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Angustiada y con un rostro que cambió apenas recordó que su nieto recién nacido falleció el domingo a las seis de la mañana en el Central, Moraima Bonilla suplicó diciendo: “Eviten tanta mortandad de niños en el Hospital”.
Tomó aire, y al rato expresó o que pensaba en no hablar ni hacer público lo que sucede en el piso siete del Hospital Central, pero tiene un compromiso moral, sobre todo con Dios y no puede callar.
“Yo estoy convencida que lo que sucede en el Hospital es producto de la grave crisis por la que atraviesa el país. Hay muy pocos médicos. Muchos se han ido, entonces los niños a la hora de nacer no están siendo bien atendidos sobre todo si vienen con un problema de salud”, declaró.
“El domingo, aseguró, no había un médico pediatra en el retén, un día después de haber nacido su nieto, luego de un parto complicado porque venía con el cordón umbilical enrollado en el cuello, pero supuestamente lo estabilizaron”.
“Yo oía que lloraba y lloraba y ya el domingo lo vía más mal, creo que se agravó. El personal que estaba de guardia decía que eso es que le duele algo y a las pocas horas murió”, exclamó.
Muchos problemas
“Así como mi nieto se están muriendo muchos niños. No hay ecosonograma en este lugar para que le hagan este examen a los niños una vez les coloquen las mangueras que van al estómago. Yo sé que es la situación grave porque no hay doctores suficientes pero hay que hacer algo por los niños”, apuntó Moraima Bonilla.
Narró que las muchachas que están recién dadas a luz, para estar cerca de sus bebés, colocaron unos cartones para dormir y el domingo los mandaron a botar, porque no es sano que ellas duerman en el piso, pero deben entender que lo que más quieren las madres es estar cerca de sus hijos.
Precisó que las parturientas tienen problemas para bañarse. Ellas intentan hacerlo en otro piso pero tampoco tienen permiso.
“Es urgente que hagan algo por los niños, tiene que contar con el equipo para hacer ecos, deben buscar la manera de contratar más médicos, porque se están muriendo muchos recién nacidos, si quieren vayan al registro y pregunten cuántos niños se han muerto” agregó la señora.
Aseguró que la basura de piso ocho y piso seis, está en piso siete, es decir, este lugar está muy contaminado, “al lado de los bebés huele muy feo”.
“Mi nieto una manguera que le llegaba al estómago, pero quien garantiza que estuviera bien colocada, por eso insisto que deben instalar un máquina de eco” propuso.
–¿Qué vamos hacer? están sufriendo muchas criaturas inocentes, en las dos días que estuve allí, se murieron seis, solo el domingo murió mi nieto y una niña cuyos padres son de La Fría, tenía más edad pero es igual, concluyó.
Nancy Porras
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