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FORO | Aldo Contreras: “La hiperinflación se va a comer el nuevo cono monetario”
16 de abril de 2018
POR Daniel Pabón
350 millones de dólares. Eso costó la reconversión monetaria del año 2008, la primera en la historia de Venezuela. A las puertas de una reedición de aquella política de Estado, el economista y asesor financiero Aldo Contreras compara que con esa cantidad hoy se pudieran importar 50 mil contenedores de arroz, pasta o harina en un contexto de crisis alimentaria. “La hiperinflación se va a comer el nuevo cono monetario”, analiza en esta entrevista el también profesor de posgrado de la Universidad Católica del Táchira.
—¿Qué es lo bueno de restarle tres ceros a la moneda?
—Ayuda en las transacciones financieras y contables que se registran; es decir, ahora a quien lleva el área administrativa se le hará más fácil registrar esas operaciones. Además, muchas máquinas fiscales que aún están en circulación en Venezuela permiten registrar en una factura máximo 500.000 bolívares, lo que lleva a hacer dos tickets fiscales, sin contar que una nueva máquina cuesta 300 millones de bolívares. Entonces, para ese tipo de sectores es buena la reconversión porque minimiza los ceros y hace más fácil las contabilidades.
—¿Y qué es lo malo de restarle tres ceros a la moneda?
—Una reconversión monetaria debe venir después de controlar la inflación. En el caso de Venezuela, cuando se logre bajar de hiperinflación a inflación moderada es el momento de hacerla. Antes, no hay que hacerlo. ¿Por qué? El billete de más alta denominación del nuevo cono monetario será de 500 bolívares. Si entre abril y mayo se estima 200% de inflación acumulada, en junio este billete alcanzará para 200 bolívares en compras reales, pese a que nominalmente es de 500. Es un cono monetario que nace prácticamente muerto porque no reconoce el problema de la inflación.
—¿La reconversión monetaria es una solución para la escasez de efectivo?
—Sin control de inflación, no va a ser una solución. Va a aparecer el dinero en el corto plazo, pero en el mediano plazo automáticamente se va a repetir el mismo problema de escasez de efectivo porque la reconversión monetaria va a tomar un tiempo. El billete de 100 bolívares no ha podido ser sacado del cono monetario 16 meses después.
—¿La reconversión monetaria acaba con el contrabando de billetes hacia Colombia, como ha dicho el gobierno?
—Difícilmente esto vaya a contrarrestar el contrabando de efectivo, que no es un contrabando, sino que es dinero que va a las casas de cambio a comprar pesos o dólares ante un control cambiario totalmente rígido que existe en el país y con un Estado que no oferta divisas. Por eso es que el dinero va a Colombia. Pero el dinero retorna, porque nadie va a querer tener en posesión al bolívar, que es la moneda más devaluada del mundo.
—En diciembre de 2016 se vivió una suerte de fobia hacia el billete de 100 cuando se anunció su desincorporación. ¿Cómo hacer para que estos días próximos al 4 de junio no se repita esto?
—Debería existir un cronograma por parte del Banco Central. La reconversión del llamado bolívar fuerte empezó en 2008 y terminó en 2011, tomó tres años recoger la antigua masa monetaria. Eso quiere decir que esa fobia se podría volver a presentar: personas que pueden abarrotar los bancos con la finalidad de depositar ese dinero que, seguramente, va a seguir circulando seis meses, un año o hasta tres años más, tal y como sucedió en el año 2008.
[mks_pullquote align=»left» width=»200″ size=»18″ bg_color=»#1e73be» txt_color=»#ffffff»]“Es un cono monetario que nace prácticamente muerto porque no reconoce el problema de la inflación”[/mks_pullquote]
—Usted proyecta, entonces, que en simultáneo tendremos tres familias de billetes en circulación. ¿Cuáles implicaciones puede tener esto para la economía de bolsillo del venezolano?
—Confusión, porque la gente puede tener dos billetes de 50 y de 100 bolívares, un par de los verdes y marrones y otro par del bolívar soberano. Nominalmente tienen el mismo valor, pero por reconversión monetaria, no; el verde y el marrón serán billetes de céntimos. Debe haber una campaña publicitaria, como ocurrió en 2008 con el bolívar fuerte.
—¿Estas medidas acaban con la sequía de los cajeros automáticos?
—No, porque los cajeros automáticos tienen que hacer una configuración del diseño del billete. Acaban de ser adecuados para la nueva familia de billetes y ya van a tener que volver a crear un software y un diseño de lectura para poder configurarse a esta anunciada familia de billetes con tres ceros menos. Va a seguir la escasez de dinero en efectivo y en los cajeros automáticos, y va a seguir siendo un problema el dinero en efectivo en Venezuela porque no se da una política posterior al control de la hiperinflación.
—¿En Colombia sí? Los vecinos anunciaron luego su reconversión monetaria…
—El Fondo Monetario Internacional estimó para este año una inflación de 2,77% para Colombia y de 13.000% para Venezuela. La diferencia es que el tipo de cambio en Colombia se ha apreciado y, cuando se tiene una apreciación en la moneda, se puede hacer una reconversión porque se va a tener éxito. Y no es que Colombia se la esté copiando de Venezuela.
—¿Qué cantidad del nuevo cono monetario está en capacidad de imprimir Venezuela en la Casa de la Moneda en Maracay?
—Del cono monetario actual, únicamente se están haciendo las monedas y el billete de 2.000. El resto del papel monetario viene importado de países como República Checa, Alemania y Malta y el traslado más la distribución conllevan un tiempo cuantioso. Venezuela no está en capacidad de hacer todo el cono monetario en la Casa de la Moneda.
—¿Por lo menos los billetes le parecen bonitos en su diseño, como fueron considerados el día de su presentación?
—El dinero cuenta una historia, habla de nuestros antepasados, de lo que somos, y el dinero es confianza. Puede ser papel moneda, criptomoneda, papel firmado, o en otro tiempo fue dinero el oro… el dinero es aquello que nosotros creamos que sea dinero. Poco tiene que ver el diseño, o que sean novedosos; lo que más importa es el poder de compra que tenga el bolívar y una política económica sincera para sacar al venezolano de la peor crisis económica de la historia.