El deterioro acelerado de la plaza Sanmiguel, en el sector de La Ermita, es un tema de preocupación para los residentes de esta zona, quienes observan impávidos como el icónico lugar, se destruye a pasos agigantados por la desidia gubernamental y la misma actuación de algunos vecinos que utilizan sus espacios para lanzar basura y toda clase de desperdicios.
Levantada en el año 1952, en honor a Monseñor Sanmiguel, la plazuela fue inaugurada con bellos postes de corre colonial, sillas de granito y cemento, así como con amplias caminerías y áreas verdes, zonas que por años conservaron su apariencia y belleza, no obstante, y por la crisis económica y pérdida de valores que afecta a todos los rincones del país y de nuestro estado, estos ya no son el reflejo de antaño.
Caminar por los espacios de la plaza, es encontrarse casi a cada metro con promontorios de basura mal oliente y descompuesta, así como con las sillas, postes y construcción en general, en muy pésimo estado, pues la plazuela, ha sido sometida a un proceso de destrucción sin precedentes.
Carmen Bastidas, denunció. ¨ Los mismos vecinos de esta zona se han encargado de dañarla, lanzan indiscriminadamente basura en las áreas verdes o en su defecto, la queman sin importarles los daños que causan, lo cual, pues preocupa, ya que es gente de este lugar y no ajenas a la comunidad.” replicó en tono enérgico la mujer.
Paralelo a esta situación, comentó la fuente que, ante la ausencia de alumbrado público en la plaza, ya que sus luminarias y lámparas han sido vandalizadas y robadas, la inseguridad es total pese a la cercanía de la sede de la Policía Municipal de San Cristóbal. “De noche nadie puede caminar por ella pues lo pueden asaltar, la oscuridad es total, así como la permanencia de delincuentes que se han llevado hasta los cables del alumbrado, tanquillas y todo aquello que posea valor.” recalcó.
Entramados de cables que brotan de las tanquillas, deja ver el robo del cual han sido objetos las redes eléctricas, así como los ornamentos en general de la plaza.
“Destruidos juegos”
El panorama en los espacios de la plaza es tan desalentador, que los juegos biomecánicos y recreativos que fueron instalados allí, también han sido objeto de la destrucción, ya que muchos de ellos no se encuentran simplemente inoperativos, sino que también les han robado, por lo que las actividades de esparcimiento para los niños, son inexistentes.
Pasamos, columpios, deslizadores, ya son simplemente hierros retorcidos, ya que a totalidad de ellos son inservibles, pues además del tiempo que los ha consumido, los mismos fueron destruidos de manera injustificada.
Los pisos y lozas, igualmente ya han caducado, por lo que es habitual observar boquetes en las aceras y caminerías.
Al paso agigantado de desgaste y deterioro, en muy pocos años la plazoleta sólo será un armatoste de cemento y centenarios árboles, ello por la decadencia en la que está este lugar.
Pablo Eduardo Rodríguez