Este domingo los católicos recordaron la entrada triunfal de Jesús, la crucifixión del Viernes Santo y la Resurrección. El misterio de nuestra salvación
Por Bleima Márquez
«Con el Domingo de Ramos comienza la Semana Santa, la Semana Mayor, la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Todos gritaban hosanna y daban aplausos y aleluyas. La alegría de la gente de Jerusalén que estaba recibiendo Jesús montado en un burro».
Con estas palabras comenzó a conversar sobre la Semana Santa el presbítero Iván Jaimes, párroco de la Iglesia Divino Redentor de la Unidad Vecinal, quien expresó que en ese momento el hijo de Dios dio una demostración de humildad, ejemplo que todos deben seguir.
De acuerdo con la explicación dada por el sacerdote, en ese momento comienza la Semana Mayor, es la última semana de la Cuaresma, y recordó que muchas de las personas que aplaudieron y halagaron el Domingo de Ramos al hijo de Dios, fueron quienes luego cambiaron de opinión y gritaron «crucifíquenlo, crucifíquenlo».
Recalcó que «la entrada triunfante de Jesús a Jerusalén nos debe llevar a pensar que tenemos que trabajar en nuestra vida para que cuando Dios nos invite a la casa del Padre podamos entrar triunfante a la Jerusalén del cielo que el Señor nos ha prometido».
Dijo que la Semana Santa nos hace una invitación para encontrarnos cara a cara con el Jesús de la vida que sufrió la pasión, que murió para salvarnos, pero que también resucitó y está presente, es omnipresente, está en todas partes.
El párroco de la iglesia insistió en que la Semana Santa es para «mirarnos interiormente cómo estamos y qué tan cerca nos encontramos de Jesús”.
Bendición de los ramos
En todas las misas celebradas en la iglesia del Divino Redentor de la Unidad Vecinal hicieron la bendición de los ramos. Acto que, según explicó el presbítero Iván Jaimes, se llevó a cabo en cada una de las parroquias de San Cristóbal y del Táchira.
Ventas de ramos
En los alrededores del templo religioso se apostaron algunos vendedores para ofrecer a los feligreses los ramos de palmas. El precio osciló entre 2 mil y 5 mil pesos, dependiendo del arreglo y la cantidad.
Algunos devotos que acudieron a la eucaristía comentaron que en años anteriores algunas personas, provenientes de Loma de Pánaga, municipio San Cristóbal, regalaban los ramos, pero en esta oportunidad no fue así.