La comunidad de “Cantarranas” está ubicada a un lado del río Chururú, en el municipio Fernández Feo, zona sur del Táchira. Además de afrontar las fallas en cuanto a servicios públicos básicos, como la gran cantidad de horas de racionamiento eléctrico o la escasez de gas, hacen un llamado a los entes gubernamentales para que se aboquen a la canalización del río Chururú y evitar así las anegaciones que siempre se presentan, cada vez que llegan las lluvias.

Carmen Carvajal, quien regenta una bodeguita en su casa, indicó que las autoridades a quienes compete esta materia deberían aprovechar la sequía para realizar los trabajos de canalización en el citado afluente hídrico.

«Cada año es la misma historia en lo que respecta a las anegaciones del río Chururú durante las lluvias. Desde hace algunos años, los consejos comunales de los sectores que nos vemos afectados por esta situación venimos exigiendo los trabajos de canalización del río Chururú. En este particular, hace como dos años se realizaron algunos trabajos, pero no se llevaron a feliz término», subrayó.

Precisó que, además del sector Cantarranas, otros barrios de Chururú, como Altos de Chururú, resultan perjudicados cuando las aguas torrenciales del río invaden sus predios. «Hace un tiempo la fuerte corriente del río se llevó un taller de mecánica y unas jaulas en donde una señora estaba criando unos pollos; esas familias tuvieron pérdidas, ante las cuales nadie respondió y que se hubiesen evitado con la canalización”.

“La máquina se dañó”

Un vecino del sector, que pidió se reservara su identidad, explicó que, en efecto, los trabajos de canalización del río Chururú son necesarios, pues de este modo se reguardarían las casas construidas en las riberas del río en cuestión.

«Hace unos meses los trabajos se iniciaron y los habitantes de estos barrios nos alegramos, pues pensábamos que al fin se iba a llevar a cabo esta labor, pero nos quedamos con los crespos hechos. Incluso se recogió una colaboración para la alimentación de los maquinistas y demás obreros que estaban allí. No obstante, al poco tiempo, la máquina comenzó a fallar, se la llevaron y las labores quedaron a medias”, dijo.   

Raúl Márquez