Desde el año 2004, vecinos de Chururú, en la parroquia Santo Domingo del municipio Fernández Feo, están solicitando la canalización del río Chururú, una demanda a la que han hecho caso omiso las instituciones gubernamentales a las que han acudido, lo que ha traído consecuencias negativas para algunas familias, que han perdido parte de sus enseres tras las arremetidas del citado afluente hídrico, registradas en los últimos años.
Vale recordar en este particular que, en mayo de 2017, la crecida del río Chururú dejó a su paso afectaciones en un taller mecánico en el sector Las Palmeras, y arrasó con un pequeño galpón donde se criaban algunos pollos, en Altos de Chururú. Édgar Fitas y su familia, en esa oportunidad, tuvieron pérdidas económicas de consideración.
Hace unos meses, unos metros más abajo, en el sector Las Palmeras, parte baja, la fuerza de las aguas hizo colapsar el puente que une a esta comunidad con el resto de Chururú. Frente a esto, habitantes de estos sectores exigen que se lleve a cabo la remoción de la arena y la ejecución de un trabajo de envergadura en la citada estructura. De hecho, plantean la construcción de un puente más amplio y con cimientos más firmes.
Viven en zozobra
En definitiva, unas 300 familias viven en zozobra constante durante el periodo de lluvias, debido al peligro latente que constituye el caudal del río, que ruge cada noche, alterando el sueño y la tranquilidad.
Tal es el caso de la familia Vargas, que vive en el barrio Colombia del sector Bimoca, puesto que su vivienda se encuentra a apenas dos metros del caño Chivera, el cual suele registrar crecidas torrenciales, poniendo en peligro el inmueble y hasta un poste del alumbrado público.
Uno de los integrantes de esta familia precisa que para la canalización del caño es necesario el uso de una máquina, tipo Jumbo u Oruga. «Todos los años es la misma solicitud que le hacemos a la alcaldía del municipio Fernández Feo, la gobernación del Táchira y al Gobierno Nacional, pero nuestras solicitudes se las lleva el viento. No obstante, cuando están en campaña electoral, sí se aparecen con sus caras lavadas pidiendo apoyo», comentó un vecino de este sector.
«Cantarranas» bajo las aguas
En la parte baja de Chururú, cruzando la troncal 5, encontramos al barrio Cantarranas, uno de los más golpeados cuando arrecian las lluvias, pues, aseguran sus habitantes, toda el agua fluvial de la parte alta termina en sus calles, patios y casas, al estar prácticamente colapsado el ducto del alcantarillado.
Otro habitante del sector se refirió además a las inundaciones producidas por el río Chururú, que también suele invadir toda la cancha y se desborda por calles y casas, dañando los enseres domésticos de los vecinos.
Raúl Márquez