La atención a una vialidad en completo desastre es uno de los problemas que los habitantes de Pozo Azul, en el 23 de Enero, desean se solucione en este 2022, pues cada día se compromete más la movilidad del sector.
Freddy Omar Durán
El estado de desastre de la carretera se ve en muchos puntos, uno de ellos la calle 3, ante el depósito de todo tipo de caídas de agua desde las empinadas cuestas, muy características de esta popular barriada.
—Aquí hemos tratado de solventar esos baches que se forman con relleno, pero eso no sirve de mucho e igual, también las llantas se afectan cuando pasan. ¿Y usted sabe cuánto vale un caucho? Va a llegar un punto en que ni las busetas quieran pasar por aquí—afirmó Magaly Contreras, vecina del 23 de Enero.
La calle 3, usada por lo común como doble vía, se reduce a una, y cuando dos vehículos van en sentido contrario, en el mejor de los casos, uno de ellos se detiene para dejar pasar el otro, y en el peor de los casos, se ponen al borde de una colisión.
–Acá hay mucho motociclista loco, que incluso se atreve a hacer caballito; también mucho conductor imprudente, que ni sabe tomar precaución en vías en tan mal estado y cree que son autopistas— dijo Elcira Rojas.
Sea por una tubería rota de aguas blancas o negras, o por la que sale de las casas ubicadas en terreno empinado, o cuando lavan algo en sus afueras, ya por la calle 3 se ve perfectamente marcado el paso de un chorro que rara vez se seca durante todo el año.
Especial queja han manifestado los padres de los alumnos de la Escuela Juan Bautista Roa, donde más pronunciados se ven los daños en la vialidad, y si bien la pandemia ha mermado el estacionamiento de vehículos cerca del lugar, una vez esta situación pase, más riesgoso será el tránsito por ese lugar.