ha conseguido lustrar su potencial.
“El trabajo en taller es terapia, no existe presión, es nuestro espacio para crear, desahogarnos y echarnos un empujoncito entre nosotras. Las mujeres somos perlas preciosas y aquí siento que nos pulimos cada una. Esta ha sido una experiencia muy gratificante, a veces nos vamos con los dedos rotos, pero realmente no duele porque cuando vemos a alguien en la calle con los productos puestos lo sentimos propio”.
Andreina Pereira, hermana y socia de María José, no pudo evitar el quebranto en su voz al expresar el orgullo y admiración que siente por su hermana. Reconoce los obstáculos personales que su hermana ha tenido que enfrentar a causa de la parálisis facial congénita, “pero nunca he dudado de lo exitosa que es María José con cada objetivo que se plantea. Dios traza situaciones a las personas capaces y de ella he aprendido el poder de la resiliencia”, dijo.
La también licenciada en Biología y Química desarrolló capacidades que no conocía en ella misma, especialmente la elaboración de manualidades. Coincide con Saraí en que el taller representa un área de esparcimiento y relajación en medio del trabajo. “El agregado de entendernos como mujeres nos permite crear un ambiente de cordialidad y empatía y por eso nos hemos identificado con que la mayoría del personal sean mujeres”.
Socorro García, considerada la abuela del grupo del taller, expresó su agradecimiento por la oportunidad laboral y el afecto brindado en Barialpargatas. “La calidad humana que conforma este equipo de trabajo supera al cansancio de algunos días. Aquí soy feliz y me siento realizada porque ejerzo el oficio que aprendí, coser”.
Sobre el ambiente de armonía descrito por las creadoras en taller, María José recalcó que “no existe empresa que no tenga a una mujer implicada en su producción. Tenemos la capacidad de soñar y tener los pies en la tierra a la vez, de ver lo que nadie ve, somos capaces de mucho y exitosas en lo que hacemos y juntas somos poderosas”, puntualizó con convicción.
Apoyo y crecimiento
La sororidad se extiende con “Emprende con Bari” una campaña dirigida a mujeres que aspiran independencia, en la que más de 100 mujeres se han beneficiado en los últimos dos años.
A raíz de esta campaña, Bari ya cuenta con tres emprendedoras mayoristas con encargos de entre 100 y 150 pares de zapatos mensuales. “Son mujeres que iniciaron vendiendo una docena, fueron arriesgadas y hoy en día tienen rentabilidad con sus ventas”.
María José explicó que con la compra de seis pares de zapatos en los modelos y colores que deseen, las interesadas ya son parte de la familia Bari.
«Fabricamos un catálogo con imágenes producidas por nosotros mismos, sin precio en los productos. Así pueden enviarlo a sus potenciales compradoras con el precio de reventa sugerido y, de esta manera, pueden hacer la primera inversión y no tocan dinero de su bolsillo para iniciar”, acotó.
“No importa a lo que te dediques, la idea es que puedas llegar a quien tienes alrededor y generar el ingreso. Ese es el aporte que queremos generar, ser una red de apoyo y crecimiento entre nosotras”.
A lo largo de este tiempo, la marca ha sorteado los obstáculos que enfrentan los emprendedores en el país y ha crecido en medio de la adversidad. Se han adaptado a las exigencias del público y de la moda para ofrecer variedad en diseños y estilos. Aunque la punta de lanza son las alpargatas, las amantes de la cuña y el espadril también tienen modelos a elegir.
“Nos hemos montado en el tren de la innovación y vanguardia que exigen las tendencias, pero sin alejarnos de nuestro nicho que es lo hecho a mano, lo hecho en casa”.
**Este es un artículo de la Red de Mujeres Constructoras de Paz en alianza con Diario La Nación