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30 de noviembre de 2024
«…El tráfico de medicamentos falsos entre los dos países (Colombia y Venezuela) es una industria multimillonaria que involucra productos farmacéuticos legales ingresados de contrabando a Colombia, mientras que en dirección contraria se envían medicamentos falsos con destino a Venezuela…», se reseñó en un medio de comunicación de Colombia, tras la policía desmantelar una millonaria red dedicada al contrabando de medicinas falsas
Por Daniela González
Los medicamentos de marca colombiana se adueñaron del comercio en la zona norte del Táchira, pues sus módicos precios, en comparación con los que se encuentran en una farmacia establecida en Venezuela, los hacen más atractivos para ser adquiridos por la población.
Pese a que los fármacos colombianos ofrecidos por los vendedores informales en la zona norte del Táchira no son del todo confiables, estos tienen una alta demanda, pues las personas prefieren comprarlos para ahorrarse dinero.
En su mayoría, estos medicamentos son comprados en la frontera de Colombia a vendedores informales, pues son pocas las personas que los buscan directamente en las droguerías de este país; sin embargo, por la necesidad de ahorrarse unos pesos, terminan consumiendo estos productos.
Emérita Castro, habitante de La Fría, relata que toda su vida compró pastillas para la tensión en casas farmacéuticas reconocidas, hasta que el poder adquisitivo de los venezolanos cambió.
«Mi sueldo de jubilada no me alcanza ni para comer; casi me muero por no tomar las pastillas, en la farmacia me salían en 15 mil pesos la caja, y en el mercado me cuestan 3 mil pesos 20 pastillas colombianas; ahí fue cuando decidí arriesgarme a tomarlas, aunque me generaba desconfianza que fuesen ligadas, como la gente inventa tanto, pero igual las compré, porque me iba a matar igualito no tomarlas, pero me cayeron muy bien», cuenta esta señora de 62 años de edad.
La misma situación ocurre en el municipio Ayacucho del estado Táchira, donde los informales han ganado bastante terreno, a diferencia de las farmacias de la localidad.
«Nosotros vendemos barato, algunas farmacias también venden medicamentos colombianos, pero si allá cuesta un blíster de acetaminofén 8 mil pesos, nosotros se lo damos a usted en 2 mil; no abusamos» explicó un muchacho de 25 años de edad, quien ofrece productos colombianos en el casco céntrico de la ciudad.
A una farmacia establecida se le deben sumar el arriendo, los impuestos, y el precio del producto, de acuerdo a la casa farmacéutica, y si es genérico, también varía el precio, comentó una trabajadora de un reconocido establecimiento en la localidad de Colón.
Hasta 15 mil pesos puede costar una caja de acetaminofén, con sello venezolano, motivo suficiente para que los compradores terminen buscando el producto colombiano, que cuesta mucho menos.
Precio de los fármacos colombianos en la zona norte
Estos son los medicamentos que tienen mayor demanda en el mercado informal:
– 10 pastillas de acetaminofén, 2 mil pesos.
– 10 pastillas de ibuprofeno, 2 mil pesos.
– 30 pastillas de aspirina, 2 mil pesos.
– Azitromicina, 4 mil pesos.
– Desloratadina, 2 mil pesos.
– Pastillas para la tensión, desde 2 mil a 4 mil pesos.
-Ácido fólico, mil pesos.
-Diclofenac, mil pesos.
Los venezolanos deciden comprar los medicamentos colombianos, tomando el riesgo que puedan estar vencidos, dañados o hasta adulterados.
“Hay que recorrer varias farmacias”
«Hay algunos medicamentos al extremo del precio, exageradísimo. Si es en pesos o dólares se consigue, de lo contrario no; por eso, lo recomendable es recorrer varios sitios, varias farmacias, para solventar con el bolsillo. Esto es caótico, vamos como el cangrejo, y así no podemos surgir»: Ángela Ibarra
“Enorme diferencia de precio”
«Estoy buscando vitamina D, pero no la consigo. Esta mañana pude encontrar otro medicamento, pero me tocó visitar como 5 o 6 farmacias. En unos sitios la ampolla salía en 7 millones, y en otro 4 millones; la diferencia es enorme. De verdad, hay que tener paciencia»: Bleiner Rosales
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