Es tradición que todos los años, en el día de la virgen de la Consolación las familias del casco central de Táriba, se esmeren por colocar un cuadro con la imagen de la patrona al frente de sus casas, acompañado de las banderas de la Virgen y del Vaticano.
Este año no se observaron los grandes altares, con hermosos ramos de flores naturales o artificiales, pero sí hubo el esmero de muchas familias por rendir honores a la patrona con pequeños detalles para ser observados por los transeúntes. Decoraron en las fachadas, ventanas, puertas, garajes, balcones de sus residencias o espacios de trabajo para festejar su día.
En muchas casas ondearon las banderas de la Virgen, del Vaticano y de Venezuela. Hubo réplicas de la imagen en variedad de tamaños, modelos y materiales diferentes. Todos les rindieron tributo.
Destacó en la calle 8 de Táriba, el altar en casa de Sergio Pinzón, con una imagen de la patrona de los tariberos de tres metros de alto por dos de ancho colgada en la entrada al garaje de su casa; el altar interno en la vivienda de la familia de la periodista Estela Alviarez, donde la réplica de la virgen permanece iluminada todos los días en la sala de la vivienda; así como el sencillo adorno, sobre la vitrina del local comercial Tochadita. Cada uno con su encanto especial.
Es la fe de un pueblo creyente que ama a la virgen de la Consolación, que le pide y ruega por la salud de todas las personas y por el control de la pandemia que ha causado daño en muchos hogares.
Por José Luis Guerrero